POEMAS Y PROSAS

 




POEMAS Y PROSAS

CUARTETOS AL VACIO. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 5/2/2021

 

Cuando triunfe, Manuela, serás elevada casi a Santa

Veneraran tu estampa vestida con el dominguero

Reirás hasta el cansancio de ver tanta distinción

Te someterán a estulticia social identificando lo moral

 

Cantarás al amanecer un sincope en sostenido menor

Convertirás la sonata en cántico a un jilguero

Volarás sin tus alas al infinito medular complaciente

Cesará en ti el alfabeto y lo convertirás en palabrerío

 

Saciad tu escombré de alto linaje para lo efímero en ti

Vaciaras el tinajo experimental en brevedad marital

Suplirás lo incorpóreo en materialidad luciente

 Verás lo inmanente en trozos grana y zafiro

 

Esculpe tu interior sin darle forma corpórea

Exalta el antídoto de tu benevolencia personal

Que no importe, hazte la impasible frente al tormento

Vive tú, desnuda al desnudo, fértil ante lo infértil

 

Estremece el insomnio en la desesperanza

El sueño no es para despertar, es para seguir soñando

El retorno es para vivir mejorando en resiliencia

Calla y permite que la litispendencia callejera se retire

 

Hemos triunfado Manuela, lame la justicia, el honor

El desenfreno no es para tu linaje expectorante.

 

EFUGIO DE PRIMAVERA RADIANTE. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 12 /2 /2021

Reflejo con mi andar

El suspiro de mi anhelo

Que surge en nacimiento

Precoz de deleite saltarín

Volcado hacia el espiral desigual

De mi borla chasqueada en eficacia

Para cortesía adonizada

A mis pasos por mi rumbo fértil

 

Denotas astucias de sobremanera

En aprisionar tu anhelo ámbar

Efugio de primavera radiante

Hacia lo inasible incorpóreo

Viviente por fuerza resiliente

A la proporción de vida ocupada

En el altar de lo dulce color rojo

Ardiente en su belleza ancestral

 

Suspira el aire conveniente

A tus bajamares locos de ilusión

Al caminar preciso en el andén de selección

No escatimes saludos primaverales

Brota la flor de tus anhelos

Notorio debe insistir en tu silueta

Busca al infinito tu anhelo de primavera

Calcina la desesperanza opresora

 

 

 

EL DIARIO VIVIR. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 28/1/2021

Cinco de la mañana,

mis ojos se despabilan y a lo inmediato despierto,

escucho el trineo alborozado de pájaros,

 gallos y gallinas, quiquiriquí,

el graznido de patos y chompipes,

chillidos, silbidos de distintos tipos de aves,

 mugido de bacas.

Ya clareó, el nuevo día resplandece,

 se escuchan automotores en marcha

El movimiento de las personas se distingue por su vos,

 sus pláticas, sus saludos

Los vecinos se duchan para iniciar su cotidianeidad,

 suenan campanas

Levanta a los niños, la escuela los espera.

 

El desayuno, leche, gallopinto y pan;

a lavarse los dientes, termina de peinarte

Ya es tarde, vámonos,

pasemos dejando a los chavalos

Cámbiate esa camisa, se ve viejita,

no, ya no hay tiempo

A ver chavalos con cuidado al bajarse,

 ahí está la maestra,

Maestra como se han portado los niños, hoy les mando reporte.

Ese trajín es todos los días, de lunes a viernes, pero es alegría

Es alegre ir a trabajar, más alegre el día de pago

Lo triste es pagar y que tus esfuerzos se esfumen en una semana

Y muchas veces el mismo día, pero satisface cancelar tus deudas

Volver con la frente marchita, dijo Gardel.

 

Y si eres empresario, trabajas en tu farmacia,

a los tres meses no quieres vender

que estresante todos los días detrás del mostrador

Hay que buscar un vendedor,

adiós ganancia, pero es necesario

Tu salud es primero, … no se te haya cómodo,

en cuanto es Chana es Juana.

Quiero ser rico, no deseo ser pobretón,

hay mi amor, pero si tú eres rico

Que rico y que nada, eso es ser sabroso,

pero de eso no como

Bueno, no nos queda de otra que esperar JUBILACIÓN

 y morir siendo pobre.

 

 

 

 

LA PASIÓN ES VIDA.

Heberto Guillermo Corea Guerrero. 26 enero 2021

 

 

Cuanta fragancia niña, en busca de que vas,

 Del arrullo o del arroyo, espero que no sigas el murmullo,

tal cual empericueto da la semblanza que buscas a

cupido, oh el ruiseñor de la lujuria te inspira algo más casto,

aunque un poco desacato no se vería mal

 

Caminas desdeñada, levanta el ímpetu y siéntete airosa,

triunfante en tu entorno de diva, no desesperes,

no tomes el primer lanzamiento imperfecto,

respira y suspira para levantar antorchas oníricas,

templanza en tu mirar y sonrisa de acrecer

 

Perfila tu presente, ten visión de escarlata, de carmesí, de grana,

no bajes escalones, súbelos; no limites tu belleza,

muéstrala sigilosamente al atardecer del invierno,

tu verdad de Perogrullo debe mostrarse altiva,

sin desfachatez de peregrina

 

Sensible a lo deshumanizante para proveer dulzura,

atenúa tu debilidad humana, se cómo el ángel que vuela en lo etéreo,

agita tus alas en momentos álgidos,

desenfunda tu vigor, salta vallas para mejorar el paso,

y conducir hacia lo vehemente.

 

 

 

 

 

                                                FRENESÍ DE LUNA. Heberto Guillermo Corea Guerrero. 2016

Las nueve de la noche, sábado, día de la libertad, a las doce de la noche, esperamos que se ilumine el espacio sideral hacia el oeste de nuestra posición física, juegos de luces chinas fue publicitado. En esa espera, contemplábamos las estrellas, la Luna, en fin, todo el firmamento. 

