Señorito Señorón






SEÑORITO SEÑORON
Heberto Guillermo Corea Guerrero. 08/04/2016

En su familia, dos tíos y una tía, se habían quedado para vestir santos, la iglesia había sido la morada de sus últimos años y así fue la tía Crescencia fue enterrada en el atrio de la iglesia por órdenes del presbítero Manuel Samayoa, pero en estos años del señor es imposible ubicar el sitio, pero Justino Pérez López, su sobrino, quien ya tenía cuarenta y cinco años y todavía señorito, no perdía las esperanza de encontrar una doncella que le robara su corazón. Una mañana de invierno se despertó sobresaltado de la cama, había soñado que había comprado un frasco de fragancia de lila, y al salir de la tiendita, vio venir a una dama que contoneaba su cuerpo al caminar como una bailarina de ballet clásico, desconcertado se le acerco, destapo el frasco de la fragancia y le roció el vestido entre el hombre y sus flamantes pechos, la mujer desconcertada su repuesta fue, darle un beso en la mejía al señor y le dio las gracias. Justino quedó paralizado y, así despertó. Todo sudoroso murmuraba quien sería esa mujer maravillosa que se topó en su camino. De inmediato rebusco en el bote de avena quaker vacío, donde guardaba sus ingresos y logró contar con seis pesos y veinte centavos. Presuroso los tomó en su mano temblorosa y se dirigió hacia la pulpería de la Chana Vizcaína, quién al verlo le espetó. Don Justino que hace que no atino. Este a lo inmediato le manifestó. Doña Chana, sé que usted es bizca;..... Vizcaína pendejó, bizca es tu abuela. No se moleste doña Chana, que ahora amanecí muy dulce...Con el azúcar alterada quizás no jodás. Bueno doña Chana, vengo a pedirle su ayuda como mujer. Necesito comprar una fragancia muy rica y olorosa, porque a partir de hoy, voy en busca del amor de mi vida y, usted me debe ayudar a escoger esa fragancia.... La Chana Vizcaína se dijo para sus adentros.. No joda este viejo, le voy a ofrecer mi fragancia más cara...Don Justino usted si tiene una suerte de águila, desde lejos mira su presa. En estos momentos tengo una fragancia que la Berenice Mongalo me la había encargado, como usted sabe esa es la mujer más bella del pueblo y, solo le gustan las cosas buenas y elegantes. Don Justino paró las orejas de burro. Ah es que no les había contado que don Justino Pérez, cuando nació, en ese instante, uno de sus tíos exclamó “Nació el niño Dios”. La partera de inmediato volvió a ver al tío y le dijo, no vez alma de dios que su cabecita no ha salido. Ese fue el bautizo de Justino, desde que nació le dijeron “El niño Dios”. Justino no había sido protegido del dios Adonis, salió trompudo, chele, carón, los labios volteados, pero una Armagedón que parecía un trípode, de tal suerte que las muchachas cuando lo divisaban se cruzaban de acera, era tanta la fama de Justino que se rumoraba que su compañera era la yegua de don Saturnino Corea, yegua que Justino iba a traer diario a la finquita de su tío materno y de igual manera la iba a dejar por la tardecita.
Por favor deña Chana Vizcaína, enséñeme la fragancia, de inmediato la tuvo en sus manos la olió e interrogó ¿Cuánto me cuesta esto señora mía?  Doña Chana como por arte de magia le respondió. Seis pesos con veinte centavos, Justino tan sorprendido por lo que le está sucediendo se dijo. Será Berenice Mongalo la predestinada para mí; como sabe doña Chana que ando seis pesos y veinte centavos; porque la fragancia es la que le gusta a Berenice. Acto seguido don Justino, se sacó los seis pesos con veinte centavos y dijo, me la llevo doña Chana. Una vez con la fragancia en su poder después de haber cancelado su valor, se hizo varias reflexiones, ¡como la usaré! ¡No conozco a Berenice Mongalo! ¡Será la mujer del sueño! En ese preciso momento doña Chana como leyéndole la mente le dijo.  Justino, a partir de hoy debes recorrer el pueblo todos los días por la tardecita y a cada jovencita que encontréis te le acercas y discretamente le rocías de perfume cerca del cuello en su parte delantera, no bajes mucho el frasco, porque puede ser molesto para las jóvenes, muchas de ellas te dirán atrevido, pero con el tiempo verán razonable tu actitud, ya que lo que buscas es la mujer de tu vida, que puede ser Berenice Mongalo. Si alguna vez la encuentras y le rocías de la fragancia, ella, inmediatamente sabrá que es su fragancia favorita. Ahí tu si la dejas ir, ella se fijará en el trípode y, sonrojada te preguntará como te llamas, después todo es tuyo. Justino desde ese día 04 de septiembre de 1952 inició su periplo de recorrer el pueblo por las tardecitas, rociando de fregancia de lila, a las jovencitas del pueblo, algunas se decían ahí viene el viejo del olor, otras permisibles pasaban junto a él para ser rociadas de la fragancia, otras se le alejaban. Con el tiempo le decían ahí viene tío Chu.
La Chana vizcaína pasó vendiéndole veinte años la fragancia de lila a don Justino y, Berenice Mongalo nunca apareció, en el año de 1972 a la edad de ochenta años dejo este mundo don JUSTINO PÉREZ LÓPEZ. TIO CHU.

FRAY ANTONIO DE CIBDAD REAL- 1586

  RECOPILADO POR Heberto Guillermo corea guerrero FRAY ANTONIO DE CIBDAD REAL- 1586   Viaje de Fray Alonso Ponce desde México a Nica...