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Autor: HEBERTO
GUILLERMO COREA GUERRERO
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ABDUL EL JUSTO.
Heberto Guillermo Corea Guerrero
Lo conocí cuando tenía doce años, era un joven espigado, su
porte era circunspecto, cuando volvía a ver hacia los lados nunca giraba la
cabeza, recorría con los ojos todo su entorno de forma simulada, a esa edad
puso en práctica personal el uso de anteojos obscuros, se creía distinto usando
anteojos, entre más obscuros, más cómodo se sentía, profesaba la religión
católica, no por fe, sino debido a que habían mayores oportunidades en
conseguir una buena y bonita muchacha como novia; su mala fortuna era que se
desvivía por las jovencitas de mejor posición económica del pueblo y, estas no
le paraban bola. Cada vez que salíamos y notaba lo desafortunado que era con
las jóvenes del centro del pueblo, me decía “Te lo juro, que seré rico un día”.
Así se fue pasando el tiempo, cursamos sexto grado, él ya no llegó a
secundaria, se había trasladado con su familia hacia la capital, muy poca
información tuve de su vida en esa período. Diez años después de esa partida de mi amigo, a eso de las diez de
la mañana ocurrió un asalto Bancario. A nuestro pueblo ya había llegado la primera
sucursal bancaria en los años setenta. Dos hombres con capucha (medias que usan
las mujeres en sus piernas) y gorra, habían ingresado violentamente a la
sucursal bancaria, amenazando tanto a los clientes como a los trabajadores y
funcionarios del Banco. Habían llegado en una motocicleta ya encapuchados, su
ingreso fue muy bien ejecutado, exigieron a los clientes sentarse al suelo, con
las manos en la nuca y, a los empleados los metieron en una oficina; ese día sábado
se llevaron como botín, bonita suma de dinero, la cual nunca se supo con
fidelidad su cantidad exacta. De las Investigaciones policiales se identificó
que uno de los asaltantes había trabajado en dicho banco por muy poco tiempo
como portero. Los trabajadores del banco en sus declaraciones expresaron que
estaban seguros de reconocer tanto en su cuerpo, su caminado y su voz, en la persona de Anuar, quién además (el
asaltante) demostró conocer las oficinas internas perfectamente; ese día uno de
los asaltantes se dirigió a las oficinas del jefe de la sucursal a exigir se le
abriera la bodega y, esa actuación era de alguien que conocía internamente la
ubicación de las oficinas. Una de las jovencitas que trabajaba en el banco,
también dijo que al llegar donde ella, le susurró al oído “Algún día te casarás
conmigo” y, que ella cree, por la frase y su voz, así como su cuerpo y forma de
caminar que se trataba de ABDUL. En la ficha de la policía: Acta policial.
Delito Robo con fuerza a sucursal bancaria de Copaltepe. Presunto autor. ABDUL María
Cantarero y otro aún desconocido. Botín. Aun contabilizándose. A los quince
días de Investigación le tomaron declaración a un despachador de Combustible de
una gasolinera del pueblo. En su declaración éste informó, que el día sábado en
que ocurrió el asalto, a eso de las siete de la mañana, llegó una motocicleta
color azul, Yamaha, a llenar el tanque de Gasolina, el motorista era el joven
de Traga Legua Casimiro Tamarao y el acompañante era el joven de Copaltepe ABDUL
Cantarero. La policía dio por identificado a los asaltantes de la sucursal
bancaria, pero jamás fueron capturados los presuntos autores. En esa época se
dieron cambios sustanciales en el nivel nacional, la policía fue sustituida por
una nueva, los delitos cometidos en la época anterior quedaron en el olvido.
Pasaron tres años, yo me había casado y mi hogar estaba
ubicado esquina opuesta a un Mini Súper, en la esquina Sur Oeste estaba ubicada
la Iglesia Católica en su área de jardín; siempre me acostumbre a levantarme a
las seis de la mañana. Un día 25 de Julio, día del patrón del pueblo “ Santiago
Apóstol” a eso de las siete de la mañana, salí a la esquina de mi casa, volví a
ver al súper, luego a la esquina del jardín de la iglesia, y de pronto veo a ABDUL,
como observando el movimiento del súper; ingreso de inmediato a mi casa y me
dirijo a una ventana que da propiamente hacia esa esquina a observar los
movimientos de ABDUL, lo vi sacar una libreta, hacer anotaciones, de pronto
pasa un vehículo pequeño, marca daihatsu, color celeste, placa Ch 000001, el
chofer vuelve a ver a ABDUL, este le mueve la cabeza muy lentamente hacia los
lados, como diciéndoles no, no, no. El vehículo dobla hacia la carretera, ABDUL
saluda a cada transeúnte, en ese instante salgo de nuevo hacia la esquina, me
mira y se dirige hacia mí. Ideay Heberto por aquí vivís, hace años que no te
veía. A lo que le respondí. No jodás yo no he salido de este pueblo, el que te
has perdido sos vos, donde estás viviendo?. Hermano me respondió, estoy en la
costa sur, en el kilómetro 40 compré dos manzanitas y ahí construí mi casa, así
que vivo cerquita del puente del rio Nacascolo, ya donde vivo yo, es Managua.