De la misma manera nuestras manos jugueteaban con nuestros cuerpos, nuestros besos trasmitían energía de la buena, de aquella que no asoma imperfecciones, nos revolcamos en la grama, un no, podía destruir la noche, saturados de amor, fuimos en busca de la desnudez, perdidos por el desenfreno hicimos el amor a campo abierto, era su primera vez.

Tanto era mi frenesí que inicie en recorrido por todo su cuerpo con mis besos, cuando llegue al monte de venus era insaciable mi apetito, con voracidad y dulzura logre su primer éxtasis, al llegar mis labios a los suyo, me besó con tanta dulzura repitiendo constantemente, mi amor, mi amor, mi amor.

La abrase con fuerza y afabilidad que sentí lo calientito de su sangre y de sus lágrimas, ella levanto su vista hacia mi rostro y sonriendo limpió mi boca, yo con mis manos limpié sus lágrimas, tomé su ropa íntima y se la puse, el vestido bello amarillo de chiffon que ostentaba esa noche la hacía merecedora de ser la ninfa más preciosa bajo la Luna, la tome de sus manos e incorpore su cuerpo.

De pie bajo la luz nocturnal, su silueta era encantadora, su carita me mostraba su amor hacia mí, yo quería tenerla en un pedestal, la adoraba sin ser politeísta, le acaricie su carita y resbale mi mano por todo su cuerpo, a ella se le irgo su cuerpecito y, en un arrebato de lujuria colocó su mano en mi hombría y me dije, la amo porque él se llevó mi vida en este frenesí de Luna.

 

 

 

NOVIASGO EN EL CAMPO. Heberto Guillermo Corea Guerrero 2016

 

Con el afán de encontrar una doncella célibe

Justo caminaba cinco kilómetros a pie y descalzo

visitaba a la joven, tres veces a la semana

los sábados le correspondía tomarla de la mano,

los martes le acariciaba el cabello,

los jueves le daba un beso en la mejilla.

 

El vecino de la joven, el domingo y el lunes le daba sus besos locos

el miércoles le acariciaba todo su cuerpecito

el viernes le hacía el amor

 

Justo respetaba siempre su compromiso con el suegro.

Evangelina, un día de tantos le dijo a justo;

porque no me toca los pechos justo,

no es dable Evangelina, sería faltar al compromiso con mi suegro

si mi papá no nos mira, no ves que es miope,

me permites que te bese en los labios le dijo Evangelina

 

Justo pensativo le respondió, quién te enseñó a usar la lengua

no, nadie, ella sola sale en busca de tu salivita

Evangelina porque me tocas ahí, para que salga mi justo a tomar aire.

 

Evangelina salió con barriga y, el sábado el suegro esperó a justo,

bueno Justo, ponga la fecha del casorio, justo sereno dijo:

Suegro, yo he cumplido con nuestro compromiso,

ni se dónde queda el huequito de Evangelina

aunque el vecino me dijo el otro día, Evangelina ya tiene el huequito hecho,

busque al vecino para que se lo tape, yo me largo.

 

 

 

 

                                           ODA A UNA ÁRBOL. Heberto Guillermo Corea Guerrero. Octubre 2016

 

Tu nacimiento fue premonitorio: “Árbol para sombra y descanso serás y te llamaran Genízaro”

para la gloria de tu pueblo Nagrando, fuisteis un infante, un soldado, un guardián; cobijasteis bajo

tus ramas, a indios mangues chorotegas, a nagrandanos de paso, a mexicas en guerra, a tus vecinos de imabite, de matiari, de sutiava, de nindiri, nicaraos, monimbo, jalteva, indios managuan, todos ellos hombres, mujeres, niños, descansaban bajo tu sombra, dormitaban lo noctambulo, hacían trueque de sus objetos comerciales, fuisteis posada de lúgubres  actos carnales y también primorosos; el búho vigilaba en tus ramas, miles de nidos posaron en ellas, millones de pajarillos alzaron vuelo desde tus ramas, otros cayeron a tierra firme, saltaron entre tus ramas, picotearon, cantaron con sus sonidos onomatopéyicos, unos con chillidos, graznidos, pio pio, gorjeo, gañido; en fin toda una orquesta que emitía sonidos de paz, el transeúnte gozaba de sus cánticos líricos.

Árbol inmenso cuyas ramas cubrieron seiscientos metros cuadrados en sombra, con grandes ramas hacia abajo que nos servían para sentarnos o jugar, el trapecio, caminar sobre ella sin caernos, saltarla, en fin, era un verdadero juguete en las manos de un niño. Ya adolescentes, de tardecita nos sentábamos a ser cobijados por su sombra, de nochecita, hay san Valentín para que sufrir.

La colonización, nos trajo el caballo, la carreta y, el genízaro en su gran labor de guardián, ya no era lugar de descanso sólo para las personas, también de los animales de transporte, luego llegaron los viajeros extranjeros, italianos, ingleses, alemanes, franceses, norteamericanos y, estos trajeron las diligencias, carruajes o coches, y siempre el genízaro fue su lugar de descanso. Fue declarado monumento nacional y a partir de esa declaración, inició de forma irreversible su deterioro. No es posible mantenerlo por una eternidad. Salutación por vivir tantos años en nuestra época.

