La inmortalidad

La inmortalidad

Que buscáis, que no encontraos, la vida duradera.

La vida infinita o la vida finita, la vida tangible o la intangible

Acaso buscas la inmortalidad, no la hayáis.

Búscala en tu entuerto, en tu huerto, en tu hostilidad

En tu vida libidinosa o, en tu vida sana

Búscala en tus alimentos, al fin, en tu forma de vestir.

Sácala de tu cuerpo, en ti existe, extráela, dispénsala

No la disipes, no la pierdas, no la maltrates.

Encuéntrala en el campo, en las hortalizas, en la hierba, en la sangre

Búscala en el fango, en el lodazal, búscala en Constantinopla

Donde los Mayas, los Incas, en las doce tribus del medio Oriente

Encuéntrala en la palabra de Abraham, de moisés, de Jesús, Mahoma, Buda o Confucio

Búscala  en  Jehová, en Dios, en Alá, en el dios de los hindúes, de los chinos

Encuéntrala en la meditación, en los ruidos, en la música estridente

Al fin encuéntrala en una foto, en una imagen, en un afiche de plástico

Búscala en tus acciones buenas o malas

Encuéntrala en tus hijos, en tus nietos, tus biznietos, tus tataranietos, tus chombos

Búscala en tu paz, tu tranquilidad, tu esperanza, tu iniquidad. 

Encuéntrala y, luego me avisas.

Noviembre 2009. Hcorea