LIBRO: RELATOS NAGAROTEÑOS


aUTOR: Heberto Guillermo Corea Guerrero
Relatos Nagaroteños
Vivencias de un pueblo

hcoreaabogado@gmail.com
11/04/2012



Este libro contiene once anécdotas de sucesos ocurridos en Nagarote, vivencias de personajes reales, vivencias del pasado desarrolladas en el pueblo. Todo con el objetivo de que el olvido no se apodere de nuestra idiosincrasia y nos quedemos sin pasado, tan importante para el presente y para nuestro futuro como ciudad.
Contenido







DOÑA CÁSTULA MANZANARES


I - LOS QUEHACERES
Todos los días, sin importar que día fuese, doña Cástula se levantaba a las cuatro y media de la mañana, ella vivía en un solar que daba a la calle central del pueblo Niquirano, cuyas dimensiones conformaban un cuadrado de unas veinticinco varas por cada costado y, su rancho ocupaba el centro del patio; El piso era de tierra, su techo era de palma, las paredes de la habitación central de lodo con zacate, con una puerta en el frente; una ventana en su parte izquierda y, en su parte trasera una puerta que daba al fogón ubicado en el patio, pero cubierto con un bajarete de palma de dos metros por dos de ancho. La casa central medía siete varas x siete varas, dividida por un biombo en su parte noreste; lo que hacía una L entre la salita y la salida hacia el patio. En dicha salida estaba colocada una mesita con una imagen de la virgen María, a la que a diario doña Cástula o su marido Juan Martínez le cambiaba un ramillete de flores colocados en una vasija de barro, en su sala habían dos taburetes hechos de troncos de genízaro, y pegado al biombo una banca de madera de madroño, dos tronco y una tabla sobrepuesta encima, como para defender el biombo de cualquier mal arrecostado, ya que el biombo era de cartón y papel, con efigies de todo tipo y forma, se miraba muy bonito adornado. Detrás del biombo era su cuarto dormitorio, con su cama de madera labrada por don Juan, un par de almohadas de plumas de chompipa y dos sabanas de hospital, dichas sábanas todavía tenían el nombre “Nosocomio”, quien sabe que significaba, pero era un hospital del pueblo más cercano,  cuyo viaje a pié duraba once horas; además en su cuarto tenían una bacinilla empotrada en un banco, la ropita se encontraba colgada en un mecate. En la mesita donde estaba la imagen en su punta hacia el patio pegada a la pared, una olla de barro con agua para tomar, de unos dos galones.
El Fogón ubicada en el patio tenía una altura más o menos de la cintura de doña Cástula que medía 1. 76 metros, mujer grande y delgada, don Juan medía 1.60 metros, era más pequeño; arriba del fogón un tapesco hecho de varas de bambú, colgado con bejuco; en dicho fogón ponían a secar las cuajaditas que elaboraba doña Cástula para su comida, compraban la cuajada en borona, la molían en piedra de moler, la salaban, las redondeaba con un buen tamaño y las subía al tapesco. Muchos creen que las cuajadas se suben al tapesco para ahumarlas  o dorarlas, el uso del tapesco es para ser más duradera en el tiempo la cuajada. Una vez en el tapesco, a la cuajada se le va secando el suero, hasta que la deja totalmente seca, mas la sal, la hace durar quizás un mes, el problema son los ratones y las cucarachas, por eso el fogón debe de quedar caliento por la noche, para que el calor ahuyente los animales.
A orillas del tapesco a la misma altura, cuelga un mueble hecho de madera en donde se ensartan las jícaras para tomar agua o chicha, y en la parte central de ese mueble los guacales de jícaro, para las tomas de café negro. Ese mueble es una pieza artesanal muy linda y requiere de mucha habilidad. En el costado Norte del rancho, arrecostado a la pared una tijera de saco de bramante, dicha tijera la habían colocado ahí, debido a que un joven amigo de la familia que vivía en una ranchería cercana llamada Valle de Jesús,  los fines de semana bajaba al pueblo a tomar guaro lija y como siempre se pasaba de copa, nunca lograba llegar su casa, normalmente quedaba dormido en el camino, por lo que ellos decidieron convencerlo del peligro de quedarse dormido en el camino y lo invitaron a que llegara a dormir al bajarete de la cocina; dicho joven así lo hacía, unas veces lograba encontrar la tijera y se acostaba en ella, muchas veces no, y amanecía dormido en el suelo, pero al fin estaba más seguro ahí en el patio.
Doña Cástula era un reloj, a las 4.30 a.m. se levantaba, tomaba su escoba hecha de ramas de tigüilote y el palo de una rama delgada de laurel de la india, y barría el patio, la basura la echaba en un hoyo especial y ahí la quemaba; a las cinco en punto volvía a ver el fogón y éste debía de estar encendido, como en efecto lo estaba, esa era tarea de don Juan, quien se levantaba quince minutos después de doña Cástula y, era porque con doña Cástula en la cama no podía hacer su ceremonia al levantarse. Don Juan al levantarse doña Cástula, lo primero que hacía era sacudirse los dos pies con ellos mismos, luego se retorcía tan fuerte por el costado izquierda que gesticulaba y emitía un sonido tan fuerte uuuuuuuuuuuuuuuuuuf, que luego quedaba quedito, luego hacía lo mismo hacia el lado derecho, posteriormente le daba rienda suelta al esfínter, se tiraba tres pedos que fácilmente se escuchaban a unos veinte metros, luego se sentaba a orillas de la cama y procedía a levantar los brazos como en señal de desentumirlos, en efecto, le tronaban todos los huesos. Doña Cástula calculaba el tiempo de la ceremonia de don Juan, ya que ella también hacía la suya, barriendo se lanzaba el rosario a María completo, cuando estaba en las letanías, ya debía de estar encendido el fogón. Don Juan encendido el fogón de inmediato se iba a rajar leña, para dejarla preparada sólo para que doña Cástula tomara lo necesario durante el día.
Visto el fogón encendido, doña Cástula  se dirigía hacia él, lo atizaba con más leña, enjuagaba una porrita de aluminio tomando el agua de un barril, que la noche anterior había llenado don Juan de un pozo que compartía con doña María Manzanares hermana de doña Cástula, este pozo, había sido cavado por Dagoberto Martínez, el pedrero más capacitado del pueblito Niquirano, tenía una profundidad de treinta metros, por metro y medio en cuadro, aunque la parte del brocal se redondeaba y daba la apariencia de ser todo redondo, pero no era así, este pozo en invierno se llenaba quince metros y en verano se vaciaba hasta los veinticinco metros en la parte final del verano, más o menos en los meses de semana Santa. En la porra doña Cástula preparaba el café negro, dos guacales de agua y tres cucharadas de café, molido por ellos mismos en su piedra de moler. El café lo vendían en grano; por quintal, medio quintal o libreado, se tostaba en comales de barro y luego se molía; molido se guardaba en vasijas de barro y de ahí se tomaba para preparar la toma diario, sea por la mañana o por la tarde. Preparado el café doña María llegaba con las tortillas calientes echadas por ella, ese era su negocio, vender tortillas, palmeaba tortillas en la madrugada, al medio día y por la tarde. Don Juan bajaba la cuajada del tapesco cortaba dos pedazos, los colocaba sobre las dos tortillas calientes puestas en la mesa, doña Cástula estaba llegando en ese instante con los dos guacales de café negro y procedía a desayunar a las seis de la mañana.
Concluido el desayuno don Juan, tomaba un carretón lo llevaba al patio, el cual estaba cubierto de árboles. Frente a la calle había un gran árbol de mamón en su parte izquierda y en su parte derecha un gran palo de mango rosa, hacia el fondo, en el costado vecino con doña María, un chagüite formado con cepas de guineo cuadrado, guineítos de rosa, guineítos morados, dos cepas de plátanos, cepas de bananos. En el costado vecino con doña Tomasa Corea de Martínez, cuñada de don Juan, sólo árboles frutales de variados tipos de frutas; doña Tomasa era hija de Tomasa Pérez de Corea, la madre de Marcelino Corea Pérez, el músico del pueblo, además de músico había estudiado hasta tercer grado en el pueblo vecino y, había desarrollado muy buena caligrafía, por lo que su trabajo era “el escribano del pueblo”, lo buscaban para hacer cartas y trabajaba de secretario judicial. Sigamos con don Juan. Con el carretón don Juan recorría el patio en busca de fruta madura, la cortaba e iba llenando el carretón de las frutas en cosecha, una vez recorrido el patio y llenado el carretón lo colocaba a orillas de la puerta principal de la casa, se introducía a su cuarto, tomaba un machete, una alforja, le pasaba dando una palmadita  en la nalga a doña Cástula, quien en esos momentos se estaba colocando su delantal y, se enrumbaba hacia su trabajo.