 

 

 

PÁJARO NEGRO.             Heberto Corea. 22/8/1985

De pronto, un estruendo se escuchó

el cielo no se abrió, todos salimos a ver

en el instante a lo lejos, otro estruendo

está explotando el cielo, las nubes queditas

 

Que será esa explosión papá dice mi hijita

su inocencia pura no vislumbra peligro

vuelvo a ver a mi esposa, que tiembla de temor

respondo a mi hija, es el pájaro negro

 

Es un pájaro inventado por el diablo

quiere comerse a la gente que está en contra de él

nos está metiendo en miedo mostrando su poder

quiere sangre mestiza para saciar su sed

 

Tiene hambre de territorio, sed de petróleo

quiere comer frijoles, maíz, cebollas, plátanos

todo sin comprarlo o pagando una mezquindad

quiere arrasar con la dignidad del hombre

 

Tiras bombas, lanza enfermedades, pega fuego al campo

mata todo lo que se mueve o piensa

quiere hombres y mujeres sumisas

que se hagan los tontos cuando sufren

 

Hijos míos, este es un pleito político

los de la izquierda y los de la derecha

y siempre gana uno de ellos, aunque sea el malo

pero ninguno, libera al pueblo de la ignominia

 

 

 

 

POBRE DE MI EN SOLEDAD.

 Heberto Guillermo Corea Guerrero. Septiembre 20016

 

Caminé, caminé y, caminé, en ese caminar recogía un palo como para defenderme, otras veces recogía una piedra, me sentía mejor con un garrote semi pesado, en ese caminar no encontraba a ninguna persona, el camino era solitario, si veía cruzar el camino por animales rastreros, me detenía hasta que ellos alcanzaban la orilla del camino, luego continuaba caminando, pasaban los días y, cada noche me detenía y dormía arrebujado sobre monte que cortaba y lo colocaba a orillas del camino, así pasó el tiempo, no sé cuánto, quizás un mes o unos seis meses, lo importante para mí, fue cuando llegue a un pueblito de casas pajizas, donde niños jugaban en la calle, y los mayores sentados en horcones conversando y cuidando a sus niños, yo pasé y no se dieron cuenta de mi presencia, me detuve volví a ver a los mayores y nada, ni me volvían a ver. Chocho me dije a mi mismo, será que morí y soy un alma en pena, tomé una piedra pequeña y le lance donde jugaban los niños, ni cuenta se dieron del llamado de atención que hacía con ellos. Voltee a ver detrás de mí y vi una ermita con una cruz de madera enorme colocada a orillas de su entrada principal, me dirigí hacia la entrada de la ermita, al llegar al dintel de la puerta me detuve, de frente estaba el altar cubierto de flores, a orillas del altar divise a una señora que me hacía señas con la mano derecha para que entrara, le hice caso y me dirige hacia la señora, al llegar cerca de ella, me extendió su mano, se la tomé y, me llevo detrás del altar, ahí me señaló una sotana blanca, la cual tenía un cordón café en su centro, me dijo que me la pusiera, yo la tomé, y me puse la sotana, una vez puesta y amarrado su cordón, me tomó de la mano y me colocó en la entrada de la ermita, en ese momento, todos los niños y los mayores que estaban afuera, los cuales ya había visto, pero ellos a mí, no me determinaron, corrieron alegres hacia la ermita a saludarme, los niños me tomaban de la mano y se la ponían en su cabecita y, los mayores me tomaban la mano y se la llevaban a su boca para besármela, ese instante fue una algarabía, volví a ver a la señora que me había vestido, para preguntarle con la mirada que hacía, ya no estaba, volví a ver hacia el altar y logré verla diciéndome adiós, no tuve más que;  echarles la bendición con la mano derecha haciendo la señal de la cruz y a la vez diciéndoles, llegué cansado voy a tomar un descanso, quise cerrar la puerta de la ermita pero no tenía puerta, continué caminando hacia detrás del altar y, precisamente en ese lugar había una camita pequeña, con su sabanas limpias, su almohada, y en su orilla una silla de madera con un vaso de agua limpia, tomé el vaso de agua y me la bebí, me senté en la cama, luego puse la cabeza en la almohada, cuando me di cuenta estaba amaneciendo otro día, asustado me suspendí de la cama, salí a la puerta de la ermita en el preciso momento que se me acerca una joven de unos treinta años, yo tenía quizás veintiocho años para esa fecha, la joven traía una ropa en sus manos con mucho cuidado, se me acerco y me dijo, padre, soy la encargada de lavarle sus vestimentas y, precisamente le traigo la sotana que se utiliza para dar misa los jueves a las cinco de la mañana. Padre vengo a las cuatro porque yo le voy a mostrar su baño y su retrete, por favor sígame, la seguí detrás del altar, ella volvió a ver la cama, se acercó y arreglo las sabanas, acomodó las almohadas, luego me dijo por favor quítese la ropa, le hice caso, y me quité la ropa, me tomó de la mano y me señaló una pila de piedra llena de agua, me acerqué a la pila, ella tomó una pana, tomo agua con la pana y con sus manos me untó el agua en el cuerpo, y me dijo, de esta manera no la causará tanto frio, luego tomo un jabón y me enjabonó el cuerpo, yo pensé que no me tocaría mis partes íntimas y, la enjabonó sin ningún recato, claro yo no pude detener la erección, y en ese instante me