Que haces por estos lados pregunté. Hombre, vine a misa de Santiaguito, luego
de la misa me voy, ando en los buses colectivos. Luego se acercaron otras
personas a quienes ABDUL saludó, aproveché y me retiré a mi casa. A los dos
meses de ese día, leí en los diarios, que una contadora de un teatro en
Managua, había sido llevada a los tribunales por desfalco; se le habían
extraviado un millón de córdobas producto de las taquillas del fin de semana,
la pobre mujer contó que ese fin de semana había decidido llevarse el dinero de
caja hacia su casa y que el lunes lo traería consigo. El periodista le
preguntó: Pero además de usted quien vive en su casa. Mis hijos y mi esposo
respondió la joven mujer. La señora María Guañusca, contadora del cine Trébol
fue declarada culpable de “Desfalco a la Empresa Trébol”, purgó una condena de
dos años. De casualidad en mi calidad de Abogado fui comisionado para ejecutar
un recurso de amparo a su favor, ya que su condena la había cumplido y no la
dejaban en libertad. Por fin la señora fue dejada en libertad, salí con ella de
la prisión a eso de las cinco de la tarde del veinte de Septiembre del año 1996,
al salir a la calle, me apretó la mano como asustada y me dijo, “mi esposo”, yo
volví a ver hacia el lado que ella dirigió su mirada, al primero que vi, fue a ABDUL,
mi amigo de infancia, en el instante que pregunte a María, ese es tu marido, si
me respondió. Mira niña, fuiste capaz de echarte la culpa del dinero para
proteger a ABDUL; Señor, no tuve valor de acusarlo del robo; el me convenció de
llevar el dinero ese fin de semana, yo no quería, él me dijo, mi amor dame al
gusto de dormir una noche con un millón de córdobas aunque sea una vez en la
vida cerca de mí y, como yo entregaba las entradas de viernes, sábado y domingo
hasta el lunes, decidí llevarme el dinero ese domingo, primero; porque las
entradas superaron el millón de córdobas y segundo; quise darle gusto a mi
marido. Mi susto fue el lunes cuando estaba saliendo para el trabajo, la bolsa
del dinero no estaba en mi cartera, grité como loca, “el dinero, el dinero, el
dinero”. ABDUL ya no estaba en la casa, huyó con el dinero. En ese instante
entró mi hija mayor de diez años; mamita que te pasó me dijo, hay mi hijita un
dinero de mi trabajo se me ha perdido y, tu papá le pregunté, no sé mamá salió
en su moto me dijo la niña. Ese día no fui a trabajar, llamé diciéndole que me
había enfermado, pero como los dueños de la empresa sabían que yo entregaba las
taquillas de fin de semana los lunes, llegaron a mi casa a pedir la llave de la
caja, se las entregué y no tuve valor de contarles nada, cuando ellos llegaron
a abrir la caja se dieron cuenta de que no había dinero alguno, pusieron la
denuncia a la policía, por la tarde me llegaron a capturar. Fue muy tarde para
contar que mi marido me había robado el dinero, mi abogado me dijo que nadie me
iba a creer tal cuento, por lo que decidí asumir la perdida bajo mi
responsabilidad; aquí estoy señor Abogado, saliendo de purgar mi condena y,
estoy viendo a mi marido esperándome en la salida de la prisión, que hermoso y
buen marido tengo no. En ese momento ABDUL se acercó y le dijo: Mi amor las
semillas las cosecharemos a partir de hoy, el dinero está completito enterrado
cerca de la casa, los dos iremos a sacarlo y compraremos la finca que tanto soñaste
tener. En ese instante le pregunté a ABDUL: Donde trabajas?.... no, respondió
María, él no tiene trabajo formal, el sale de la casa a cualquier hora y llega
a cualquier hora; pero siempre lleva su dinerito. Creo que se monta en las
rutas y, ahí cuando el oye decir de trabajos de jardinería, se le acerca a
dichas personas en busca del trabajito del día. En las rutas logra conseguir
para su aportación a la casa. María eso ni vos te lo crees, bien sabes que ABDUL
es carterista. Mira Heberto deja en paz a mi esposa, no le calientes la cabeza.
En ese instante María dice: Que calienta ni que nada, a partir de ahora los dos
seremos carteristas, vos crees que soy pendeja, de que yo no sabía de tu
trabajo, ahora que soy una delincuente por vos, quien me dará trabajo, nadie; por
eso debo de seguir tus pasos, ya somos dos los carteristas. En ese instante le
dije a María, por favor no eches a perder tu vida, deja a este infierno, que te
entregue el dinero por el cuál pasaste dos años presas, instala una pulpería en
la comarca y vives de ella. Mire doctor el primer día que llegué a la prisión,
se me acercó una jovencita de unos veinte años, me contó que estaba detenido
por vender marihuana, que era la cuarta vez que caía presa y, que tenía muchas
amistades en la prisión, que tuviera cuidado de la Chupis, una interna con
veinte años encima por asesinato, que era mejor que desde el primer día yo
conviviera con ella, porque era la única manera de que se me respetaría la
violación múltiple; yo asustada le pregunté, de que me hablaba; ella me
respondió: Toda interna nueva debe de pasar la primera noche con la Chupis, al
día siguiente, la misma chupis, decide el orden de acompañamiento, y hay más de
diez lesbianas vulgares que usan unas de nueve por dos pulgadas, todo esto lo
saben las autoridades, pero no pueden hacer nada, ya que lo consideran una
manera de divertirse de las internas. Yo me puse colorada, se me subió la
presión, el azúcar, a saber que más, volví a ver a la muchacha y le pregunté,
como me garantizas que sólo con vos estaré conviviendo. Ella me respondió, te
garantizo hoy, mañana y pasado mañana, después tú lo decides me dijo.
Inmediatamente le hice de seña a una compañera (Policía del penal), esta se me
acercó, no me dejó ni hablar. Reclusa, hágale caso a la “Rompeolas”. Sólo bajé
la cabeza y le dije a la muchacha, por favor tráteme bien, que nunca he tenido
esa práctica sexual. Toda esa noche pasé soportando caricias y besos de la
Rompeolas, a eso de las dos de la madrugada, se colocó el pene artificial y se
hizo de mi por casi dos horas, creo que hasta me dormí en ese trajín. En la
madrugada, las vulgares mujeres en carcajadas haciendo mofa de mi aguante a la
Rompeolas, tuve que ceder con varias reclusas, así pasé estos dos años, creo
que hasta la moral perdí, me será muy difícil en esta vida de barrio y, con el
nuevo gusto al sexo femenino que yo conviva con este engendro del demonio, él
sabe muy bien de que yo no vengo en abstinencia sexual, ya que él no podía
llegar ni cerca al penal, por el temor de que yo hablara y contara la verdad,
nunca se acercó ni por joder, mi hermana con los niños eran los que me
visitaban. En ese instante ABDUL se sacó dos mil córdobas se los entrega a
María y le dice: Págale para que nos vallamos a la casa, doctor me dice María,
por favor deme su teléfono, si maría, en esta tarjeta están mis datos. María se
montó en la moto con ABDUL y enrumbaron sobre la carretera hacia su casa. Ya en
la casa, los niños al escuchar el ruido de la moto, se alborotaron porque
sabían que su mamá estaba llegando. Tres niños salieron a su encuentro, dos
niñas y un varoncito. Todos en el barrio
se alegraron por la llegada de María, ya en demasía conocían de su situación
familiar. Su mamá y sus seis hermanos se cruzaron la calle, la abrazaron, le
daban apretones con sus abrazos, en el oído uno de sus hermanos le susurró. “No
lo he matado por los niños”. Calma Ciprianito, todo tiene su momento le dijo
María. Al día siguiente a eso de las diez de la mañana que se levantó María, ABDUL
la estaba esperando y le dijo, ven María vamos a traer el dinero. María lo
volvió a ver y le dijo, ve tú y tráemelo. ABDUL monto su moto, la encendió y
raudo salió hacia a la calle. La propiedad donde vivía María, durante el juicio
había sido trabada con embargo, pero como estaba a nombre de ABDUL, los
Abogados no lograron ejecutar el embargo para resarcirse el dinero del
desfalco. La propiedad se había salvado, no así diez vaquitas que sus hermanos
tenían cuyo fierro estaba inscrito a nombre de María, por ser ella la que
viajaba todos los días a la capital y su trabajo quedaba cerca de la alcaldía.