Don Juan era mandador la finca de su amigo de niñez, don Bartolo Baca, quien la había heredado de su padre don Tino baca y, no tenía todo el día para dedicárselo a la finca debido a que era mandador de la hacienda San Pedro de la familia Delgado. Mandador con mandador se entendían, además buenos amigos. Doña Cástula a las siete y treinta minutos de la mañana, tomaba el carretón ya lleno de productos, sólo volvía a ver los tipos de frutas que llevaba y los precios se le referenciaban a lo inmediato. Recorría el caserío y se adentraba un poco hacia el Valle de Jesús, recorría durante la mañana unos diez kilómetros diarios, como no sabía leer ni escribir, no anotaba absolutamente nada, pero se sabía de memoria los precios y nadie que le fiaba se le escapaba del cobro. Las frutas le producían quince reales diarios. Un banano valía un penique, cinco centavos un plátano, la guaba costaba seis centavos, un caimito costaba un penique, un gajo de mamón dos peniques, el guineíto morado valía tres peniques, el mango a cinco por un penique, el nancite en su cosecha, un guacal por dos peniques. Quince reales equivalían a 150 Penique, cinco centavos eran cinco peniques, un penique era un centavo y un real eran diez centavos y por ende diez peniques. Una familia de clase media necesitaba diez reales diarios para su alimentación, el asalariado del campo ganaba tres reales diarios trabajando de ordeñador, de las cuatro de la mañana a las ocho de la mañana, hasta dejar a los terneros destetados y las Vacas en el pasto.
El campesino del machete ganaba igual tres reales diarios, rondaba de las cinco de la mañana a las ocho de la mañana y luego jalaba agua para llenar las piletas, a las diez de la mañana se iba para su casa. En su mayoría llegaban a su casa tendían una hamaca y a dormir, otros se iban a cazar o en el viaje ya venían cazando y ya llegaban con el almuerzo a su casa. El campesino que no llegaba con su caza, su almuerzo era arroz cocido en un guacal, le dejaban caer un puño de chile Congo, lo revolvían y a comer; el otro era arroz aguado con la carne que llevaba. Eso significaba que doña Cástula y don Juan Martínez, su estilo de vida podía ser de clase media, pero a ellos eso, ni pu ni pa. Tortilla y cuajada con su café en el desayuno, la tortilla vale un penique y un penique la cuajada, medio penique el café. Total cinco peniques en el desayuno. Almuerzo, dos tortillas (dos peniques), Arroz cocido (dos peniques) cuatro huevos (ocho peniques) dos tomas de pinol con dulce (un penique). Total almuerzo trece peniques. Cena igual al desayuno (cinco peniques). Total el día: Veintitrés peniques equivalentes a dos reales y dos peniques. Eso les permitía un buen ahorro, comían con lo que ganaba don Juan como mandador y ahorraban la venta de frutas. Ese dinerito lo guardaban dentro del dormitorio y sólo ellos sabían la guaca.
II – EL DESCANSAR
Por las tardes, tenían la costumbre de sentarse a eso de las tres de la tarde bajo el palo de mamón que daba la calle, como doña Cástula recorría el caserío todo los días, no había transeúnte que no les dijera: “Adiós doña Cástula, como se porta don Juan”. A lo que respondía doña Cástula. “Adiós, éste no se compone”.  Y don Juan para darle mayor picardía al saludo agregaba “Árbol torcido, sólo botándolo”.  A las cinco de la tarde, ya se retiraban al rancho a preparar la cena, a las seis en punto cenaban, don Juan aprovechaba esa hora para dejar listo el agua, revisaba el carretón si no se había aflojado, lo engrasaba, le daba de comer a las gallinas, recogía los huevos; doña Cástula rezaba el rosario antes de cenar y, a las siete de la noche, don Juan estaba cumpliendo sus obligaciones de marido, lo que debía de hacer tres veces por semana, eso sí, doña Cástula ese incumplimiento no lo permitía. Los sábados y domingos estaban pendientes de Chango, el joven amigo de la familia que llegaba a dormir cuando se le pasaban las copas y eso era siempre. Doña Cástula cuando pasaba vendiendo por la casa de la familia de Chango, en el Valle de Jesús, descansaba un poco, aprovechaba y platicaba con doña Asunción Gutiérrez la madre de José Ángel (Chango). Este bandido el domingo pasado se apareció casi a las nueve de la mañana, le dijo doña asunción,  yo no sé porque se inscribe para jugar beisbol, si siempre lo andan buscando los compañeros de equipo, porque él es el cácher y todos los sábados rompe al pueblo a las fiestas, gracias a Dios que ahora duerme en el patio de su casa, pero se aparece después de las ocho de la mañana los domingo,  bien sabe que el juego debe comenzar a las ocho de la mañana, y con la gran juma con que amanece. No sé como hace este muchacho. En ese momento entra Chango con su papá, del mismo nombre, José Ángel Urrutia, saluda a doña Cástula, pregunta por don Juan, y le dice: Dígale a Juan que el próximo domingo voy a llegar, en la iglesia nos vemos y luego me lo presta para ir a ver jugar Beisbol, ya que este próximo domingo seremos campeones de la liga, y el partido será en Niquirano, en el cuadro del Nacascolo.  Dígale que jugaremos contra el Santiago, porque eliminamos al Guerrero el domingo pasado, usted me le debe de dar permiso para que se alegre ese día. Bueno le voy a decir, pero Juan no aguanta ni chicha de coyol, mucho menos la cususa. Lo que voy hacer es darle de beber una cucharada de aceite ese día, para que logre aguantar al menos la arrancada. Ah pero me estoy acordando que el domingo se casa la hija de Bartolo Baca su compadre, y el casorio será en la misa de las ocho de la mañana del domingo. Mejor todavía le espetó don Chango Urrutia, Bartolo vive contiguo al cuadro de beisbol, mataremos dos pájaros de un solo tiro.

III LA VENGANZA
Del otro lado del pueblito Niquirano a orilla del camino que va hacia el pueblo más cercano hay un lugar que se llama el cuadro del hoyo, todos los domingos se juega beisbol a bola pasada, normalmente juegan maceando reales y se reúnen, los que ya no caben en el beisbol por edad, los que no tienen esa habilidad del deporte rey y, los borrachos que ahí encuentran una justificación para beber los domingos, pero bien, igual que en los campos de beisbol, llegan vendedores de refrescos, de guaro, de quesillos, de vigorón, de cigarros y hasta marihuana lleva Chilo Carreta.  Ese domingo, en otro cuadro estaban jugando el campeonato de la liga de beisbol del pueblo, el equipo del Valle de Jesús  y el equipo el Santiago que representaba al barrio central del pueblo. Era un veintiséis de Enero de 1950 y, a eso de las once de la mañana se escucharon cohetes, bombas, del lado de la iglesia, iba saliendo el casamiento de la hija de don Bartolo Baca, la jovencita Iris kassandra Baca Albuquerque, había contraído nupcias con un foráneo, Joaquín buenaventura Salas, un chele que había llegado al pueblo vendiendo esquimo y lo había llevado Efraín Sánchez, quien también se había quedado con una Niquirana de nombre Diamantina, morena muy agraciada. Uno de los vendedores de cigarros al oír el alboroto, preguntó, donde es ese alboroto, con la intención de tener más oportunidades de vender su producto, y uno de los asiduos visitantes del cuadro del hoyo, le dijo, toda la bulla es en el otro cuadro de beisbol, el casorio se está trasladando para el cuadro de beisbol el Nacascolo, y ahí se está jugando el campeonato de la liga del pueblo. Ni corto ni perezoso el vendedor ambulante de cigarros se enrumbo al otro cuadro de beisbol. No sin antes ir en busca del cortejo, divisó el cortejo y se dirigió hacia el desfile, se detuvo en una de las esquinas que llevan a la estación del ferrocarril, propiamente donde Adolfo Espinales, y se cruzó a la acera de donde los Figueroa, ahí estaba Ramón Figueroa, al que le decían Nueva Ola, pero no por su juventud, si no por la gran trompa que se gasta, parece una ola de maremoto. El vendedor de cigarros le ofreció sus cigarros, Ramón que es arrecho a fumar, le compró un paquete de esfinge y una cajita de fosforo momotombo, encendió el fosforo y se puso el cigarro en la boca y halo un chupetazo tan grande, que hasta gimió de satisfacción en el mismísimo momento de pasar el casorio; el chele que ya llevaba del brazo a su esposa volvió a ver hacia donde habían exhalado con tanto placer el cigarro, no se percató del vendedor de cigarros, quien a lo inmediato lo había reconocido y disimuladamente había apartado la cara. El vendedor de cigarros le dijo a la persona que tuvo más cerca, téngame señor, ya regreso; el hombre, no tuvo tiempo de decirle ni sí ni no, tomó la bandeja colgante de los cigarros y esperó el regresó del vendedor, de pronto todo el gentillal corriendo, y no tuvo más que aventar la canasta de los cigarros y correr también él.  Al volver a ver a la esquina, vio como la joven vestida de novia, abrasaba al hombre que hacía unos instantes la llevaba del brazo, se detuvo y se dirigió a ver qué había pasado, llegó al lugar, miró los cigarros que había aventado regados en el suelo, un señor conocido del pueblo don Bartolo Baca, pálido sin habla y le preguntó don Bartolo que pasa, no se hijo, creo que alguien se acercó a mi yerno y lo puñaleó, ella es mi hija   ayúdame a levantarla para ver qué hacemos con el herido.  Silvio Corea había sido al que el cigarrero le había dado a guardar la canasta de cigarros. Como Silvio era renco, con más esfuerzo tomó a la joven para levantarla y a la vez quitarla del cuerpo del herido para así poder ayudarle al chele. La joven se resistía, llorando sobre el cuerpo, y cuando su papá le dijo Kassandra permití que le ayudemos a Joaquín, ella le contesto; papá, ya murió, no hay nada que hacer. El alboroto se trasladó a la otra esquina, ahí tenían capturado al hechor, Silvio el renco, haciéndose el arrecho corrió a su manera hacia la esquina, Ramón el trompudo Figueroa, le gritó, te vas a caer pendejo, no corras; Silvio no oía o no hacía caso y al llegar a la rampa de los Silva, se fue de bruce y se chimó toda la cara, para su suerte Guillermo su hermano iba detrás de él, lo levantó y se lo llevo para la casa, que quedaba a los veinte metros hacia el Estación, casi donde habían sucedido los hechos. Llegó el Burro, así era conocido el guardia que habían enviado a pesquisar los hechos, tomó al rehén y se lo llevó hacia el comando, pero antes en vos alta le había preguntado, porque lo mataste, y el cigarrero le respondió, por que mató a mi padre hace tres años en al Corozo, y desde esa época lo anduve buscando en todos los pueblos vendiendo chucherías, llevo tres años buscándolo y por casualidad vine a ver pasar el casorio, y ahí iba el desgraciado de la mano de la muchacha, no podía perder la oportunidad que se me presentaba. Lléveme señor Guardia adonde usted quiera, que yo ya cumplí mi deber.