dijo, que bueno que fue Dios con usted, en el momento que ella se desvestía, quedó como vino al mundo frente a mí, yo le dije, cuidado que puede venir alguien, a lo que me respondió, aquí sólo ingresan mujeres y ninguna se atrevería ingresar porque no le toca a ella el día del baño. La cercanía ante tanta hermosura y como no me había dado tiempo en decirle que yo no era sacerdote, le tomó su rostro, la bese suavecito, en el instante que ella se empinó y cuando yo sentí, había penetrado en su intimidad, a ella se le erizo todo el cuerpo y lanzo un gemido que me emociono tanto que la chinee y me la lleve a la cama, ahí hicimos alarde de nuestra juventud, ella cansada, me dijo, ya está bien, ahora hay que mudarnos y prepararse para oír misa, se levantó se puso su ropa, y yo me coloque la sotana sobre mi cuerpo sin nada de ropa interior porque no tenía, ella se sonrió y me dijo, sobre la mesa del altar está el misal, busque la fecha 23 día jueves, día del santísimo sacramento del altar, yo me iré a sentar en la primera banca, de pronto me observó y me dijo. Usted sabe leer verdad. Si le dije, pues entonces salga después de mí, que la iglesia está llena e ingéniesela, que sólo yo y usted sabemos la verdad. La joven con la cabeza cabizbaja salió hacia las bancas, yo la seguí me acerqué a la mesa del altar, abrí el misal, y se me vino a la mente los conocimientos generales de las misas que yo había asistido. Pidamos perdón por nuestros pecados, junté mis manos y me la lleve a la altura de la boca, viendo el misal encuentro la oración completa, Yo confieso ante vos padre todo poderoso…y leyendo concluí la misa… Podéis marchar en paz, en el nombre del padre del hijo… En ese instante me dije, ni las puertas del infierno voy a tocar. Di la vuelta e ingrese a mi cuarto, de pronto llega la joven y me dice, padre tiene que dirigirse a la puerta a despedir a la feligresía, salgo rápido y noto que nadie se había levantado de su banca, llego a la puerta y comienzan en orden a salir veintidós feligreses, diez mujeres, tres hombres y nueve niños. A todos les hacia la señal de la cruz en su frente, la última fue la joven, a la cual todavía no le sabia el nombre y le pedí en vos alta, si se podía quedar unos minutos, ella accedió con una sonrisa, llamó a un hombre y le pidió consentimiento, el hombre me volvió a ver y con una sonrisa le dijo, invítalo a almorzar hoy. Nos fuimos detrás del altar y al llegar a la camita, la abrace, la bese, y volvimos a hacer el amor, ese fue mejor que el primero. Ella me dijo creo que es necesario que nos presentemos, me llaman Carolina López, yo me llamo Guillermo Corea, veintiocho años y vengo de un pueblo que se llama Nagrando. Guillermo me dijo ella, sabes en qué lugar estás, no, no lo sé, pues estás en Rota. Aquí Guillermo con dificultad llega el viento, por lo que tu llegada es para nosotras las mujeres vida nueva, nos da alegría inmensa, nos da eternidad, nos alboroza el pulpito sagrado, nos calienta como el sol en el mes de abril, bien Carolina, le dije, pero yo no voy a recibir a las otras nueve mujeres en los siguientes días, mira Guillermo, tienes que hacerlo, ellas no saben nada de ti, yo soy la que les llevaré información. Ellas están esperando ansiosas su día de atención, además ya saben que día le toca a cada quién. Hay Dios que hago, me lamenté, a lo que Carolina entre dientes espetó, lo que me hiciste a mí. Espérate y si les cuentas que me cortaron el bastón. Ah acaso no te van a bañar, como, es que cada una de ellas me va a venir a bañar. Esto del baño no lo saben los maridos, sólo nosotras, es nuestro secreto. Mira Guillermo cálmate y escucha, yo soy la más fea del grupo, tú como me miras. Como vas a hacer la más fea, si eres una mujer hermosísima, tu cara es muy fina, tu cuerpo es de bailarina de ballet, desnuda eres impactante. Entonces date cuenta como serán las demás, yo sé que vas a gozar estos nueve días, ellas sólo vendrán por la mañana, pero yo estaré todos los días y, me debes de atender cada vez que esté aquí. Hay no Carolina, porque mejor, nos vamos los dos juntos hacia cualquier lugar, huyamos, busquemos donde hacer nuestra vida. No ahora soy yo quien te exige que les hagas el amor a las otras ocho mujeres, después de la última, nos vamos a vivir el mundo nuestro, está bien. Trato Hecho.  El viernes llego a las tres de la mañana Genoveva, un precioso pichoncito de veinte años, con sus pechitos juveniles, pequeñitos pero muy bien hechos. La verdad que fue un ramillete de lindas hembras las que desfilaron por la madrugada detrás del altar mayor de la ermita de Rota. El sábado que se cumplió la rotación de las nueve ayudantes de sacristía, le dije a Carolina, hoy no vamos de aquí, porque Genoveva me dejó pispireco y no aguanto segunda pasada con ella, cállate, que ella me dijo lo mismo de vos, quedo encantada de la navaja que tenés y, me pidió si me hacía el día mañana, y tú que le dijiste. No le respondí y di la vuelta, aquí estoy, lista para que huyamos de este vecindario. Carolina y si huimos los tres, estás loco, no te la queras dar de vivo. Confórmate con esta dulce Carol.