Esas vaquitas eran la vida de la familia de María, quienes pasaron penurias
durante esos dos años, sin sus vacas. Al llegar ABDUL de regreso con una bolsa,
María mandó a llamar a su mamá y a sus hermanos, le preguntó a Gumersindo el
hermano mayor, Gumer, cuánto cuestan veinticinco vacas y un Toro…. Hay mi
hermana eso es un cachipil de reales, cada vaca parida cuesta catorce mil
córdobas, por veinticinco vacas, aproximadamente son trescientos cincuenta mil
córdobas, más un toro Brahma que es el más accesible que anda por veinticinco
mil córdobas, se llega a los quinientos mil córdobas con sus terneros sin
destetar. Crees vos Gumer que alguien nos pueda vender esos animales de una
sola vez, no creo María pero si se puede comprar en todos los alrededores,
bien, entonces siéntense que les voy a contar. Los dueños del cine, encontraron
los reales por los que yo caí presa y, para callarme la boca y solventar los
perjuicios que me ocasionaron, me indemnizaron con quinientos mil córdobas, tómalos y ve a
comprar ese ganado en toda esta semana, pero por favor ni una sola palabra a
nadie, yo ya pagué con mi libertad por ese dinero y, que no se haga más
pregunta. Ese ganado debe de servir para toda la familia, si no lo quieren
tener juntos, se lo reparten en iguales partes, y el toro, se lo prestan cuando sea necesario para preñar la
baca. ABDUL estaba sin habla, no podía gesticular palabra, María despidió a los
hermanos, tomó el resto del dinero y se lo llevó a su cuarto, en ese instante
los niños estaban jugando en el patio, ABDUL ingresó al cuarto furibundo, y le
gritó a María….Que estás haciendo con el dinero…. María, no respondió, le clavo
su mirada directamente a los ojos de ABDUL al instante que le pregunto. Que
hiciste por mi familia durante estos dos años, nada verdad, y fueron ellos los
que pagaron tu robo, fue a ellos a quienes les quitaron sus bienes por estar a
mi nombre el fierro del ganado, creo que a vos ni te inmutó esa situación.
María, le dijo ABDUL, por favor dame el resto del dinero. María levantó la
vista con su rostro enjuto, se le quedó mirando a los ojos y le dijo: Si vos
tocas este dinero, es el último día de tu vida, ni llave le voy a echar, lo
pondré en mi cómoda, recuerda que la cárcel no me comió, si algún cariño le
tienes a tus hijos, respeta mis decisiones. ABDUL, se le quedó mirando y se dio
cuenta que María hablaba en serio, su tono no permitía duda de lo que estaba
diciendo. ¡!!!! ABDUL entre dientes se dijo así mismo… Esa pendeja si la casa
estuviera a su nombre ya me hubiera corrido….. María al ver pensativo a su
marido, le dijo… Sí, eso que estás pensando es cierto, ganas no me faltan para
correrte, te voy a dar una última oportunidad, a partir de este momento si no
buscas un trabajo formal o realizas un trabajo formal, te me vas a ir de
nuestra casa, porque el hecho de que esté a tu nombre, no significa que tu
pusiste los reales para adquirirla, aquí está el sudor de mi frente, en esta
casa la única que ha tenido ingreso permanente y formal soy yo, catorce años de
vivir con vos y, los catorce años he trabajado, tu, dime cuando; te desapareces
cuando cometes un robo y es hasta que estás seguro que no te identificaron
regresas a la casa, siempre con el mismo cuento, ….Me fui a trabajar a
Matagalpa a la zafra de café, toma este dinerito que me costó mucho sudor….
pendejo como que yo no veo televisión, ni leo periódicos, claro que me doy
cuenta del asalto y, al ver que no llegas vos, únicamente espero a la policía,
paso con esa zozobra los dos meses que siempre te desapareces, para luego venir
con centavos a tu casa, has sido un ladrón barato, la mayor parte de tu vida la
has dedicado a salir de tu casa a las ocho de la noche con un cuchillo, para
luego regresar en la madrugada con cincuenta pesos, sin el cuchillo, porque lo botas
luego de puyar a algún pobre trabajador que encontraste en la calle y que
quizás iba para su trabajo o venía del mismo; no sé cuántos de esos que
asaltaste murieron del apuñalamiento al que lo sometiste, pero tu vida entera
fue delincuencial; yo lo sabía y me he quedado callada todo este tiempo. El día
que fuimos de noche con los niños al centro comercial y me dejaste cien pesos
antes de desaparecer, esa misma noche me di cuenta de la señora que arrastraste
para robarle su cartera y, cuando llegue a la casa, muy campante estabas viendo
televisión esperándonos, la niña te preguntó papito porque te fuiste y, de
forma descarada le respondiste, es que me agarró un gran dolor de muela y me
fui a buscar medicamento. Yo sólo soportaba mi desdicha y la de mis hijos, te
lo juro que cantidades de veces me ilusioné, que algún ciudadano repeliera tu
asalto y te mataba; así pasé soñando todo este tiempo que ese día llegara y, ya
vez todavía estás vivito y coleando. No quiero más actos delincuenciales de tu
parte, quiero a un hombre trabajador, que sirva de ejemplo a mis hijos, que
ejemplo podrás ser vos, con esa vida que llevas. En tus manos está, si quieres
cambiar a tu familia por tu vida vieja o esta vez cambias para ganarte tu
familia. ABDUL, estaba sorprendido de lo que le estaba sucediendo, crujía los
dientes en señal de arrechura, volvía a ver a su mujer, no lo creía, la dócil
mujer ahora después de venir de prisión, era otra mujer, totalmente distinta.