Ese día no hubo fiesta de casamiento frente al cuadro de beisbol el Nacascolo, pero el juego de Beisbol no se detuvo, concluyó ganando el Valle de Jesús el campeonato, don José Ángel Urrutia no pudo echarse sus tragos con don Juan, porque Juan tuvo que ir a acompañar a don Bartolo al velorio, la fiesta de los campeones se llevo a cabo donde un coterráneo del Valle de Jesús que se había venido a vivir al pueblo y era patrocinador del equipo. Chango hijo se pegó una borrachera, como que iba ser la última vez. A eso de las doce de la noche, decidió no seguir rumbo al Valle de Jesús con sus amigos y continúo la parranda.
IV – LA CONFIANZA
La media noche del 26 de Enero de 1950 ya había pasado, hoy es 27 de Enero y a eso de las dos de la madrugada, doña Cástula escuchó unos pasos en el patio, y como don Juan no había llegado de la vela del yerno de Bartolo, destranco la puerta y divisó la silueta de un hombre. ¿Vos sos Juan? preguntó doña Cástula, la silueta no respondió pero se dirigió hacia la puerta, empujó la puerta bruscamente golpeando a doña Cástula, quien cayó al piso,  la silueta le arranco el fustán con que dormía doña Cástula, le desbarató el calzón de un jalón, en ese instante ella vuelve en sí, el golpe la había desmayado, pero la brutalidad que usaba la silueta la había regresado al sub consciente. El hombre se estaba desabotonando la bragueta del pantalón y, había colocado su cuchillo en el costado derecho del cuerpo de doña Cástula, quien de casualidad lo toco, de inmediato lo tomo en su mano derecha y le asestó un puyazo en la pierna derecha, el hombre pegó un grito de dolor, le quitó el cuchillo y se lo clavó en el hombre izquierdo, en ese instante ingresaba don Juan que estaba llegando de la vela, se abalanzó sobre el hombre, cuando el hombre sintió que lo estaban agarrando de la cabeza, lanzó una puñalada hacia atrás y le clavó el cuchillo a don Juan en el estomago, quien pegó un gran grito de dolor, soltó al hombre y corrió al patio a pedir auxilio, gritó pidiendo ayuda, nadie respondió a su auxilio, corrió de nuevo hacia dentro de la casa, ya no estaba el hombre, vio a su esposa, tomó una de las sábanas de hospital, la cubrió, la tomo en sus brazos, la sacó a la calle, ya en la calle cayó desmayado, los vecinos hasta ese momento fueron en su auxilio, los llevaron al dispensario médico, y desde ahí consiguieron trasladarlos al hospital del pueblo cercano. Los vecinos se fueron a avisar a las autoridades, llegaron donde el Juez del crimen a despertarlo, eran las cuatro de la mañana, el juez somnoliento, más bien casi dormido y con una gran goma, pasó llevando a su secretario para que levantara acta de inspección in situ de los hechos. Al llegar al lugar, donde todavía no había llegado la guardia, el juez encontró desolado el lugar, la puerta del rancho abierta, los perros ladraban, los vecinos no querían acercarse para brindar información o negaban saber algo sobre los hechos, el secretario con su libreta, tomando apuntes de las distancias de la manchas que no se distinguían si eran agua o sangre y  que se podían apreciar a esa hora, ya estaba aclarando el día, más vecinos se acercaban al cerco que da a la calle, de pronto uno de ellos, llama al secretario con señas manuales, este se le acerca, y el vecino le señala hacia el chagüite y le dice, allá parece que hay alguien caído, el secretario se voltea, se dirige hacia el Juez; en ese instante está ingresando el Burro, el gendarme de planta de la Guardia, investigador oficial de crímenes, quien pareciera que se levantó con el pié izquierdo, porque en su pié derecho llevaba puesta una bota militar y en su pié izquierdo una zapatilla, tal parece que al levantarse con la prisa del caso, no reparó y se colocó lo que encontró a mano en sus pies. Señor Gendarme le dijo el señor Juez, si usted tiene la amabilidad de acompañarme al chagüite para identificar a la persona que está durmiendo la mona según los vecinos. Con mucho gusto señor Juez a eso he venido, por favor de prisa porque tengo que seguirle la pista al hechor de tan abominable hecho;  me acaban de informar señor Juez que doña Cástula y don Juan se encuentran muy mal heridos, su sobrino Juan Yiya dice, que ambos fueron apuñalados en el pecho y en el estomago, que los asaltante eran como cinco individuos. Esa plática del Burro duró el tiempo que nos permitió llegar donde estaba el hombre dormido, llegamos y lo encontramos acurrucado, con las manos juntas y su cabeza arrecostada a ellas, como sustituyendo una almohada. De pronto el burro, quien conocía a medio mundo del vecindario, ya que él era de la localidad, exclamó ¡Este jodido es Chango Urrutia hijo!. El burro le quiso dar vueltas, pero le dije no lo toques, que está llegando el doctor del dispensario y en este pueblo es el médico forense. El doctor volvió a ver el cuerpo, se agacho, le puso los dedos en la garganta, luego en unos de sus brazos como tomando el pulso y dijo, este hombre está muerto, en el instante que le dio vueltas al cuerpo, y dijo: Todavía está caliente el cuerpo, este hombre murió desangrado hace unas dos horas más o menos, lo siguió revisando, le levanto el pantalón de la pierna derecha, debido a que se fijo que en esa parte del pantalón había una rasgadura de tela y exclamó ¡Que puntería le perforaron la femoral!, se desangró totalmente, este hombre sintió sueño y se acostó a dormir en el suelo, pero lo que le estaba sucediendo era que se estaba desmayando por el desangrado que duró unos quince minutos después que le apuñalaron la pierna justo en la vena central, tiene la bragueta del pantalón abierta, la faja esta suelta, el pantalón es de botones y todos están sacados del ojal, esto nos hace presumir que intentó sacarse el barómetro y no alcanzó a hacerlo, tiene un rasguño en la nuca y en el rostro. Señor Juez, le dijo el médico, ese cadáver ya se lo deben de llevar sus familiares, yo me voy a redactar el dictamen. Secretario, espetó el Juez, concluyamos el acta de inspección y que se le avise a sus familiares para que se llevan al occiso. De pronto un grupo de jóvenes irrumpieron el lugar, vociferando alterados, clamando vengarse por la muerte de Chango, un señor ya de edad, se acercó y dijo; usted es el Juez, a lo que respondí, sí señor, con quien tengo el gusto, soy el padre de Changuito me contestó y quiero saber lo sucedido; señor, yo me debo de remitir a los hechos que se encuentran en acta de inspección, secretario, por favor léesela al señor. Marcelino Corea Pérez, el secretario judicial, me dice: firme señor Juez. Accedí a firmar y, el procedió a leer el acta. El Padre del occiso, me quedó viendo y me dijo. Señor Juez, quiere decir que los dos señores, doña Cástula y don Juan fueron asaltados y heridos por mi hijo. Hasta el momento eso es lo deducible con la lectura del acta, pero tenemos que esperar si logran vivir, la declaración de los señores. Doña Cástula y don Juan sobrevivieron a las heridas, pero nunca quisieron hacer ninguna declaración vinculando a alguien en lo sucedido, siempre adujeron la obscuridad de la noche, que no les permitió reconocer la silueta, pero tampoco volvieron a vivir en ese lugar.