A las seis de la mañana desperté asustado, estiré mi brazo hacia la otra almohada y estaba vacía, me di cuenta que estaba sólo, y que había tenido otra pesadilla. Pobre de mí en soledad.

 

 

                                RAPTO EFIMERO.  Heberto Guillermo Corea Guerrero - septiembre 2016

Fuiste la esperanza en mi soledad adulta, caminamos bajo el rocío playero

corrimos, saltamos, nos bañamos, gritamos nuestros deseos del instante

nos dimos cuenta que existía algo en común en nuestra algarabía del día

el beso de lengua me encantó, como tu valentía de enfrentar el qué dirán

tu casada y yo casado, ambos estamos descalzos, en desnudez, al viento

sonriendo en alegría del momento, quizás sin percibir la verdad del idilio.

 

Qué día es hoy, no lo digas, no quiero saber ni la hora, ni que hacemos aquí

déjame vivir este efímero instante de fulgor a mis 64 septiembres, eres mía hoy

te robe un día al medio día, ya son las doce de la noche, doce horas apasionadas

percibiste mi satisfacción por lograr tus embelesos, tu experiencia es onírica.

 

Me gritas, que sea para siempre, y que tu voz se la lleve el viento para ser oída

quieres vivir con esa alegría fugas el resto de tu vida, con esta esperanza brindada

ambos nos hemos ilusionados, yo de tu belleza y, tú de mi seguridad que acecha

me abrazas y me dices al oído, creo que esto no es verdad, que todo es irreal

 

Calma, no importa lo que pase mañana, nuestro juramento es para siempre

nuestra eximia alegría debe perdurar aun contra toda desesperanza sobrevenida

nuestra decisión fue, vivamos este rapto fugaz a la máxima felicidad posible

hagamos posible esta fugacidad, un momento eterno, para siempre, de por vida

 

Fuiste luz, despertasteis mis lujurias adormecidas, impasibles, enervantes, en sosiego

cambiaste el tú y yo, el mosquitero por tu cuerpo, la sábana por tu pasión soñadora

lograste que escuchara la música en si bemol, el sonido acústico de tus suspiros

imposible olvidar ese rapto efímero, tan dulce como la cajeta que me hiciste.

 

 

SEÑORITO SEÑORON

Heberto Guillermo Corea Guerrero. 08/04/2016

 

En su familia, dos tíos y una tía, se habían quedado para vestir santos, la iglesia había sido la morada de sus últimos años y así fue la tía Crescencia fue enterrada en el atrio de la iglesia por órdenes del presbítero Manuel Samayoa, pero en estos años del señor es imposible ubicar el sitio, pero Justino Pérez López, su sobrino, quien ya tenía cuarenta y cinco años y todavía señorito, no perdía la esperanza de encontrar una doncella que le robara su corazón. Una mañana de invierno se despertó sobresaltado de la cama, había soñado que había comprado un frasco de fragancia de lila, y al salir de la tiendita, vio venir a una dama que contoneaba su cuerpo al caminar como una bailarina de ballet clásico, desconcertado se le acerco, destapo el frasco de la fragancia y le roció el vestido entre el hombre y sus flamantes pechos, la mujer desconcertada su repuesta fue, darle un beso en la mejía al señor y le dio las gracias. Justino quedó paralizado y, así despertó. Todo sudoroso murmuraba quien sería esa mujer maravillosa que se topó en su camino. De inmediato rebusco en el bote de avena quaker vacío, donde guardaba sus ingresos y logró contar con seis pesos y veinte centavos. Presuroso los tomó en su mano temblorosa y se dirigió hacia la pulpería de la Chana Vizcaína, quién al verlo le espetó. Don Justino que hace que no atino. Este a lo inmediato le manifestó. Doña Chana, sé que usted es bizca;..... Vizcaína pendejó, bizca es tu abuela. No se moleste doña Chana, que ahora amanecí muy dulce...Con la azúcar alterada quizás no jodás. Bueno doña Chana, vengo a pedirle su ayuda como mujer. Necesito comprar una fragancia muy rica y olorosa, porque a partir de hoy, voy en busca del amor de mi vida y, usted me debe ayudar a escoger esa fragancia.... La Chana Vizcaína se dijo para sus adentros.. No joda este viejo, le voy a ofrecer mi fragancia más cara...Don Justino usted si tiene una suerte de águila, desde lejos mira su presa. En estos momentos tengo una fragancia que la Berenice Mongalo me la había encargado, como usted sabe esa es la mujer más bella del pueblo y, solo le gustan las cosas buenas y elegantes. Don Justino paró las orejas de burro. Ah es que no les había contado que don Justino Pérez, cuando nació, en ese instante, uno de sus tíos exclamó “Nació el niño Dios”. La partera de inmediato volvió a ver al tío y le dijo, no vez alma de dios que su cabecita no ha salido. Ese fue el bautizo de Justino, desde que nació le dijeron “El niño Dios”. Justino no había sido protegido del dios Adonis, salió trompudo, chele, carón, los labios volteados, pero una Armagedón que parecía un trípode, de tal suerte que las muchachas cuando lo divisaban se cruzaban de acera, era tanta la fama de Justino que se rumoraba que su compañera era la yegua de don Saturnino Corea, yegua que Justino iba a traer diario a la finquita de su tío materno y de igual manera la iba a dejar por la tardecita.

Por favor deña Chana Vizcaína, enséñeme la fragancia, de inmediato la tuvo en sus manos la olió e interrogó ¿Cuánto me cuesta esto señora mía?  Doña Chana como por arte de magia le respondió. Seis pesos con veinte centavos, Justino tan sorprendido por lo que le está sucediendo se dijo. Será Berenice Mongalo la predestinada para mí; como sabe doña Chana que ando seis pesos y veinte centavos; porque la fragancia es la que le gusta a Berenice. Acto seguido don Justino, se sacó los seis pesos con veinte centavos y dijo, me la llevo doña Chana. Una vez con la fragancia en su poder después de haber cancelado su valor, se hizo varias reflexiones, ¡como la usaré! ¡No conozco a Berenice Mongalo! ¡Será la mujer del sueño! En ese preciso momento doña Chana como leyéndole la mente le dijo.  Justino, a partir de hoy debes recorrer el pueblo todos los días por la tardecita y a cada jovencita que encontréis te le acercas y discretamente le rocías de perfume cerca del cuello en su parte delantera, no bajes mucho el frasco, porque puede ser molesto para las jóvenes, muchas de ellas te dirán atrevido, pero con el tiempo verán razonable tu actitud, ya que lo que buscas es la mujer de tu vida, que puede ser Berenice Mongalo. Si alguna vez la encuentras y le rocías de la fragancia, ella, inmediatamente sabrá que es su fragancia favorita. Ahí tu si la dejas ir, ella se fijará en el trípode y, sonrojada te preguntará como te llamas, después todo es tuyo. Justino desde ese día 04 de septiembre de 1952 inició su periplo de recorrer el pueblo por las tardecitas, rociando de fregancia de lila, a las jovencitas del pueblo, algunas se decían ahí viene el viejo del olor, otras permisibles pasaban junto a él para ser rociadas de la fragancia, otras se le alejaban. Con el tiempo le decían ahí viene tío Chu.