En ese momento ABDUL sintió que se le nubló la vista, los pies se le doblaban,
su cabeza se la sentía caliente, su razonamiento era nulo; diviso un asiento,
fue en su busca y se sentó, respiró profundo, se sobó la cabeza, las manos, se
frotó los dedos en sus ojos, la saliva se le ponía chirre y espesa, la sensación
de calentura le cubría su cuerpo, su vos no tenía tono, cerró los ojos para
calmarse y escucho a su esposa que le dijo: Tus maletas están listas. Tú no vas
a cambiar, pero yo si estoy dispuesta a darle sentido a mi vida y a la de mis
hijos, escuchó un portazo. María se había salido del cuarto y lo había dejado
solo. En ese instante se levantó se dirigió dónde estaba el dinero, lo vio, lo
tomo en sus manos, lo olió y lo volvió a poner en su lugar, más calmado fue a
la cocina, se tomó un vaso de agua, se acordó de su madrecita, que había
quedado viuda sufriendo la pérdida de su marido a quién habían matado en una
cantina. Grito desesperadamente, “maldito pero me voy a vengar”. Ese grito que
pegó como que le dio energía. Se dirigió a la salita de la casa, vio a sus
hijos, a su esposa, se puso de rodillas ante los pies de su esposa y, llorando
le dijo. Te juro María que voy a cambiar de vida, por mi madrecita que sufre
tanto como vos por mí, ABDUL el viejo ya murió, por nuestros hijos debo de ser
un hombre nuevo. Yo soy chofer, hoy mismo iré donde don Roberto Mendoza, dueño
la de la finca el “Ocote” para pedirle trabajo, si quieres viviré en la finca y
vendré a ver a los niños los sábados por la tarde y domingo yo los llevare a
misa. María incrédula respondió. Haz lo que tú quieras, pero por favor no
quiero más delitos que ensombrezcan la vida de mis hijos. ABDUL se dirigió a
sus hijos, los abrazó, lloró abrazándolos, les prometía santidad, al cabo de un
rato de lloriqueos, se dirigió a lo que había sido su cuarto, tomó su bolso con
su ropa y salió con rumbo desconocido. En ese instante la familia de María
llegó asustada a ver lo que estaba ocurriendo, María se les adelantó y les
dijo. Todo está bien, no se preocupen, que hemos dado el primer paso y no
pararemos de andar jamás. Abrazó a su mamá, a sus hermanos y a sus hijos. En
ese instante se le ocurrió consultar con sus hermanos sobre el mejor negocio
que se podía implementar en la comarca. Doña Cástula Reyes viuda de Carlos
Guañusca, era la oportunidad que esperaba y le dijo. María yo estoy segura que
el mejor negocio es el que no pude desarrollar con tu padre, se me enfermó el
pobrecito para no levantar cabeza, hasta que murió soñando con el “Destace
Guañusca”. Mira María se compran dos chanchos a la semana, uno se destaza el
Martes en la madrugada, a eso de las dos de la madrugada, a las cuatro de la
mañana estamos entregando el chancho completo excepto las lonjas en el mercado
oriental y pasamos vendiendo chicharrones toda la semana. Fíjate bien, un
chanco nos cuesta ya engordado de cien libras, unos mil quinientos córdobas, si
lo vendemos destazado; le sacaremos unas sesenta libras de carne y unas veinte
libras de hueso, a treinta pesos la carne, un mil ochocientos pesos y a diez
pesos el hueso, doscientos pesos. Sólo ahí tenemos dos mil pesos, que vendamos
la cabeza de chanco ya frita, le podemos sacar unos trescientos pesos, nos
quedan los chicharrones unas cinco libras, la libra anda por los sesenta pesos,
tendríamos trescientos pesos más; ya sumado todo le sacamos al chanco dos mil
seiscientos pesos, como ves tendremos una ganancia de un mil cien pesos por
chanco, si matamos dos chancos a la semana la ganancia será de dos mil
doscientos pesos, más la comidita que ya no compraríamos. El destace se lo
dejamos a Gumersindo, Cipriano que haga la entrega al mercado en la camioneta,
la Chilito que se encargue de darle de comer a los cerdos y nosotras de
encontrar comprador y de cobrar, yo me encargo de los chicharrones y de la
cabeza, tanto como de su venta en la casa.
Yo estoy segura de que nos será muy fácil encontrar cliente permanente
dentro de las vendedoras de carne; si el Oriental no responde, vamos al mercado
Bóer. Acordarte que ese podría ser uno de los negocios; bien podrías poner una
pulpería en tu casa, ahí te puede ayudar Castalia que ya se bachilleró y que
estudie los Sábados, hay que vender lo básico, arroz, frijoles, azúcar, aceite,
pinol, sopas pre cosidas, sal y de todas las golosinas para niños, compramos una
mantenedora, una refrigeradora, vendemos bolsitas, refrescos y le cumplimos a
tu padre. “Pulpería Guañusca” y “Destace Guañusca” que te parece. Están de
acuerdo ustedes preguntó maría a sus hermanos, quienes respondieron casi al
mismo tiempo….. Claro que sí….. Pues bien manos a la obra. Yo, mi madre y
Cipriano manejando iremos al mercado a buscarle comprador al chanco,
compraremos las vitrinas de la pulpería, la mantenedora y la refrigeradora,
iremos a comprar al mayoreo, los sacos de arroz, azúcar, frijoles, aceite etc.
Iremos a la casa comercial que distribuye chucherías y que pasa por aquí dos
veces por semana vendiendo para hablar con el rutero y nos tenga como cliente.
Castalia que vaya donde don Roger Matus, el pintor de la carretera, a dar hacer
los dos rótulos. Gumersindo que se vaya a comprar cinco cerdos ya para destace
al vecindario, luego veremos qué hacer con la chanchera pequeña que debemos de
tener. Chilito que compre las ollas, pailas, cuchillos, que se utilizaran en el
destace, que valla ahí nomás al kilómetro nueve, al Supermercado, la pasamos
dejando y luego se venga en la buseta que llega al 42. Los niños se quedarán
cuidando. María les dio dinero a todos para cumplir sus misiones. Al cabo de
seis meses la pulpería y el destace “Guañusca” eran popular en la comarca.
La felicidad de la familia Guañusca se vio alterada una
madrugada del siete de Agosto del año dos mil, Chilito no estaba en la casa, no
se había levantado a hacer su trabajo, la fueron a buscar a su cuarto, y encontraron la cama vacía, su perrita
Chihuahua (Dady) daba vueltas y vueltas en el cuarto. Asustados en la casa porque
chilito no tenía novio, a pesar de sus veintisiete años, Castalia que era de
veintidós años ya se había casado para el año dos mil, consiguió como marido a José
Treminio un buen muchacho de la comarca, heredero de una finca de cincuenta
manzanas, ella se había graduado de Contador Público y trabajaba en una empresa
ubicada cerca de su casa como gerente de contabilidad, ya tenía su vida
arreglada. La chilito había tenido un enamorado el cual llegaba dos veces por
semana a comprar chicharrones o cabeza de chancho, como pretexto para verla,
pero no le gustaba a la chilito, quien decía que era poco atractivo. Bueno, esa
madrugada los hermanos se volvieron a ver y, como impulsado por un resorte los
dos varones se dirigieron a la camioneta en busca de dicho enamorado. Sabían
que se llamaba Lorenzo Rueda (alias lencho) y que vivía en cofradía, llegaron a
la comarca, le preguntaron al primero que encontraron en dicha comarca por
Lencho, de inmediato obtuvieron información llegaron a la casa de habitación de
Lorenzo, la casa estaba cerrada, golpearon la puerta y nadie salía, una vecina
les llamó y les dijo. Ustedes buscan a Lencho, si respondieron los hermanos
Guañusca. Pues creo que trabaja en la finca “El ocote”. Gracias señora le dijo
Gumersindo. Que decís vos Cipriano vamos a la finca. Claro hermano vamos a buscar
a la Chilito. Llegaron a la finca, a las nueve de la mañana, preguntaron por
Lencho Rueda, uno de los mozos le señalo el cobertizo y se dirigieron a hacia
allá en su busca, lo encontraron bañando un caballo cuarto de milla, el cual
estaba siendo preparado para el hípico del 10 de Agosto en Managua. Ambos
hermanos saludaron a Lorenzo, quien sin asombro los saludo como viejos
conocidos. Que hacen muchachos por aquí, les pregunto Lorenzo. Los hermanos al
ver la normalidad del saludo, se quedaron perplejos, de inmediato se dieron
cuenta de que Lorenzo nada tenía que ver con la desaparición de Chilito, por lo
tanto era incorrecto darle a conocer la huida de chilito de la casa, que era lo
que ellos suponían debió ocurrir. Los hermanos están seguros de que chilito
huyó con un enamorado. Gumersindo respondió a Lorenzo. Paseando hermano,
conociendo esta bonita finca, te vimos y decidimos saludarte, ¿no has llegado a
comprar chicharrones?. Ah los chicharrones, no, yo llegaba a comprar para don ABDUL
y, por ahí le llevaba cartas de don ABDUL para la Chilito, bonita su hermanita,
ese don ABDUL es muy viejo para la Chilito verdad. Los hermanos Guañusca
intercambiaron miradas y le preguntaron a Lorenzo, por don ABDUL. Quien les
respondió. Don ABDUL está de vacaciones o renunció, no sé bien eso, pero ya hoy
no vino a trabajar. Era el chofer de don Mendoza. El señor Mendoza llegó
manejando su camioneta sin chofer. Él está en la oficina. Gracias Lencho le
dijo Cipriano. Los hermanos se dirigieron a su camioneta, y se comentaron.