EL CUÑADO DEL PUEBLO, MOLLETA Y JUAN LLORÓN


Ramón Larios, es su nombre en familia, Moncho le llaman sus tíos, todas las mañana se levanta a las cuatro de la madrugada y se dirige a chapodar cuanto solar se le ponga en frente y le paguen los doscientos córdobas por la media tarea, si el solar mide más de 10 x 25 ya cobra trescientos y si es una tarea completa, su valor es de cuatrocientos córdobas. Su matemática es perfecta: Una media de caballito cuesta dieciocho córdobas, sin agua, si ya se le agrega el agua helada toma un valor de veinte córdobas. Ramón la prefiere sin agua para ahorrarse dos córdobas. Mientras no se ha echado un solo trago trata a las personas de amiguito, es muy educado bueno y sano. Si gana cien córdobas, le entrega cuarenta a su hermana que le da de comer, los otros sesenta córdobas los esconde envueltos en plástico en lugares estratégicos del patio, nunca los guarda en el mismo lugar, porque su hermano Chico Larios ya le ha hecho varias trastadas; en muchos casos los envuelve en bolsa de plástico y los introduce en el calabazo, luego lo llena de agua y lo cuelga en la cocina. El calabazo no se lo tocan, porque toda la familia sabe que eso significa que va a salir a trabajar, mientras el calabazo tenga agua es inescrutable. Ese es su lugar más seguro para esconder su plata. A todas sus tías les llama por tiita. Su tía Lola es la que más lo quiere, lo aconseja de que no tome licor y, el siempre le responde, no tía si ya me estoy retirando, no se fija que pasado mañana cumplo dos días sin probar una gota de guaro,  voy poco a poco, cuando miremos que cumplo un año. ¡Jajajajaja! se ríe de sus locuras este Moncho, no tía créame. Pero Ramón a mi no me gusta que te digan el “cuñado del pueblo” la gente te lo dice para burlarse de vos; eso creen ellos tía, pero el que se burla de ellos soy yo. Ya con mis tragos le digo “cuñado” a todo mundo. A mí que me importa que tenga o no hermanas;  la verdad que casi a todo el que le decís cuñado, normalmente te dicen: Te mandó saludes Roberto…. a tía y usted cree que soy pendejo para responderle, lo mío es jodedera. En esa plática estaba con su tía, cuando apareció Juan y la perra. Ramón lo divisa y le grita Juan y la perra. Juan con su mirada esquiva, como si fuese bizcoreta, le dice: Vea cuñado no me esté jodiendo que lo vengo a buscar para que vayamos a una vela a la trinidad, ahí hay una muchachada del diablo, y acabo de toparme con Polito, el gendarme municipal y, dice que la alcaldía lleva diez cajas de caballito porque el muerto era trabajador de los camiones. Ese viaje es largo no jodas le dice el cuñado, y el regreso va ser peor, bolos quien nos va traer. En ese instante pasa corriendo Molleta para el lado donde vive Guatal. Que le pasa a molleta le dice el cuñado a Juan y la perra, Juan se voltea y  pregunta para dónde vas molleta, éste le responde, que te importa a vos, pero si querés acompañame que acaba de morir Matilde Linarte. Para que esperar más tiempo y los tres se enrumban hacia el velorio, al llegar a la casita, ni el cadáver habían sacado, lo estaban vistiendo, pero ya la caja estaba sobre unas silletas, cuando Juan ve la caja, se hinca con las manos puestas sobre la caja y comienza a llorar, hayyyyyyyyyyyy pobrecita la señora, si yo la acabo de ver buena y sana, lloraba a moco tendido, se sacudía la nariz, Molleta que era muy cuerdo, se le acerca a Juan llorón y le dice al oído, vos pendejo, no ves que es un hombre; en el instante y a gran vos Juan le responde,  hijueputa no me acabas de decir que se llama Matilde;  sal de aquí pendejo, le dice el cuñado que corridos vamos a salir por vos; vamos a ayudar a limpiar el patio y a traer las sillas para ganarnos el trago;  yo no tomo le dice Molleta, pero voy a ayudar, un cafecito negro si no me cae mal. Molleta cuyo nombre es Pedro Guzmán, había quedado arriba de los palos, después de una balacera en la madrugada frente donde mama chepita y, en el tiroteo le habían dado dos balazos en la cabeza de refilón, que lo había mandado al hospital y, del hospital ya no volvió a su casa, se convirtió en un judío errante, vivía en las calles, dormía en los parques, pero tenía una lucidez envidiable, se conocía los nombres de miles de parroquianos, con toda la descendencia o ascendencia, era bailarín, cantante y vulgar. Juan llorón, su nombre era Juan González, vivía en fincas trabajando de acarreador de pichingas de leche, en la finca de Luis Manuel Gallo trabajó mucho tiempo, en ese sector de las Ojeda, las Limas y la Chilama, incluyendo la finca San Pedro nació, creció y se envejeció. Juan Llorón, era un alma de Dios, incapaz de hacerle daño a alguien, pero lloró en el pueblo a más de diez mil muertos, vivió unos sesenta años, Molleta vivió cincuenta y cinco años. Ramón, el cuñado del pueblo, tiene sesenta y un año, todavía existe y le sigue llamando cuñado a todo el que encuentra.












EL GUITARRISTA


Las mesas de madera pochote bailotean al compás del movimiento telúrico, saltan y como que caminan, se tambalean y producen un ruido de madera vieja seca puesta en carreta. Tan fuerte es el mecido del temblor, que don Crápula Lezama asido a una de las mesas se orinaba del miedo. En esos instantes se escucha un ruido ensordecedor, seguido de una explosión cuyas ondas expansivas partieron la casa en dos mitades, cayendo el techo como quebrado por  hacha. La gente gritaba, corría sin rumbo, unos pedían ayuda para sacar a su familia que había quedado enterrada por las paredes de taquezal que se habían derrumbado, otros se aferraban al cadáver de su madre, padre, hermano o hijo. Todo era una locura, el terremoto de casi ocho grados Celsius arrasaba sin distingo de color, raza, sexo, religión y posición social. Todo era literalmente un infierno, fuego por todas partes, explosiones de tanques de gas butano, gasolineras en llamas, el polvasal que cubría el ambiente, lo hacía más tétrico. Había caminado como cinco cuadra en medio de ese maremágnum turulato, sin entender tanta violencia de la naturaleza, divisé una casa de la cual únicamente se habían caído las paredes delanteras, al voltear la vista hacia el interior de la vivienda, un joven de aproximadamente dieciséis años,  pelo largo alborotado, pálido,  flaco, de bigote, con una guitarra FENDER de madera entonaba una canción de forma tan normal, que parecía inspirado en el temblor que acaecía; me acerque en el momento que cantaba el estribillo
“ Pero no pude más y esta noche te vengo a decir, te quiero”. Le tome la guitarra y en sol mayor le cante” Pueblo mío que estas en las colinas, tendido como un viejo que se muere, las penas y el abandono son la únicas compañías, pueblo mío te dejo sin alegría”. De pronto el joven se levantó, estiro los brazos hacia arriba denotando pereza, bostezó y me preguntó que hora es. Las tres de la mañana le dije. En el instante que me quitaba la guitarra y me dijo. Estaba cantando por no llorar, la música me despierta, me da ánimo, me elimina el estrés. Necesito saber de mi padre me espetó, yo le pregunté, ¿Quién es tu padre? Me respondió con indolencia, mi padre es Crápula Lezama el viejo Barbero del barrio, que vive a unas seis cuadras hacia arriba, en donde funciona un estanco de guaro lija y una pensión de mala muerte. La única le respondí. Hace unos veinte o treinta minutos yo estaba en su casa, ahí pernocté, el temblor me hizo salir a la calle, cuando pase por el estanco don Crápula estaba de pie junto a una de las mesitas, le grité que se saliera a la calle, y me dijo: Los cobardes huyen, los hombres mueren en su terruño. En ese instante se oyó la explosión y toda la casa se vino al suelo. Don Crápula está enterrado dentro de su casa le dije. El muchacho se puso más pálido, no podía hablar, puso la guitarra en el suelo y salio rumbo a la pensión estanco barbería de don Crápula. Le seguí para ayudarle y además para sacar mi maleta que debía de estar soterrada. En el trayecto de regreso a la pensión donde había dormitado unas horas atrás yacían en el suelo cadáveres, heridos, gente como loca con la mirada perdida, otros rezaban en grupos, muchos de pie resignándose por lo ocurrido ante la naturaleza, sin faltar los ladrones queriéndose llevar televisores, radios, grabadoras o cualquier mueble de valor que pueda ser trasladado sin mucho esfuerzo. Los dueños de las casas ahora en ruinas hoy se convertían en celadores de sus bienes muebles. Al llegar a la esquina de la CARIOCA, los chavalos parecían  hormigas cargando su alimento a la entrada del invierno, estaban saqueando el establecimiento que ayer era un almacén de electrodomésticos. De pronto una trifulca, un viejo guardia que vivía en un pueblo vecino conocido con el mote de Tranquilino había llegado con una camioneta a saquear lo que se pudiera, este andaba en compañía de Manuel, alias Mango Real, un hombre que a sus treinta años levantaba pesa para