La Chana vizcaína pasó vendiéndole veinte años la fragancia de lila a don Justino y, Berenice Mongalo nunca apareció, en el año de 1972 a la edad de ochenta años dejo este mundo don JUSTINO PÉREZ LÓPEZ. TIO CHU.

 

 

SONETO A UNA VIRGEN

Heberto Guillermo Corea Guerrero 10/02/2016

I

Límpida estampa de aurora, boceto al carbón de tu presencia fugas

naturaleza errante, lisonja a tu florecer perpetuo y a tu renacer constante

perpetuidad a tus éxodos triunfales, cambios de arcoíris que cubren tu ser

 existencialismo humano en brazos inmanentes, fulgurantes y decorosos

II

Sois la primicia del huerto divino, donde nace el heroísmo subliminal de lentejuela

nacisteis para proteger, ícono de dulces, cantos y alegría, templanzas y delirios de amor

eres vivificante en espíritu espumoso, suspiros de promesantes ladinos, zambos y negros

catarsis de prelados, esperanza de vida, nobleza intestina, vínculo radiante del rey

III

Emperadora del mundo azul, de ese mundo extático, mondo y lirondo, lirico, acústico

soprano de beldades riachuelos, de caminos exóticos, de labranza paradisiaca,

encanto de abril, esplendor de mayo, excelsa de agosto y estampa de diciembre

soneto de ensueño, música de víbrate en decibeles angelicales para sonreír.

 

EL ANUNCIO. Heberto Guillermo Corea Guerrero

Inquebrantable fuerza que me brindaba cada hijo

portentosa caricia su sonrisa facial y mímica

solidez anímica de mi fuerza letal de engendro

cada día, cada mes, cada año, un lustro, un decenio

y, los veía crecer, ir a la escuela, graduarse.

Siempre recordaba su primera sonrisa,

 sus primeros pasos, era un ir y venir del pasado,

 unirse al presente y al futuro, cantarles, gritarles,

 regañarlos de mal y buena manera, pegarles por el orden;

 creyendo garantizar ser buen ciudadano, honrado, honesto,

guiarlo hacia los buenos pasos, hacia la sombrita.

No me cansaba de admirarlos, por fin me tomé la foto de la vida me decía,

 me miraba en ellos, eran mi espejo, sus defectos eran mi creación,

sus bondades eran compartidas.

Sabía que mis consejos no precisamente eran para hacerlos suyos,

 su libre albedrio era importante en su vida, además la radio, la televisión, el correo electrónico, los mensajes electrónicos, las redes sociales, ellas también nos ayudan o desayudan a formarlos, ya no es únicamente el hogar y la escuela,

hoy en día es también la sociedad con un grado muy importante los medios de comunicación social.

 

 

UN IMPASSE EN MI VIDA. Heberto Guillermo Corea Guerrero

 

Pase un jardín muy bonito, de pronto vi resplandeciente una piscina, el agua se veía azul, quizás porque las paredes internas de la piscina estaban pintadas en azul cielo, y el agua estaba bien clarita, limpia; miraba miles de burbujas blancas brillantes sobre el agua, parecía que el firmamento límpido se estaba reflejando en el agua, asemejaba las miles de estrellas de una noche de verano en Miramar, de pronto vi tumbos pequeños, que luego iban acrecentando y el agua como que se salía de la piscina, ya se llenó me dije; volví a ver al fondo  del patio y vi a un hombre, a lo que de inmediato le grité, “señor ya está llena la piscina”. El hombre me respondió, cuál piscina baboso, no ves que es un panel solar. Avergonzado Salí por el portón que estaba a la izquierda y cuando llegué a la acera, cruce del otro lado de la calle, ahí me encontré con Chocolón (Antonio López Montes), de corbata, le pregunté, donde era la fiesta, y me respondió muy serio, cual fiesta, no ves que soy anciano de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días. Sorprendido sigo mi camino y me topo con Pablo Montes (Pablo Traile), quien llevaba una biblia en su mano derecha, lo saludo y no le pregunto nada, pero él me llama y me dice: Heberto que haces por estos lados, yo me asusto y me digo a mí mismo. Que lados podrán ser estos. Pablo, le respondo, te digo que estoy asustado, ahora que me preguntas que hago aquí, no sé qué contestarte; ahorita encontré a Chocolón tu primo predicando y ahora te encuentro a vos con la biblia en la mano, me imagino que venís de un culto. Si hombre, yo soy de la iglesia de los 144, 000 salvados, ya no ando cusuqueando, no le pego fuego al monte, todo eso quedo en el pasado, ahora soy hombre de bien. Tú estás a tiempo todavía faltan cupos. Bueno pero decime estamos vivos o es que nos encontramos en algún lugar camino al cielo… no hombre estamos vivitos y coleando, estamos en el barrio el granero, por eso te pregunté qué haces en estos lados, si vos nunca venís por acá, ah, pero si andas en tu jeep, allá esta parqueado, vuelvo a ver hacia donde señaló pablo y salgo rápido hacia el jeep, llego y cuál es mi susto, me había quedado dormido, abrí la puerta, me senté sobre mi cuerpo dormido, encendí el jeep y me dirigí a mi casa.

 

 

 

 

                                          VEN POR MÍ. Heberto Guillermo Corea Guerrero.  14 de septiembre 2016. Hora del temblor.