Crees vos que este hijo de su madre, se la haya desquitado con María robándose
a la Chilito. Mira hermano durante estuvo detenida María, la chilito fue la que
vio a los niños y permanecía todo el tiempo con ellos, este desgraciado pudo
haberse aprovechado de ella en esa época y hasta cuatro años después logra su
objetivo. Este maldito ha destruido nuestra familia, mejor lo hubiese matado en
el 94 cuando yo te dije que tenía ganas de matarlo por lo que le había hecho a
María, ahora el muy desgraciado nos hace otra y, nos sigue destruyendo. Calma
hermano, vamos a la casa a platicar con nuestra madre y con María. Llegaron a
la casa, María estaba cruzándose cuando los vio llegar, doña Cástula estaba en
el fogón calentando la cabeza de Chancho, se bajaron de la camioneta y por
Gumersindo el hermano mayor era el que le correspondía hacer los cometarios del
caso. Gumersindo inicia la conversación de la siguiente manera: Se acuerda mamá
de Lencho, el joven que venía a comprar chicharrones o cabeza de chancho, el
cual sólo era risa con La Chilito. Pues nos acaba de confesar que el mandado
era del desgraciado de ABDUL y que siempre le traía una carta a la chilito de ABDUL.
María se puso colorada, se levantó y se dirigió al cuarto de María, busco
debajo del colchón donde dormía María y en efecto encontró unas cinco cartas,
las que de inmediato identifico como escritas por ABDUL, por su letra. Una de
las cartas, la que debió ser la última, estaba definido el día y la hora de la
huida, coincidiendo con la desaparición de María. Hermanos les dijo María vamos
a la Policía de inmediato a poner la denuncia del secuestro y del estupro,
nuestra hermana era una doncella. Tenemos que arrebatársela a como dé lugar,
antes de que la destroce. María dijo con enojo Cipriano, lo mejor es buscarlo,
matarlo y traernos a nuestra hermana. Hay mi hijo ripostó doña Cástula, estas
proponiendo el fin de nuestra familia. En ese momento llegó Castalia, a quien
se le miraba presurosa y angustiada. Mamá me acaba de llamar por teléfono la
Chilito y, me dijo que no la buscaran, que va a ser su vida con ABDUL en otro
país, que no se preocuparan que está bien. Todos escucharon el mensaje que no
querían oír, ABDUL ahora es doblemente cuñado, casado con María y Amante de la
Chilito. Doña Cástula rompió en llanto, María se volteó al grupo y se dirigió a
su casa. Castalia abrazó a su mamá, los hermanos Guañusca se fueron bajo un
árbol a dialogar sobre el siguiente paso. Hermano le dijo Gumersindo a
Cipriano. Ambos tenemos mujer e hijos a quien alimentar y cuidar, no podemos ir
detrás de ese maldito, nuestro negocio familiar no lo permite, yo destazo y tu
entregas los destazado, y es cada día de por medio ahora. Que hacemos hermano.
Si tú me lo permites y usamos nuestros ahorros podemos encontrar a nuestra
hermana, vengarnos del maldito y traerla para nuestra casa, Crees tu hermano
que la Chilito va estar feliz junto a nosotros, sabiendo que le matamos a su
hombre. Ella no piensa en este momento en María, ella piensa en ella
únicamente, ella en estos momentos no le hace falta la familia. Su familia es
el maldito y ella. Pensemos con calma, que podemos hacer y que la muerte del
canalla pase por un accidente. Así la Chilito se tendrá que regresar a casa sin
ningún problema con nosotros. Mira hermano dijo Cipriano. Ese hombre no dejará
de ser ladrón y, nuestra hermana corre el peligro de ir a prisión también
embarrada por ese delincuente.
Pasaron cuatro meses sin tener noticias de la Chilito, María
continuaba dirigiendo el negocio familiar, el cual se vio en la necesidad de
contratar fuerza laboral distinta a la de la familia. Así llegaron una
trabajadora doméstica, dos cocineras, un destazador y un ayudante de camioneta
para cargar y descargar la carne y la compra de los productos de la pulpería,
ya era un negocio mediano, el de las Guañuscas. Una noche de Diciembre sentada
frente al televisor doña Cástula escucho la piripi pi de “Última Hora última
Hora” se le pusieron los pelos de punta. La noticia. Dos asaltante en una
motocicleta cubierto su rostro con casco y de chaqueta negra en la ciudad de
Matagalpa, robaron una sucursal bancaria, llevándose la jugosa suma de cinco
millones de Pesos, que estaban destinados a financiar el corte de Café de la
zona de waslala. Los delincuentes un hombre y una mujer por su silueta,
encañonaron a los clientes, los obligaron a tirarse al suelo, a los
trabajadores los encerraron en una oficina y obligaron al gerente de la
sucursal abrir la caja fuerte del banco, de donde sustrajeron el dinero del
botín logrado. Los delincuentes huyeron con rumbo a las montañas, creyendo las
autoridades que ese rumbo es un despiste y, que los ladrones tomaron rumbo a la
ciudad de Boaco o con nueva vestimenta hicieron uso de los buses colectivos
para regresar a una ciudad del Interior.