fortalecer los músculos y así poder noquear al trabajo cuando se le presentara. El viejo Tranquilino de pronto con una bayoneta en mano; “arma parecida a un puñal pero de mayor tamaño, la cual tiene unas doce pulgadas de largo, por dos de ancho en su parte más ancho y la punta tan fina como la de un puñal,” se lanza contra un chavalo de unos catorce años para quitarle una hermosa grabadora, el chavalo le grita al papá que iba a unos veinte metros cargando otros objetos, el papá escucha los gritos del hijo voltea a ver en el instante que el guardia le da tremenda estocada al chavalo, quien cae al suelo bañado en sangre, el guardia sin inmutarse limpia la bayoneta en su pantalón y se agacha para recoger la grabadora que había soltado el joven, dicho equipo al impactar con el suelo pavimentado se había quebrado, en ese instante el Trabajador Manuel Mango Real le grita: “ Quino, corramos que ahí vienen por nosotros”. Quino inspirado por su hazaña no escucha y de pronto un hombre lo toma del cuello en su parte trasera, le levanta la cabeza, cuando Quino trata de defenderse, ya el papa del chavalo le había enterrado en la garganta un garfio, una especie de anzuelo como de seis pulgadas de largo, sólo se escucho un ruido de garganta, feo. Luego persiguen a Manuel Mango Real quien a la media cuadra ya lo tenían amarrado, yo seguí mi camino con el hijo de Crápula, después oí decir que lo habían colgado de un poste que sostiene el tendido eléctrico.
Danilo Lezama Hernández, el hijo de Crápula cabizbajo sólo volvía a ver de reojo durante el trayecto a la casa de su padre de las dolencias de la población y me dijo. Que barbaridad será posible que Dios castigue de esa manera, no creo que sea así, yo he sabido que Dios es amor, que es perdón, misericordioso, esto no es producto de la divinidad, esto debe de ser producto del maligno, del diablo, de lucifer, de luzbel. Yo se que lo que ha sucedido viene de las entrañas de la tierra. En ese momento me dije a mi mismo, yo ya he visto eclipses totales de sol y de luna, ciclones, aluviones, tornados, terremotos, guerras, maremotos, asonadas, huelgas, huracanes, crímenes, viajes a la luna, a Marte, a Júpiter, a Mercurio, sólo me falta ver que el sol se apague y que los animales hablen los idiomas de los humanos o bien nosotros hablar los idiomas de los animales. De pronto se escucha. Danilo, corre, parece que tu papá esta vivo, se escucha llorar a alguien en los escombros de la cantina. Danilo con sus ojos me pide ayuda y le grito corramos, al llegar a la barbería encontramos a unas personas tratando de apartar piedras, pedazos de taquezal, reglas etc. Al cabo de unos diez minutos encontramos una meza y debajo de la meza don Crápula con un ataque de asma. En el instante que lo sacamos a la calle pide ver a Danilo, quien de inmediato le responde, aquí estoy papa. Hijo quiero decirte algo antes de irme al cielo, pero necesito que sólo tú me oigas. A lo inmediato les pedí a los vecinos que nos habían ayudado que los dejáramos solo. No pasaron más de cinco minutos, cuando vi que Danilo abrazaba a don Crápula por última vez, me acerque en el momento que le decía: Viejo imbécil que hicistes de mi vida, mejor no me lo hubieras contado, te quiero mi viejo, nunca te lo dije en vida, perdóname, pero yo sabía que algo me ocultabas. Danilo volteo la cabeza y me dijo.  Rafael, ayúdame a llevar a mi viejo al Cementerio General. En ese momento se me encendió una chispa y me acorde de la camioneta de Quino, el guardia que habían linchado hacía unas horas. Danilo, espérame o más bien llevemos el cuerpo de don Crápula hacia la CARIOCA, ahí hay una camioneta propiedad del guardia que mataron cuando veníamos hacia acá, nadie sabe de esa camioneta, yo por que conocía al guardia que era de mi pueble y lo vi bajar de esa camioneta, busquemos la llave en sus bolsas y no llevamos la camioneta. La llave se buscó en la ropa de Quino y no se encontró, nos regresamos a donde estaba el cadáver del que habían colgado, lo bajamos del poste de donde pendía su cuerpo, registramos sus bolsas y ahí estaba la llave. De algo sirvieron estos ladrones murmure, Danilo le dije vamos, llevemos a tu papá a enterrarlo como Dios manda, subimos dos palas, dos mecates y nos dirigimos rumbo al cementerio sorteando toda clase de obstáculos, buscamos las calles más anchas, y por fin llegamos al cementerio a eso de las seis de la mañana del dos de Octubre del año mil novecientos setenta y dos. A unos cien metros de nosotros estaban una gran cantidad de guardias cavando una tumba común que medía casi doscientos metros de largo y nos dijeron que pensaban enterrar unos diez mil cadáveres, que ya los andaban recogiendo en el pueblo. En ese momento me dije, chocho tanta muerte, yo me largo para mi pueblo después que le ayude a Danilo. En ese momento me acorde de la tumba de don Crápula y le pedí a los guardias una bolsa de cemento la cual me la regalaron, y cuando terminamos de echarle la ultima palada de tierra al cadáver, emparejamos la tumba y en vez de hacerle el lomo de la tumba, recogimos arena y con las manos hicimos una especie de placa en la cabeza de la tumba y ahí plasme la fecha  y hora de llegada  al cementerio con los dedos. Rafael, me dijo Danilo, cual es tu apellido, llevo casi cuatro horas con vos, y si no ha sido por el hombre que murió colgado que te saludó por tu nombre, ni tu nombre supiera. Sin dudarlo le dije, mi apellido, yo soy Contreras Ledesma, Rafael Contreras Ledesma, nací el cuatro de Septiembre del año de mil novecientos cincuenta y dos a las once de la mañana., mi padre Rafael Josue Contreras Chica y mi madre Migdalia Ledesma Larios, ambos ya fallecidos, fui criado por doña Garmendia Solis Chavarría, quien me dio cobija desde que yo tenía dos años, no me acuerdo de mi madre, mucho menos de mi padre, de quien dicen mato a mi madre en un circo, en el año cincuenta y cuatro a las ocho de la mañana en la plaza de Nagarote, pueblo en donde estaba de pasada el circo que se llamaba “Circo Betancourt”. De los nombres de ellos me acuerdo, por que todos los bienes de mis padres que estaban en el circo se los quedo mama Garmendia, quien los guardó y me los enseño cuando ya tenía doce años. De esos bienes guarde las partidas de nacimiento de los dos y todavía se encuentran en mi poder, pareciera que los circos obligaban a sus artistas a presentar sus partidas de nacimiento, ya que los obligaban a contratar a la mayoría nacionales y a la minoría de extranjeros y eso lo supervisaba la guardia de cada pueblo. Mi madre tenía un numero circense que se presentaba al final de la función y consistía en que mi padre habría un hoyo o más bien una fosa y dentro de una caja de madera la enterraba para sacarla al día siguiente al inicio de la función, ese número lo llamaban. “La Resucitada”. Claro el hoyo ya estaba hecho y en una de sus partes que daba a orillas de la carpa del circo hacia los dormitorios de los artistas, tenía un escape hecho de barriles viejos, los cuales estaban soterrados y tapados en su parte inicial que daba a la superficie con una especie de baño de plástico, lo que permitía que mi madre antes de iniciar con la echada de la tierra, ella ya estaba fuera del hoyo y, al día siguiente una ves que quitaban la tierra, ingresaba por el túnel de barriles al hoyo,  levantaba la tapa de la caja, se introducía y de inmediato mi padre con una Manila que pendía de la tapa de la caja, levantaba dicha tapa y gritaba palabras rituales en el momento que llamaba a dos espectadores que dieran fe de que dentro de la caja yacía el cuerpo de mi madre. Se presentaba el número una vez a la semana, el sábado se enterraba y el domingo en la función de Matinée se sacaba el cuerpo. Danilo asombrado escuchaba con atención mi relato sin espetar palabra alguna. Mama Garmendia me contó que ella era que la que le hacía la comida a mi verdadera mamá, le llevaba el desayuno, almuerzo y cena, y en los tres tiempos se ponía a platicar de su vida familiar.  