 

Karolina, ven, camina hacia el futuro incierto,

hacia el laberinto sin precipicio, hacia la vida nueva vetusta,

empuja el carruaje, ve hacia el arco iris,

 el que te hace recordar tu compromiso conmigo,

navega en tu mundo azul, sin zapatos, sin sostén, sin fustán;

 no ates tus deseos primorosos, sonríe al atardecer de invierno,

 al verano soleado, al amanecer en brisa; dormita tus antojos constantes.

Salta la rayuela de la vida, engulle el pasado,

 mira hacia la luz del solsticio, descansa en la nieve;

vigila el manantial enaltecido por la sombra,

 tumba toda cerca que limite tu libertad enmohecida,

canta al viento, a las luciérnagas, a las lagartijas, a las guardatinajas, a las mariposas café

que asoman a tu aposento, brinca de un lado a otro al caminar,

seduce con tu suspirar el paso del almanaque,

no te amilanes por mi edad y la tuya, entre los dos hacemos más que otros juntos.

 

Sonríe por tu vida, por el gozo de tus encuentros enardecidos,

 por la simpleza de tu carácter afable,

por el despertar de tu angustia por el que dirán de nosotros,

 no calientes en tus manos la desdicha del devenir misterioso;

no, no permitas que la luz se desvanezca, mantén la energía que la alimenta,

no ceses de reír por la esperanza que aprisionas,

suéltala en el momento que resplandezca nueva esperanza,

 que asome un nuevo devenir, una nueva semblanza acariciada por tus sueños.

 

Toma la espada de lo inconmensurable, que brille en cada paso de tu vida,

no disimules tu entereza,

se firme siempre por tu devenir, no te amilanes al dormitar en tu exilio,

 sufre, tú tienes resciliencia,

eres un bastión de dulzura insaciable, de experiencia vivida,

de logros dormitados, de senderos límpidos, de fuerza imbatible en lo eterno del ocaso,

canta al Dios eterno tus alabanzas y, sueña conmigo en el despertar de tu nueva vida.

 

 

CARITA FELIZ Heberto Guillermo Corea Guerrero. enero 2017

Una señora elegante, de unos cincuenta años, salió del súper con una bolsa de plástico colgándole de sus manos, en dicha bolsa de polietileno se identificaba bien serigrafiada una carita feliz femenina, con cachetitos rosados, ojos hermosos azules, pestañas negras abultadas, frente bien formada, labios rojos y semi abiertos, mentón hermoso con un hoyito en medio, dientes blanquecinos, una carita realmente irradiante de felicidad, y en la medida en que avanzaba dicha señora, la carita me seguía mirando. Llegó a su vehículo, la señora, le abrieron la puerta un niño de unos catorce años y ella le aventó la bolsa y le dijo, no me volvas a pedir nada, claro, al aventarse la bolsa, la carita feliz se asustó, era su primera vez que la trataban con fuerza, y no tuvo más que cerrar un ojo en señal de protesta, el niño tomó su bolsa, la abrió, tomo su juguete y arrugó la bolsa, carita feliz, se sintió muy mal, e hizo una mueca por dicho trato, al llegar a casa la familia, el niño se bajó con su juguete y la madre le dijo, no me dejes la bolsa en el carro, el niño tomó la bolsa, carita feliz lo volvió a ver enojada, este pasó cerca de un canasto para basura y aventó la bolsa, carita feliz se puso furiosa por el mal trato y se puso peor cuando cayó sobre residuos de alimentos de varios días, su carita estaba enojada, en el momento que estaba reflexionando sobre su mal trato, llegó el camión recolector de basura, tomo el recipiente y lo aventó arriba del camión para ser vaciado, carita feliz, sintió que la estaban tratando a la patada, se mordió el labio inferior en señal de enojo, y fue su peor día, ya que le caía encima toda clase de basura, ella trataba de capearse para no ensuciarse tanto, pero le era muy difícil.

El camión salió de la ciudad a botar la basura, dicho basurero distaba a dos kilómetros del mar pacifico, ahí se chorreó el volquete de basura y carita feliz se sentía al morir al verse rodando hacia lo profundo de un hoyo, cuando cayó, se dio cuenta que había fuego y trató de aprovechar una ventisca para salir volando; con suerte y su esfuerzo hecho la ventisca la sacó del basurero y, se la llevó hasta la playa del mar, ahí cayó en la playa, alegre carita feliz, se sentía libre de amenazas, se llenó de arena, alegre jugando con la arena y la brisa del mar, el viento la llevó sobre la arena rodando, ella feliz, por su nuevo ambiente, de pronto frunció el ceño cuando divisó a un grupo de jóvenes que vestían camisetas que decían “Verano Limpio”, una de las niñas del grupo vio la bolsa y con una vara de punta filosa se la enterró a la bolsa, dándole precisamente en la boca, carita feliz, se asustó de tan brusco recibimiento, y se dijo, que violencia de niña, luego la niña tomó la bolsa de la punta de su vara y la hecho en otra bolsa de plástico grande, cuando cayó al fondo de la bolsa, carita feliz se da cuenta que le va a caer encima a otras bolsa y les grita, “cuidado las golpeo”, al caer quiere entablar plática con sus semejantes, pero estas no le paran bola, hace un gesto de asombro por la falta de compañerismo, de pronto siente que la bolsa de plástico grande está siendo aventada a un camión y, así carita feliz regresa al basurero y la llevan directo al fuego por que sólo es plástico el que llevan, ella se entristece por que el fuego la arrugaría todita y dejaría de ser una carita feliz y pasaría a ser un guiñapo arrugado de color negro, pero ella de inmediato trata de camuflarse y se hecha dentro de ella una bolsa que llevaba tajadas de mango, un recolector ve los mangos los toma y carita feliz, es aventada al fuego, ahí le dolió el alma sentir lo caliente y sentir que se está arrugando, cuando se vio quemada hecha un guiñapo , se dijo, hasta aquí llegó carita feliz. Moraleja. Cuida tu imagen.

