PARA MI HIJA LIZIEL NAYURIBE



PARA MI HIJA LIZIEL NAYURIBE. Heberto Guillermo Corea Guerrero

La enigmática hija, de sutiles pensamientos, de coloquiales decires
de trasmutaciones espontáneas, de sonrisa epicúrea, de mirada creciente
de sensación arrebatadora, de ojos café, de rostro salpicado por máculas genéticas paternas
esbelta como la inocencia en flor, dulce y pragmático su carácter, si, esa es mi Liziel.

Mi Nayuribe alegre, que se asombra como una niña ingenua, de todo cuanto acontece
el atardecer lúgubre la indispone para el sueño, dormita cuidando a su hija Mía
transita el presente con el futuro en sus manos, no se amilana ante destinos inciertos
es creyente que una fuerza divina la protege, pero sabe que el impulso le pertenece.

Cuando nació en enero fue muy calma, la paternidad vigilante la ofuscaba, quería ser libre
decidir su propio destino, con sutiliza la lleve a graduarse de abogado, ahora si la suelto y que encuentre su camino me dije, pero ha seguido el mismo camino, hoy es una profesionista en ejercicio, adora a sus padres, es madre cariñosa y sobreprotectora.

Sonrisa al borde de sus labios, lagrimas muy susceptibles, se enternece por las penurias ajenas, baila, salta y canta en alegría desbordante, así llega la tristeza a sus ojos adormilados, pero preciosos como los míos, sueña que su salario se estire y le llegue a fin de mes, recita oraciones en silencio, mucho cree en los milagros, de igual manera espera sacarse la lotería sin comprarla.

Hija mía, el asombro denota en ti felicidad, tus ojitos se abren y dejan ver sinceridad de tu alma, y el aliento divino que sopló en tu naricita al nacer, la ingenuidad es bella en tu personalidad, se conjuga con la altanería de tu porte indígena, la elegancia la llevas en genes duplicados, la estulticia es herencia de tu padre, tú eres original, pero tu genética es imposible obviarla.

FRENESÍ DE LUNA. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 2016



                                                FRENESÍ DE LUNA. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 2016
Las nueve de la noche, sábado, día de la libertad, a las doce de la noche, esperamos que se ilumine el espacio sideral hacia el oeste de nuestra posición física, juegos de luces chinas fue publicitado. En esa espera, contemplábamos las estrellas, la Luna, en fin todo el firmamento. 
De la misma manera nuestras manos jugueteaban con nuestros cuerpos, nuestros besos trasmitían energía de la buena, de aquella que no asoma imperfecciones, nos revolcamos en la grama, un no, podía destruir la noche, saturados de amor, fuimos en busca de la desnudez, perdidos por el desenfreno hicimos el amor a campo abierto, era su primera vez.

Tanto era mi frenesí que inicie en recorrido por todo su cuerpo con mis besos, cuando llegue al monte de venus era insaciable mi apetito, con voracidad y dulzura logre su primer éxtasis, al llegar mis labios a los suyo, me besó con tanta dulzura repitiendo constantemente, mi amor, mi amor, mi amor.
La abrase con fuerza y afabilidad que sentí lo calientito de su sangre y de sus lágrimas, ella levanto su vista hacia mi rostro y sonriendo limpió mi boca, yo con mis manos limpié sus lágrimas, tomé su ropa íntima y se la puse, el vestido bello amarillo de chiffon que ostentaba esa noche la hacía merecedora de ser la ninfa más preciosa bajo la Luna, la tome de sus manos e incorpore su cuerpo.

De pie bajo la luz nocturnal, su silueta era encantadora, su carita me mostraba su amor hacia mí, yo quería tenerla en un pedestal, la adoraba sin ser politeísta, le acaricie su carita y resbale mi mano por todo su cuerpo, a ella se le irgo su cuerpecito y, en un arrebato de lujuria colocó su mano en mi hombría y me dije, la amo porque él se llevó mi vida en este frenesí de Luna.

EL PRINCIPE NACHO



EL PRINCIPE NACHO
Heberto Guillermo Corea Guerrero. 13/02/2016

Los padres del príncipe nacho, deseando que su hijo, le tuviese amor a las cosas materiales, le compraron un coche halado por un caballo famélico y le llenaron el carretón de cocos, y le dijeron: 1) Para que los pelara 2) para que los llevara a vender a las calles del poblado del reino. Nacho al escuchar a sus padres la explicación de los motivos del regalo, no hizo pregunta alguna, únicamente les dijo: Padres este trabajo no requiere únicamente de lo que me han facilitado, también requiere de financiamiento, para los pela cocos, para los ayudantes de venta, para la comida del caballo y para aceitar la carreta y, si me encuentra el cobrador de impuestos, debo de pagarle lo correspondiente; en dicho financiamiento no incluiré mi alimentación, ya que he decido, no alimentarme hasta tanto no produzca ganancia el negocio. En total el financiamiento oscila en siete mil canicas diarios.
Los padres atónitos escucharon al príncipe nacho, y entre ellos, murmuraron: La carreta, el caballo y los cocos, nos costaron un mil quinientas canicas. De pronto la madre le dijo a nacho, mira nachito siete mil canicas es mucho dinero, y para quinientos cocos que llevas a cinco cocos por canicas, te producirán cien canicas, de donde sacas siete mil canicas para administrar quinientos cocos. No padres yo no estoy sacando nada, ustedes son los que me llenaron la carreta de cocos, esos cocos se pelan, para no ser un déspota yo debo de pagar al menos una canica por coco pelado, sólo ahí se invierten 500 canicas, a ese momento el coco tiene un valor de 1+1 igual a 2 canicas, y si contrato dos vendedores, uno a cada lado de la carreta, al menos debo de pagarle las diez canicas diarios de salario mínimo, por cinco días, para un total de 100 canicas en salario, ese valor se debe de integrar al producto, ya el coco cuesta 2.2 canicas, a ese momento la inversión sube a 600 canicas, 100 canicas para el alimento del caballo de una semana, se hacen 700 canicas, 25 canicas para la grasa del carretón, se hacen 725 canicas. Yo en calidad de príncipe, al menos debo de tener un salario de acorde a mi Status Quo. Total 1,100 canicas por la venta de cocos, más 6,750 canicas de financiamiento da un total de 7,850 canicas, lo cual corresponde con lo que ustedes gastan en mí, en alimentación y colegio.
Si están de acuerdo inmediatamente salgo al negocio impuesto por ustedes, porque yo no tengo culpa que los cocos no valgan muchas canicas en el comercio, si ustedes me han preguntado, de que llenaría dicho carretón, yo para lograr un buen negocio les hubiese dicho, hay que llenarlo de oro y salir a vender el oro. Estoy seguro que regresaría con millones de canicas.
Los padres no entendieron, pero no continuaron insistiendo en nacho.
Nacho les dijo: Educar a un hijo no tiene precio.

FRAY ANTONIO DE CIBDAD REAL- 1586

  RECOPILADO POR Heberto Guillermo corea guerrero FRAY ANTONIO DE CIBDAD REAL- 1586   Viaje de Fray Alonso Ponce desde México a Nica...