Le dijo que ella había nacido en Chiquilistagua y que mi papá era Colombiano de Antioquia, también le dijo que mi papa la maltrataba mucho, que cada día que se emborrachaba después de la función, le gritaba que le iba a sacar el hijo que estaba esperando. El niño que nació el quince de Abril del año de mil novecientos cincuenta y cuatro, y que fue inscrito en Nagarote, mi padre se lo robó cuando mato a mi mamá, huyó con el niño, y como la había matado en el aposento, nadie se había dado cuenta hasta que mama Garmendia llegó con el desayuno a eso de las ocho de la mañana, dicen que le puso una almohada en la cara y la ahogó. Yo tengo la Partida de nacimiento de mi hermanito, la fui a sacar un día para corroborar lo que me habían contado, y en efecto con la ayuda de Papalacho, el secretario del Registro pude encontrar la partida de nacimiento de mi hermanito, hoy tiene unos dieciseise años, es como de tu edad. Danilo sólo escuchaba mi relato, de pronto se puso a llorar, y le pregunte que le pasaba y me dijo. Yo también nunca conocí a mi verdadera mamá, durante dieciséis años le dije mamá a mi madrecita Lucero Hernández Espino, quien murió hace un año de tifoidea y era su único hijo, fue hasta hoy que mi papá me contó antes de morir, de que mi verdadera mamá había muerto cuando yo estaba muy tierno y que el se fue huyendo conmigo, por que le achacaban su muerte. Yo crecí en la mina Rosita tengo partida de nacimiento de la mina Rosita y, dice que nací  el quince de Abril de mil novecientos cincuenta cuatro, aunque fui inscrito el veinte de Abril del año de mil novecientos cincuenta y cinco. Esto significa que mi papá llegó huyendo a las minas, donde conoció a mi mama Lucero, quien al darse cuenta que llevaba un hijo tierno se junto con él y me inscribieron como su hijo. Ahora que me estás contando tu vida, me doy cuenta que existe la posibilidad de que mi padre sea tu padre y de que tu madre sea mi verdadera madre, por que mi papá al morir me dijo que se vino para Managua después de quince años de andar huyendo para buscar a su otro hijo que había abandonado en Nagarote y, que la pensión la había puesto para indagar con los viajantes si sabían algo sobre la muerte del  circo en Nagarote. A él no lo conocieron, por que nunca salió del circo y don señor Betancourt dueño del circo ya había muerto, eso lo supo una vez que el circo llegó a mina Rosita en el año de mil novecientos setenta, ahí se dio cuenta de que el circo llevaba un personal desconocido, el dueño era un sobrino del señor Betancourt que nunca había andado en el circo en su época, y que eso fue lo que le dio fuerza para venirse para Managua y buscar al hijo perdido. Puso el estanco, la barbería, oficio que había aprendido en las minas y la pensión para platicar con los viajantes principalmente de Nagarote, los cuales llegaban con frecuencia a dormir. Sorprendido de lo que Danilo me estaba contando me dio un temblor en el cuerpo,  tuve que agarrarme de un árbol de laurel de la india que adornaba el cementerio, dicho árbol me remontó al parque central de Nagarote situado frente a la Iglesia Católica, Santiago Apóstol y en sus costados dos Plazas públicas en donde se asentaban los circos que llegaban al pueblo, la de la Izquierda era una loma de piedra negra y la de la derecha una loma de piedra poma, el parque tenía aproximadamente diecisiete árboles de Laurel de la India, siendo el de en medio del parque un árbol grande en donde jugábamos con mucha precisión “ La Sarna” este juego consistía en saltar de rama en rama, (igual a un mono) evitando con nos tocara el que andaba la sarna. Mi retrospectiva fue hacia el parque de Nagarote, posiblemente no por el árbol de Laurel, si no por que fue en la plaza de piedra poma, en donde fue asesinada mi madre por mi padre, y siendo que mi viaje hacia Managua tenía como objetivo indagarme de la ubicación de mi padre, ya que tenía obsesión de vengar la muerte de ella. Por todo eso que me estaba sucediendo la cabeza me daba vueltas, estaba mareado. Miraba la tumba de don crápula, el padre que salí a buscar para matarlo, y que la naturaleza se me había adelantado, tuve el impulso de abrir la tumba y darle un machetazo al cadáver del papá de Danilo, de quien por un instante no tuve dudas de que era mi padre. Toda esa furia se me fue calmando, levante la vista y la dirigí hacia Danilo, quien debía ser mi hermano menor.  Tomé su cabeza, la apreté sobre mi pecho y le dije; hermanito este terremoto nos ha reencontrado, nos ha unido, a partir de este instante nunca te separaras de mí. Yo te cuidará y hare de ti un hombre de bien. Ambos se abrazaron y se dirigieron hacia el estadio de beisbol, para luego enrumbar hacia el parque las piedrecitas, donde convergía la carretera hacia León, rumbo que llegaba al pueblito de Nagarote.









EL RIO LAS TRANQUITAS


Yo recuerdo que para el año 1960, Nagarote tenía como límite urbano en su parte Este, un rio denominado de distintas formas: Rio las Tranquitas en sus inicios. Iniciaba con unas seis vertientes que brotaban en su mayoría en la finca de los Hermanos Aguilar, Antonio y Luis Felipe Aguilar, y unas dos vertientes que brotaban en la finquita de Rogelio Martínez. En sus inicios donde don Rogelio se había formado una posa conocida como la posa de los cusucos, la llamábamos así, porque cada vez que llegábamos a bañarnos, ya encontrábamos a Raúl y José Montes, “los cusucos” bañándose; esta posa se mantenía oscura de tanto chapalear agua los cusucos, hasta que salían con espumas en el pelo, ellos murrucos y el lodo de la posa hacía brotar grandes cantidades de burbujas que incrustaban en el pelo de los hermanos montes. Nosotros (Jorgito Chicana, Teodorín, Changuelo, Chimino, Orlandito, Chente, Julio) teníamos que dejar que se asentara el agua para podernos meter, esta posa fue la primera que desapareció. Luego se adentraba a la finca de los hermanos Aguilar, la cual era una finca de frutales, muy frondosa y en ella se había formado un arrollo que en invierno recogía toda el agua de lluvia que venía de las montañas del Sur de Nagarote, ese arrollo en verano únicamente quedaba con el agua de la vertientes que brotaban de sus orillas y formaban el rio las tranquitas. Al salir de la finca de los hermanos Aguilar el rio se topaba con el camino que lleva a la finca de doña Ventura Martínez y de su sobrino, (hoy sus herederos) cuidada por CHUZÓN; en dicho cruce se formaba un bonito rio, donde cantidades de familias Nagaroteñas, llegaban con su hijos, nietos sobrinos y vecinos a lavar la ropa de la familia y por ahí a darse un chapuzón.  En ese lugar había una gran cantidad de árboles inmensos, de los que sobresalían los mangos de todo tipo, mangos lisos, mangos tablitas, mangos mechudos, zapotes, nísperos, nancites de todo tamaño.  Dichos árboles servían en muchas ocasiones de trampolín para los más osados y cuando se les quebraba la rama, “hay mamita para que te cuento”.  Qué lindo era ver aquellas señoras con su pelo largo blanco y en vestido, balanceándose al ritmo del movimiento cadencioso que produce el lavar ropa, el golpe que se le daba a la ropa sobre la piedra para poder sacarle la mayor cantidad de agua antes de tenderla, se escuchaba tan armónico, que el oído apreciaba una canción orquestada por las lavanderas del rio en tono de fa mayor. Por la tardecita se iniciaba el viaje de regreso, ya la ropa seca, envuelta en una sábana o metido dentro de un costal y, en muchos casos dentro de un carretón jalado por los chavalos. Me acuerdo muy bien de Jesús Bone Navarrete jalando el carretón, cantando y su mamá doña Filomena cargando los enseres que se utilizaban para lavar. Me acuerdo de la esposa de Don Virgilio Palacios García, doña María Luisa Rueda, que llegaba con sus nietas a lavar la ropa de su familia, dice mi esposa, que ella acompañaba a doña María Luisa al rio, pero yo no me acuerdo de ella. Llegaba también doña Anita Palacios, la mamá de Antonio y Julio Gómez, posteriormente ella pasó a ser la dueña de los mangos que mencioné en líneas anteriores; pero es importante contar, que todavía en esa época se nos permitía cortar mangos para comer, lo que no se nos permitía era apalear el árbol, ni llevar cantidades negociables, ahora te matan por un mango. El que era más duro con las frutas era el señor Martínez de la finca de doña Ventura, ese hasta disparaba sobre los intrusos para asustarlos, una vez me encontró arriba de un palo de mango caraña y me pedía que me bajara, yo no me bajaba por que estaba con un garrote esperándome, al verme en aprietos Chicanita y Teodorín, se metieron a cortar aguates y, decidieron por esa fruta,  por que esa era la fruta que más cuidaba, ya que los Martínez vivían del limón y del aguacate;  al darse cuenta  Martínez que le estaban robando los aguacates, salió gritando improperios a los intrusos roba frutas, por lo que yo me lancé del palo de mango y al caer se me dobló el pié, no le tomé importancia y salí en guinda hacia las tranquitas, al llegar al rio me di cuenta que me había zafado el pié, esperé a Chicanita y a Teodoro, quienes una vez en el rio y, al verme llorando, me tomaron de los hombros y me llevaron donde Pedro Montes, quien vivía a unos seiscientos metros de las tranquitas. Ese día lo encontramos con sus trago entre pecho y espalda, sólo escuche que dijo, tráiganmelo para acá, me sentó en un taburete, me embadurno el pié de brillantina, de esa que se usaba para peinarse en esa época, e inicio guiñándome los tendones del pié, los míos eran alaridos los que pegaba, “aguante pendejo me gritaba, quien lo mandó andar jodiendo”; yo sudaba como pedrero sacando piedras.  De donde Pedro Montes salí vendado y renqueando, pero el pié fue sanado, esa sanación de Pedro Montes era brutal, pero el jodido lograba enderezar todo lo zafado. 