 

 

MI DECLARACIÓN Heberto Guillermo Corea Guerrero.

 

Estoy tan deslumbrado de tu bella estampa,

no atino a saber si eres un ángel enviado por mí

O quizás seas una quimera de mis desazones encubiertas, en sonrisas, contemplaciones efímeras, desalientos por sentirte tan lejos, tan cerca de tu estado físico.

Eres bella como la naturaleza, fina como la exquisitez de la fragancia en flor

despiertas en mí el furor de la vida, las ansias de soñar,

el deseo de ser músico alegórico, la necesidad de pintar tan excelso cuerpo.

Representas la estampa del amor en mí,

aún a distancia de épocas, es imposible detener mi ímpetu, lo sobrellevo como un peregrino bajo la lluvia. Quizás sea un sueño mi estulticia adulta

pero con sentido humano, no me eres imposible,

esa posibilidad la lucharé hasta lograr que sepas que me enamoré de ti sin límites,

 sin descanso, sin desesperanza, aún sin saber tu nombre, el cual debe de ser bello, como se realza en tu cuerpo.

 

HGCG - uno de junio 2017

 

 

QUE BONITO LOS GORRIONCILLO. Heberto Guillermo Corea Guerrero

A eso de las cinco de la tarde, del viernes tres de marzo del 2017, estaba sentado en mi sala, de pronto tuve como una necesidad de salirme a la acera de mi casa tomé la silla y sin más preámbulos me senté, quede viendo un arbusto que está situado en la acera de la casa vecina, es de esos arbustos que salen de su tronco un chirriones hacia arriba, quizás unos cien chirriones lo conforman y en cada chirrión brotan unas florecillas muy bonitas rosáceas, las personas que pasan siempre cortan una florcilla, se la pasan por la nariz, esa florecilla al cortarla se desprende con un péndulo verde que sostiene unas hojitas que forman la parte baja de la flor, de ese parte, surgen unos pistilos delgaditos en cantidades de cincuenta que se elevan quizás una pulgada, y en su parte final está formada por unos túbulos que sueltan pelusitas y pelotitas en miniaturas de color amarillo, de pronto llega un gorrión chiquito a picotear las flores, chupa su néctar, luego sube a cantar un los alambres de telefonía, ahí canta fuerte, de pronto aparecen otros gorrioncillos y se hacen unos sesenta bonitos gorrioncillos que chupan el néctar de las florecillas, es una preciosidad ese momento, el bailoteo de los animalitos su canto, en una media hora aparece un gorrión grande, picotea las flores y se enrumba hacia el Oeste, en ese instante todos los gorrioncillo en fila india lo siguen y se van zigzagueando en su viaje, para luego desaparecer entre los árboles grandes que ahí pululan, esa es nuestra naturaleza, la que a diario hacemos desaparecer. Me di cuenta que logré escribir un poema en perspectiva.

 

 

SIGO SIENDO UN SOÑADOR. Heberto Guillermo Corea Guerrero 2017

Es muy edificante para el hombre vivir su experiencia de vida, nada le puede privar de su satisfacción, el tener una esposa y ver a sus hijos nacer, crecer, desarrollarse, educarse, profesionalizarlos; es el triunfo de cumplir como hombre tu papel en esta vida. Es la vida misma encantada por el espacio y el tiempo, es la supremacía del macho hombre; te sientes orgulloso al ver llegar a los niños ya en su primer día de trabajo, viéndolos querer adquirir su espacio para ser independientes, querer ser hombrecitos o mujercitas con responsabilidad, ver su cambio de vida, de hijo a ser padre o madre, de emitir ordenanzas a su nueva familia, administrar sus propios bienes monetarios, su bien inmueble o su carro. Que gozo es verlos decir “adiós papá me voy para la casa o para el trabajo”; que alegría produce su vida en familia nueva organizada. Una vez que salen para su nuevo hogar queda uno en su casa donde los vio nacer y crecer, esperando su llegada del fin de semana visitando su viejo hogar, con sus nuevas crías in crescendo, el primer nieto, hasta el número doce porque más de dos ahora es muchedumbre.

En esa época ya nosotros no influenciamos en el nombre de los nietos, aunque algunas veces disimulando tratamos de dar nombres bonitos, aunque recibamos como repuesta, esos son nombres bíblicos, tienen más de seis mil años. Yo le voy a poner “Mia” la mía se llamará “Kiara”, y así nos vamos llenando de nietos hasta llegar a la Santa Cena, y nosotros siempre, ponle Jesús, ponle María, no mejor se escucha bonito Jesshua.

Así pasamos el tiempo felices, alborozados con las nuevas familias, celebrando navidades, cumpleaños, los cuales hoy son cada mes, la gritería, las fiestas de Santiago, Semana Santa, fin de año, el día del padre, el día de la madre, hoy duran un mes comercialmente, el día de los enamorados, en fin el comercio ha llegado a saturarnos la vida, hasta hacen su cuenta, tanto sale de aguinaldo, tanto ganaremos.

Satisfacción es la palabra correcta, cuando los hijos prosperan, cuando ellos denotan en su rostro pureza, piel fresca, sonrisa sencilla, no pretenciosa; cuando tu como abuelo ves llegar a tus nietos cursando la primaria, la secundaria, la universidad, quizás no sea mucha exigencia, que grandioso sería ver los biznietos, aunque ya no lleven tu apellido pero si tu sangre indómita, graduarse de la profesión del bisabuelo, ya este no le diría abuelo, sino tata, es mucho soñar, pero es un derecho, lo indigno de ese bisabuelo es que le quiten ese derecho, echándolo de su casa que construyó con tanta pasión, con tanto sacrificio, sólo porque la bisabuela a sus 60 años decidió detener la camioneta compradora de chatarras y chunches viejos y vendió al bisabuelo.

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