Doña Cástula estaba llorando de los nervios, María también había visto
el mismo canal de televisión, se cruzó a casa de su mamá y la encontró
temblando de miedo. Mamita que tienes preguntó María, en el momento que llegó
Cipriano y Gumersindo, el celular de María sonó, era Castalia. María estás
viendo televisión, si mi hermanita, mamá también miró la noticia y, está
temblando de miedo. Cipriano y Gumersindo están aquí en casa de mamá, te paso a
mi mamá para que hables con ella. Mamá dijo Castalia por teléfono, no se preocupe
tanto, porque si no toda noticia de asalto que vea en televisión le va alterar
los nervios, eso es muy peligroso. Hay hija mía, soy feliz por estar cerca de
todos mis hijos, pero hay una de la cual no se su paradero, no sé si sufre,
como no me voy asustar si el tipejo que se la llevó vive del robo. Hija yo no
veo noticieros, estaba viendo novela y, de pronto la noticia. Sabes hija, no me
equivoco, es ella y el tipo que desgració a mis dos hijas. María no duda,
porque la forma del asalto, es la misma forma que utilizó en el robo de la
sucursal Bancaria en Copaltepe hace unos treinta y cuatro años. Su estilo es el
mismo aunque ahora tenga cincuenta años. Mamita le respondió Castalia, mi
esposo José me ha contado que conoce a unos investigadores privados que podrían
ayudarnos en encontrar a la Chilito, si desea yo los llevo con José a la casa
para que platiquemos con ellos. Hijita dijo doña Cástula, aquí estamos todos,
han escuchado y dicen que si pueden venir mañana, los esperamos a las tres de
la tarde. Okey mamita ahí estaremos mañana. Nos vemos, calma, no se sulfure y
póngame a María. Doña Cástula paso el teléfono a María y, esta únicamente le
dijo. Todavía estamos a tiempo de salvarla. Nos vemos mañana.
Al día siguiente siete de Diciembre, día de la Gritería a la
Purísima Concepción de María, se presentaron a casa de doña Cástula, además de
José Treminio y su esposa Castalia, tres personas más que representaban a la
empresa de Investigadores privados “El Halcón”. Los miembros de esta empresa
habían sido agentes de seguridad gubernamental y, tenían mucha experiencia en
seguimiento de objetivos políticos. La técnica que presentaron para la
ubicación de la Chilito, fue el seguimiento a los asaltantes del Banco de
Matagalpa. Diez hombres dispuestos a rastrear el rumbo a lo inmediato. Ya en
acción, el equipo rastreador designo como coordinador del equipo a Julio
Velázquez, especialista y con experiencia en contrainteligencia militar. Este
designó a dos investigadores a que le dieran seguimiento desde la salida del
banco luego del asalto hasta el cambio de rumbo original. De estas pesquisas,
se identificó lo siguiente: Que los asaltantes enrumbaron hacia la montaña de
Matagalpa, específicamente adentrándose a la comarca de Mulukuku, antes de
salir de la ciudad la Chilito se bajó de la moto en el barrio Guanuca con el
dinero del robo, lo echaron dentro de un saco de bramante cubierto con hojas de
zanahorias e inmediatamente detuvo un taxis, a quién pidió la llevara al
empalme de Boaco, quién sin regatear precio subió para emprender su viaje, ABDUL
continuo con su viaje de despiste hacia Mulukuku y, a unos dos kilómetros
adentro, detuvo la motocicleta, la dejó ir a un precipicio, se deshizo de los
cascos, y tomó la primer camioneta de regreso a Matagalpa, se bajó en el
mercado municipal para luego tomar un bus rumbo a Managua. Chilito, al llegar
al empalme, le suplicó al taxista la llevara a Boaco y este por el ofrecimiento
de pago, no titubeó. Esta al llegar a Boaco, paró un taxis local y le solicito
la llevara al empalme de San Benito, éste le dijo, te llevo por doscientos
pesos, chilito estuvo conforme y ya en el empalme le pidió que la llevara a
Managua que le daría el doble, este le dijo, esta bien pero tengo que quitar el
rótulo de taxis que llevo arriba, porque nosotros no podemos llevar pasajeros a
Managua, está bien le dijo la chilito, la acción del taxista, le dio seguridad
a la chilito, quién en confianza le preguntó, usted si lo detienen los señores
que controlan los taxis, usted puede decirle que soy su esposa y que me lleva
de visita a un centro comercial. Si usted me lo permite le dijo el taxista está
bien, pero deme su nombre, así al menos seré más creíble. Me llamo Auxilio
López. De suerte que nadie los detuvo, pero la Chilito guío al taxista hasta
bajarse en el Barrio Loma Linda.
El trabajo de los investigadores se desarrolló así: Los
investigadores privados al llegar a Matagalpa a eso de las seis de la tarde del
siguiente día de los hechos, se dirigieron a la cooperativa de taxis, indagaron
sobre taxistas haciendo viajes hacia fuera de Matagalpa, sin mucho investigar
encontraron a un cadete que les contó que él llevo ayer por la tarde a una
joven hacia Boaco y que dicha joven llevaba un saco de Zanahorias. De inmediato
se movilizaron hacia Boaco, quedándose otros dos investigando sobre el camino
hacia Mulukuku. Al llegar a Boaco hicieron lo mismo, ahí les fue más fácil,
debido a que hay taxistas que solamente hacen viajes de Boaco al empalme de San
Lorenzo, ubicado sobre la carretera hacia Chontales, de inmediato encontraron
al taxista que llevo a la muchacha con el saco de zanahorias, este asustado les
pregunto: ¿Qué, le pasó algo a la muchacha?. No señor le respondieron los
investigadores, quienes se presentaron como hermanos, lo que pasa es que ella
nos había dicho que se iba a quedar en Boaco para irse hoy, y nosotros la
fuimos a buscar al hotel y, ya se había ido, por lo que decidimos indagar con
quien se había marchado. Fue en ese momento que el taxista les contó toda la
travesía que hizo con auxilio.