Sigamos con el Rio.   Este mismo rio las tranquitas a unos trescientos metros del cruce del camino hacia donde los Martínez hacia el Norte, formaba la  Poza de Quimín. Esta era un balneario ya para hombres mayores, era una poza de más de un metro de hondo, tenias que saber nadar para bañarte en dicha poza, ahí se mantenía bañándose, jiñocuago, Chilote, Caliguate, Chocoyo, la Ardilla, el Conejo, Calzoncillo, la Rana, Tío tapa, Cinturita, Chancleta, Rigonagua, Cucaracha, Toño Chinche, Sandunga,  Perro sin dueño, Cucamba, Checho Pérez, Chicho,  La coca leca, Pan Suave, La piluncha, Niño Dios, (a este le decían así porque era tan feo que no cabía ningún mal apodo), el Chulo, el Chino del chulo, la marioneta, Candil de la calle, Soro peta, Firuliche, Gallo ronco,  el tigre, la guacha,  la burra, ninfo,  el medio padre, pacho, judas, cara bonita, sindulfo, chaca, chachalaca; Chiricano, Darío O, cocodrilo, Pichan, el cenizo, la corneta; qué bonito, de seguro que a ninguno de esos los conocen, pero no importa sigamos con el rio.
A unos doscientos metros hacia el norte de la poza de quimín estaba el camino que llevaba a la careadora, esa era la entrada principal a Nagarote viniendo de Managua, aunque todavía no había carretera, lo importante es que en ese cruce se había construido un puentecito pequeño con dos alcantarillas, las que del lado de la caída del agua hacían una bonita posa para baño de niños, ahí nos bañábamos nosotros también, nada más que teníamos que aguantar a los hijos de don Pancho Palacios quienes se apoderaban de la posa y no dejaban que nadie se bañara y, como les quedaba a la orilla de su casa, ellos se creían dueños. Luego el rio enrumbaba hacia el Este, cruzando la finquita de don Tránsito Vela Vallecillo, hasta llegar a la calle que venía de la Iglesia y que ese era su final, hasta allí llegaba la calle, uno tenía que cruzar sobre las piedras para adentrarse a la finca de don Chicho Gallo a unos cincuenta metros, luego el riachuelo, cruzaba la finca de don Chicho gallo en su parte trasera y llegaba al puente del Ferrocarril, en donde se hacía otra poza de la cual se adueñaba Manguera ( José Gallo),  sus hermanos y Juan Orol con la pandilla de los Mantillas, porque daba al patio de la casa de donde ellos vivían. El riachuelo se enrumbaba hacia el Noreste, pasando por la finquita de los García, hasta topar con el cauce que recibía las aguas de lluvia de Nagarote y que se iniciaba en la casa bodega del ferrocarril, (Hoy Cuerpo de Bomberos de los Mantillas). Ese riachuelo enrumbaba hacia el Norte, hasta formar el Rio el Obraje y este llegaba a caer al lago, en la parte de las Chirisas, donde doña Julia Bone cuidó casi cincuenta años, doña Julia es la madre de Rodrigo Bone, quien fue el que nos enseñó de forma completa el trayecto del rio de la anécdota.


 MI VIDA EN VOZ ALTA


De niño, mi pacha era una botella de refresco de chica rica, se le colocaba una chupeta de hule, a la que se le hacía un orificio con una tijera, nunca supe de un pañal, creo que no existían; siempre anduve sin calzón, de vez en cuando un calzoncito pequeño, o bien un short cortito; nunca probé un gerber (marca de un producto alimenticio para niños), mi moho era de tortilla mojada con frijoles, en vez de leche me daban tibio (Pinol cocido), la comida no era tres veces al día, cuando mucho dos, normalmente al acostarnos me daban agua de azúcar. Mi vida de tierno discurría en el suelo, unas veces sobre un cartón, casi siempre en pura tierra, me chineaban sólo para dormirme o, cuando una de mis hermanas mayores estaba de buena. Las calenturas eran normalidad, cuando no tenía calentura me llevaban al centro de salud para ver si estaba enfermo. Me pusieron zapatos cuando yo tenía ocho años para poder ir a la escuela de primaria, aunque para esa época aceptaban que llegáramos descalzos. Hacía mandado a los vecinos desde los cinco años, en esa época existía un señor de nombre Don Virgilio Corrales, quien tenía más de seis casas, casi todas eran casas esquinera pero viejas, en dichas casas alquilamos cantidades de veces, fue ahí donde conocí a Don Virgilio, de quien me convertí en su mandadero oficial, me llamaba betito; por cada mandado me daba cinco centavos, aunque también era dueño del primer taxi que existió en Nagarote. Este taxi se mantenía en la Estación del Ferrocarril, era un mustang de los años 30, carro grande muy amplio por dentro, color negro, aunque por lo derruido del color, daba un color gris oscuro; esos carros se utilizaban para los años 60 como taxis interlocales. El chofer del taxi era Andrés Corea, alias la Chita, traigo a colación este taxi, por que luego se convirtió en mi primer trabajo más serio; teníamos que andarlo empujando cada vez que se le apagaba a la chita, o cuando se montaba un cliente y el encendido normal no funcionaba. Los empujadores éramos: Changuelo Escobar Reyes, Teodoro Castillo (Teodorín) y el que escribe estas Líneas.
Mientras esperábamos un cliente para el taxi, jugábamos chibola con todo el chavalero, quienes llegaban por la algarabía de andar empujando el Mustang, iniciamos tres empujando y concluimos casi doce chavalos. El día que no llegó el Mustang a parquearse a la estación, el chavalero se entristeció, porque se le había perdido un juguete más. Este Mustang, pasó de taxi, a gallinero en el patio de Don Virgilio. Don Virgilio, era pinche como solo él, tenía dos hijos que conocíamos, el Chele Corrales, quien vivió bastante tiempo con su padre y Andrés, a quien lo mató un rayo muy jovencito, como de catorce años; este vivía en una finquita que tenía Don Virgilio en la Costa Sur de Nagarote, donde vivían su esposa y cinco hijas mujeres, las que llegue a conocer hasta después de la muerte de Don Virgilio, hecho que acaeció estando yo crecidito, de unos dieciocho años.