Los investigadores en Matagalpa muy de mañana salieron hacia
la salida a Mulukuku y según el rastro
de una de las motos que se distinguía en el camino, notaron que se detuvo,
bajaron del carro y al inicio del guindo se fijaron en el monte machacado,
sacaron un Largavista y descubrieron en
el fondo del barranco pedazos de moto, se fijaron en los rastros que dejan los
zapatos y las mismas características de las pisadas a orillas del barranco se
cruzaron el camino carretero, fue en ese instante que uno de los investigadores
vio pasar una camioneta hacia Matagalpa y le dijo al compañero, no jodás este
hijueputa tomó una de esas camionetas y se regresó a la ciudad, vamos de
inmediato donde el jefe, regresaron al hotel donde se encontraba el jefe del
grupo y este al escucharlos, les dijo. Recojan sus cosas que nos vamos para
Managua, al cabo de cinco minutos enrumbaban hacia Managua a encontrarse con el
otro grupo en el empalme de San Benito. Una vez en el Empalme se dirigieron a
un bar en donde el jefe los había convocado. En dicho bar estudiaron el caso
con la información obtenida, llegando a la conclusión de que Chilito despistó
al taxista que la llevó hasta Loma Linda, estemos seguros de que ella ahí
esperó a ABDUL, este llegó por la noche y se esfumaron. Está bien dijo uno de
los investigadores, pero si se fueron, eso debió haber sido el día de hoy, así
que estamos en caliente, vamos a Loma Linda y ahí entre los nueve, nos
distribuimos y nos informamos por apartamento o casa desocupada el día de hoy,
alguna información obtendremos, muy bien manos a la obra. Los tres vehículos
llegaron a Loma Linda a esos de las once de la mañana del ocho de Diciembre,
ingresando por la Sub Urbana dos de ellos y el otro ingresó por donde le pusieron
la raya a Pedro Solórzano para que no corriera como Alcalde. Ambos se fueron
indagando desde cada entrada sobre apartamento o casa recién desocupada, se
toparon en la plazoleta del monumento a Camilo, se detuvieron, bajaron del
carro, se fueron a una fritanguería que estaba al frente del monumento,
ingresaron en el momento de que la dueña estaba poniendo un rotulo. “Se alquila
un Cuarto”. El jefe de los investigadores, se le acercó a la doña, y le
preguntó afirmando. ¿Este cuarto lo desocuparon hoy?. La señora se volteó a
verlo y le dijo, si señor hace una hora se fueron los inquilinos. El jefe con
la mano cerrada y el dedo gordo de su mano derecha hacia arriba les hizo de
seña a sus muchachos. Estos se levantaron con intenciones de se seguirlo, y el
jefe les dijo, calma vamos a desayunar. Cada uno de ellos pidió, tajada con
chorizo, dos huevos, dos morongas y queso, y para tomar una Gaseosa de la
localidad. El jefe, se dio cuenta de que la señora con esa venta le bastaba
para no vender más, se le acercó y le dijo, donde podré hallar a mi hermana la
Chilito. La doña asustada le dijo, usted es hermano de Auxilio, si señora le
respondió el jefe. La señora entusiasmada por la venta de tajadas del grupo,
siguió hablando mientras despachaba. Ayer la Auxilio llegó casi a las ocho de
la noche, y su marido vino como a las nueve y algo y algo, de pronto salieron a
cenar, yo esperaba que me regalaran unas cuantas Zanahorias que había traído la
Auxilio, pero me salieron con la sorpresa de que iban a marcharse hoy, me
pagaron la cuenta. Toda la mañana pasaron empacando su cosas, el señor se fue a
comprar unas valijas, las trajo, desayunaron, de pronto el salió con un saco y
lo fue a botar al conteiner de basura que está en la esquina. A las nueve
salieron y se fueron. Yo aproveche cuando el salió a comprar las valijas y
platique con Auxilio, y ella me dijo que se iban a vivir a Copaltepe, un lugar
donde había nacido su marido, que ahí tenía una finquita y ahí se iban a quedar
criando sus hijos, ella me dijo que tenía dos meses de embarazo. Sabe usted que
ruta tomaron, no señor, el salió y vino en un carro usado, bonito, dijo que un
amigo se lo había prestado, de casualidad no se fijó en su placa doñita, yo no,
pero mi marido creo que sí. Julio, ven por favor, al grito apareció don Julio
Galindo el Marido de doña Clemencia Gallo; ésta le pregunto: Julio cual es la
placa del carro que trajo don ABDUL. Para esa Chochada me llamaste, no jodas
vos, yo estoy ocupado para andar con cuechería. Ven hombre, este señor es
hermano de Auxilio y la anda buscando. Hummmmmm eso está jodido, yo le pregunte
a Auxilio por su familia y me dijo que era hija única, ahora me salís vos con
hermano. No señor no se preocupe, ella es mi hermana paterna, mi padre está muy
grave y me pidió que se la buscara, quiere dejarle a ella unos centavitos en
efectivos y entregárselos él mismo. Así que no se preocupe, no es nada malo.
Está bien, la placa es MA-012457, un Hyundai. Año 1996. De inmediato dio las
gracias se fue a la mesa a disfrutar de su cena, en la mesa, le pidió al muchacho
que había trabajado en la policía de tránsito investigara el vehículo; este le
dijo, correcto hermano yo trabajé también en archivo vehicular. Llamó a su
contacto y este le dió el nombre del dueño del vehículo y su dirección domiciliar.
Cenaron y se fueron en busca del domicilio del dueño del vehículo, ya eran las doce
del día cuando llegaron al barrio el Edén, dieron con la dirección, platicaron
con Gerardo Lumbí dueño del vehículo según tarjeta de circulación y, este les
dijo que ese vehículo lo había vendido hacía unos cinco años a un señor de
apellido Domínguez, pero pueden ir donde el Notario, este señor tiene sus
oficinas en el Mercado Roberto Huembes, se llama Dolores Reyes. Gracias don
Gerardo, usted ha sido muy amable.
Julio Velázquez, le dijo a sus compañeros, nada hacemos con
ir a buscar a ese Abogado, nos puede dar el nombre del comprador, luego este no
dirá que también lo vendió y, así perderemos más tiempo, ya andamos pisándole
los talones. Creo que ABDUL nunca iría a esconderse a su pueblo, ni tampoco
buscaría como salir del país con tanto dinero en moneda Nacional que no le va a
servir en otro país, además de correr el riesgo de ser detenido por tráfico
ilícito de moneda al encontrársele tal cantidad. Tratemos de maquinar; ¿qué
harías tu Roger en este caso?. Bueno según mi experiencia un ladrón no andaría
cargando mucho tiempo tanto dinero, él buscaría un lugar que no fuese hotel ni
motel, porque sabe que en estos lugares informan a la policía de cada cliente
que llega a buscar alojamiento. Ellos se fueron a buscar como arrendar una casa
a ciudad Sandino, ya que ese barrio es populoso. Son una pareja andan en carro,
en estos momentos andan recorriendo ciudad Sandino en busca de casa, si
encuentran ahí, se quedaran al menos unos seis meses sin dar mucho la cara.
Julio a lo inmediata le encuentra lógica al razonamiento de Roger. Que
esperamos, los tres vehículos a Ciudad
Sandino, no, es mejor que Roger con su grupo se quede en el reparto Satélite de
Asososca, Iván con su grupo que busque en los barrios aledaños a ciudad
Sandino, nosotros iremos a ciudad Sandino. Por favor nadie utilice teléfono
para brindar información de su trabajo, si me llaman es porque los encontraron
y únicamente me dicen: Julio hay nacatamales donde doña Myriam. Yo de inmediato
llamó al otro grupo y nos reunimos en el bar más cercano al hallazgo. Okey
señores, a trabajar.
ABDUL, en su carro, le dice a la Chilito. Amor que te parece
si vamos a Xiloa. No, en ese lugar tenemos que identificarnos y pagar un boleto
para entrar, nos apuntan la placa del carro, tanto al ingresar como al salir,
estaremos dejando huella, lo mejor es buscar una casa en los Brasiles, la
primer casa que veamos con rotulo se alquila, nos bajamos a arrendarla, pasemos
comprando un colchón en Ciudad Sandino para dormir. Bien vamos al mercadito,
por ahí compramos provisión de enlatados para no salir en una semana, compramos
escoba, para pasar barriendo y nos vean los vecinos al menos en el patio, ya
que tampoco debemos de mostrar mucha irregularidad en nuestro comportamiento.
Con toda la provisión ya comprada se dirigieron hacia los brasiles, llegando a
eso de la una de la tarde, con tanta suerte que en el cruce del ferrocarril,
estaba un rótulo que señalaba hacia el Norte, se alquila casa con dos cuartos;
Ingresaron a la calle donde antes eran los rieles del tren, llegaron al lugar
señalado, se bajaron del carro y se dirigieron a la casa vecina. Señora, usted
nos puede decir, donde encontramos a los dueños de la casa que se alquila. Soy
yo señor, quiere verla, por favor si es tan amable. La señora se introdujo a su
asa extrajo la llave de la casa, abrió la puerta e invito a la pareja a conocer
la casa, ya adentro les preguntó: ¿no tienen hijos?. No señora respondió la
chilito, pero en unos siete meses si Dios lo permite tendremos nuestro primer
hijo. Usted, le respondió la señora, porque a este su marido se le ve gallo
jugado. ABDUL se lanzó una carcajada, y dijo. A que señora ésta, que come que
adivina. Señora cuanto cuesta este alquiler, mire don Juan, le dice la señora Luzbela,
esta casa es mi pensión, mi hijo me la dejó para que la alquilara y no la puedo
alquiler en menos de cien dólares, eso sí, usted me tiene que dejar cien de
depósito por el último mes y cincuenta por servicios públicos. Eso significa
que además de los cien dólares del arriendo, tenemos que pagar servicios
públicos. Claro mi amigo, los cien dólares son de arriendo, ustedes pagan la
luz que gasten y su agua, el depósito es por si acaso ustedes desocupan por alguna
urgencia. Está bien doña Luzbela, quisiéramos tomar posesión de la casa ya
mismo. Bueno ustedes mandan. Aquí tiene su dinero. Aquí está su llave. Pero me
permiten una pregunta, si doña Luzbela. Cuando trasladaran sus muebles. En
estos días señora. Bueno les pregunto porque mi hijo me dejó cocina, cama
matrimonial, un juego de silla, si quieren también se los puedo alquilar. Se
los daría por veinticinco dólares mensual. Ni hablar doña Luzbela, por favor
tiene quien nos cruce esos muebles, si mi hijo, ya se los cruzo. A cabo de diez
minutos un grupo de chavalos estaba trasladando los muebles a la casa de
alquiler. La Chilito una vez que vio los muebles adentro de la casa le dijo a ABDUL;
parece que la suerte está con nosotros. No me quejo respondió ABDUL.
El grupo de Julio Velásquez, llegó al mercado de ciudad
Sandino, se bajaron, de pronto Julio recordó de una perrita que dormía con la
Chilito desde hacía unos cuatro años y, que le había contado uno de los
hermanos de Auxilio, de inmediato tomó su teléfono marcó el número de la casa
de la Chilito, solicitó le pusieran al hermano que los había acompañado en su
búsqueda al inicio. Del otro lado tomó el auricular Cipriano Guañusca, aló, en
que podemos servirle. Quien habla, yo soy Julio, necesito que un hermano de la
Chilito venga al mercado de Ciudad Sandino y se traiga la perrita que dormía
con la Chilo. Ah sí Dady, está bien habla Cipriano, voy para allá
inmediatamente. Eran las tres de la tarde cuando llegó Cipriano al mercado de
Ciudad Sandino con la perrita Dady. Julio tomó la perrita en sus manos, se
introdujo a las tiendas del mercado, en una de las tiendas la perrita se puso
inquieta, Julio se dio cuenta que la Chilito había estado ahí comprando,
observó la mercadería y su lógica policial le dijo que habían comprado
enlatados, recorrió el tramo con la perrita, salió del tramo y la soltó, la
perrita de inmediato hecho a correr hacia el Oeste del Mercado, sobre una calle
que los llevó de nuevo a la carretera propiamente en su kilometro dieciséis, el
carro a muy corta distancia se le adelanto para que no cruzara la carretera, la
tomaron en sus brazos y pasaron la carretera con ella, luego la soltaron del
otro lado, y la perrita siguió corriendo hacia el poblado de los brasiles, al
llegar al cruce de donde fueron los rieles del ferrocarril, la perrita se
detuvo, olfateó toda la calle, y de pronto se dirigió hacia el Oriente sobre la
calle del tren. Llegó a una de las casas se arrimó a la puerta de esa casa y
comenzó a arañar la puerta. La puerta se abrió y la perrita ingresó rauda al
interior de la casa, había sido la Chilito la que había abierto la puerta, esta
del susto sólo grito “dady”. De
inmediato Julio llamó a sus compañeros y en ese instante Cipriano salió corriendo
con un cuchillo en mano hacia la casa en cuestión, ingresó violento, se escuchó
un portazo y de pronto lo vimos recorriendo el patio de uno de los costados de
la casa, como buscando a alguien, nos llamó, llegamos a la casa y nos dimos
cuenta que ABDUL, no estaba en la casa. Nuestro papel de encontrar a Auxilio
Guañusca, había terminado. Auxilio abrazó a su hermano llorando, éste con ira
le preguntaba donde se fue ese maldito, Auxilio sólo lloraba. En ese instante
llegaba todo el grupo de búsqueda. Casi al unísono nos dijimos ese desgraciado
no era nuestro objetivo, tampoco podíamos llamar a la policía, ya que nuestro
deber era la búsqueda de Auxiliadora Guañusca, no el esclarecimiento del
asalto. Además nuestro compromiso era, que si podíamos no involucrar a la
Chilito, era mucho mejor para los Guañusca. Decidimos llevarnos a la Chilito a
entregársela a los Guañusca. Llegamos a las seis de la tarde, hicimos la
entrega de nuestro trabajo, nos cancelaron y nos fuimos a nuestras oficinas a
pagarnos entre nosotros. Estando en la oficina, con mucha más calma, analizamos
nuestro involucramiento en dicho asalto, concluimos que estábamos involucrados
con nuestra actuación, éramos cómplices si nos callábamos de ese conocimiento,
pero teníamos que ocultar la participación de la Chilito. Julio Velásquez
preocupado por su empresa de Investigación, les dijo: Y si lo matamos en
silencio, lo enterramos, quien preguntará por él, lo obligamos a que nos diga
donde guarda el botín, si estamos de acuerdo debemos de realizar ya la acción.
En estos momentos está desenterrando el botín para largarse, acuérdense que
nadie se dio cuenta que nos trajimos a la Chilito. El debió andar haciendo
algún traspaso del botín muy cerca de ahí. Si estamos de acuerdo, la mano en la
frente en señal de órdenes cumplidas. Diez manos fueron puestas en la frente de
cada quien en señal de aceptación.
En mi vida real yo tengo muchos años de no ver a Abdul, sí,
creo en la posibilidad de que los investigadores privados, no permitieron dejar
rastro de su trabajo.
Ojalá que me equivoque, en todo caso, que podemos hacer.
Nada. Únicamente contar para la historia de Abdul.
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