Cuando yo tenía doce años, mi madre, me llevó donde mi tío Alejandro Corea Rueda, quien era dueño de una barbería llamada “barbería Juvenil” y le dijo que me pusiera a trabajar. Mi tío tenía una caja de lustrar zapatos, la desempolvo y me dijo. Yo no quiero que seas lustrador, pero para mientras vas a lustrar zapatos aquí dentro de la barbería, los lustradores únicamente deberán lustrar afuera, vos a los clientes aquí adentro, pero te vas a estar fijando como se rasura. En esa época los barberos oficiales, eran Adalberto Vallecillo, quien estudiaba de lunes a viernes en Managua, Erving Marín Castro quien estudiaba en la Normal Central de Varones en Jinotepe, luego que estos estaban cerca de graduarse, abandonaron el oficio de barberos, y llegaron a convertirse en oficiales los aprendices de ellos, Salomón Umaña Blanco (Vicio), Santiago Mojica y Rafael Narváez Muñoz.  Luego llegaron a aprender barbería, Arnulfo Umaña Rodríguez, hermano de Salomón, Teodoro Mayorga de la Chilama, nieto de un hermano de mi mama y por ende de mi tío Alejandro, Víctor Tiburcio Mayorga Contreras (Tiburón), Rolando Corea García, (Joe Pingüe mi sobrino en 2do grado), Alejandro Guido y Félix Picado ( Venia de trabajar sacando piedras). A Salomón y Arnulfo los mataron en Managua, a Teodoro lo mataron en el Valle de Jesús, a Rafael lo mataron en Nagarote y  Alejandro murió de una vergueada. Un día sábado llegue a la Barbería temprano, a eso de las seis de la mañana, el sábado era el mejor día de trabajo, e ingresé a la barbería por la estancia de mi abuela Matilde Rueda Aguilar; cual fue mi susto al encontrar a Santiago Mojica y a Arnulfo Umaña elaborando flechas y arcos, con varillas de sombrillas. Al verme se asustaron y no pudieron explicarme, yo tuve que informarle a mi tío de tal acto, porque era peligroso, ellos se mantenían en la cantina conocida como “El México” y ahí chiveaban;  este era un oficio que pasaba por defender de cualquier borracho golpeador a la mujer que se ganaba la vida en la cantina, hasta de esconderse debajo de la tijera donde ejercía su trabajo la mujer y guiñar el pantalón del que se desprendía el incauto saciador de sexo, le sacaban los realitos que andaba en su bolsa o cartera, para luego la dama hacer el escándalo de que el sujeto no le quiere pagar. De donde le va a pagar si ya estaba lavado, al final el chivo, lo amenazaba y lo corría de la cantina con mucha suerte que la guardia no se lo llevaba preso. Bien, estos bandidos se llevaban la flecha y las introducían en los cardones que servían de cerca a la propiedad vecina o de la cantina misma, y el arco era de la misma varilla, el cual se doblaba, hasta que unían las dos puntas con una manila, por lo que de igual manera guardaban el arco en los cardones y la manila en su bolsillo. Esa arma era mortífera, a cualquiera que le tirase un flechazo, se le introducía la flecha lo suficiente, que le podía causar la muerte, ya que la punta de la varilla (flecha) se afilaba y, a una velocidad de que le imprimía la fuerza del lanzador, se convertía en arma mortal.
De los chivos famosos, me acuerdo de Tuqui Tuqui, El bailarín de ahí le viene el apodo, de una canción cumbia llamada el Tuqui Tuqui,  de Chachalaca, este usaba un verduguillo envuelta en papel periódico, siempre andaba en sus manos un envoltorio cubierto de papel periódico, esta era un verduguillo, arma mortal. De chilote, que chiveaba a la mujer más hermosa de donde Onosifero.  La Chira, hermano de los vicios, Juan paniquin, etc. Cuento esto, porque el bandido de chilote, una vez me llamó y me dijo que lo acompañara, yo lo acompañé y al llegar a los rieles me dice. Vamos rápido donde Tomás Bochinche, (esta era una cantina) y al llegar ingresó conmigo al burdel hasta los cuartos, me presentó a la mujer que él chiveaba (Onosifero se la había vendido a Tomás) y le dijo, te lo encargo, es nuevo. La dama me tomo del brazo, empujo la puerta, se le cayó la ropa y chas, salí desniñado a los catorce años. Fue mi única vez que hiciera el amor en cantina. Pareciera que chilote ya había hablado con la dama, porque estaba solo de menear el cuerpo y la ropa se deslizo quedando desnuda; yo,  al ver cuán desnudez se me paralizo hasta el habla y, como no la utilice, no me perjudico en nada; a esa edad había tanta energía, que la cosa se levantaba solo con ver. Cuando me di cuenta ella me había quitado la virginidad. Cuando salí del cuarto, chilote me estaba esperando y me pregunto, como te fue; a lo que yo le respondí: Aligérate desgraciado que se me quedó el calzoncillo.
Bueno lo interesante de estas anécdotas es que sirvan de experiencias no vividas a nuestra juventud, porque conocer de mi vida a quien le podría interesar. De todas maneras les quiero contar que a cuando yo tenía la edad de doce años (1964), existía en mi pueblo Nagarote, la Escuela Pública Orfilia Pérez Ponce, la más grande del pueblo, yo nunca estudie en dicha escuela, estaba ubicada donde es hoy el Preescolar Público, Niños felices. Si me acuerdo de ciertas maestras que daban clase en dicha escuela, un dato muy curioso, todavía para esa fecha las maestras eran empíricas, o sea sin haber estudiado magisterio, entre ellas: Nidia Espinoza, Dalia Hernández de Ojeda, Rosa Delia Guevara, esta maestra murió impartiendo sexto grado, y esa promoción fue dedicada a ella; el entierro de la maestra fue muy concurrido y los alumnos le cantaron aquel valse que dice: “Adiós muchachos compañeros de mi vida, maestra querida, muy adorada, me toca a mi emprender la retirada”  etc.…… yo me acuerdo porque chilote el bandido de la anécdota pasada, salió de sexto grado para esa época, otro de esa promoción fue Donald Roa Zapata, me acuerdo porque salió cantando en la velada de la promoción….. Te vas a casar…queriéndome a mi… no tuve el dinero pa´ verte comprado la felicidad… la novia era una muchacha muy bonita en esa época… IVANIA MONTOYA, el novio era, el bandido de chilote. La otra escuela era: la Crisanto Sacasa, ahí estudiaba yo, la Consuelo Guerrero era la directora, creo que esta escuela era semi privada, aunque después se volvió pública y sustituyó a la escuela Orfilia Pérez Ponce. En 1964 fue el último año de esta escuela semi privada. Las maestras de esta escuela eran: Maestra Efigenia Rodríguez, Thelma López, Norma López, Graciela Castro, María Esther Guevara y Consuelo Guerrero. Me acuerdo que en la escuela el alumno más diablo que existía y sin dudar en todas las escuelas del mundo se llamaba Marcial Toruño (Checho Toruño), pues este diablo, a Francisco Pérez País y a mí, nos echaba a pelear, claro, por supuesto Francisco me pego una vergueada ese día de padre y señor mío. Con lo que no contaba Marcial era que la Consuelo era mi hermana paterna, se lo lleva de la oreja, lo manda a traer una tasa de arena de la calle, dicha calle era pura arena fina, por ahí pasaba una corriente muy fuerte que se traía toda la arena del Valle de Jesús y se regaba en toda la calle; la arena que recogió Marcial, la Consuelo se la echó a un pupitre en su parte superior, le dijo a Marcial que se subiera y se hincara en el pupitre, la arena poco a poco se le fue incrustando en las rodillas hasta que checho pegó un grito de dolor y le gritaba a la maestra Consuelo, maestra no lo vuelvo hacer, pero por favor bájeme. A ese castigo de la maestra Consuelo le teníamos un temor único, eso permitía que tuviésemos un mejor comportamiento escolar. Esta Escuela estuvo ubicada en la casa donde todavía habita la maestra Consuelo Guerrero Alvarado, luego se trasladó a la esquina frente al costado Este donde hoy queda la Alcaldía de Nagarote, o sea dos cuadras antes de llegar al Centro Escolar Angélica Gutiérrez viuda de Schik, hoy Ricardo Morales Avilés.  De los que me acuerdo que estudiamos en la Escuela de la Consuelo (Escuela Crisanto Sacasa) son: Marcelino y Orlando Corea Fernández, David y Salomón Solís Rivera, Zulma y Pablo Heberto Vargas (quelele +), Francisco Pérez País (+) Agustín y Marcial Toruño, Rodolfo y Antonio Mayorga, José María y Santiago Robelo Zapata (hijos de Mentol), María Mercedes y Ángela Palacios Contreras, Alejandro y Clarisa País, Evelyn Umaña, Juan González (estos dos se casaron), Teresa Toruño y su hermana menor, Petrona Contreras Rueda (+) Mayra Guzmán (+) Lilliam Guzmán (+), Rafael Guerrero Delgado ( Hermano paterno, lo crio doña Eptolia Alvarado, la mamá de la Maestra Consuelo, esposa de Rafael Guerrero Gallo, nuestro padre). Doña Eptolia Alvarado era una linda persona, mujer altiva, mujer alta, circunspecta, murió en el año 1969. También existía una Escuela privada, cuya propietaria era una hermana de doña Efigenia Rodriguez, estaba ubicada contiguo a la casa de la Esposa de Noel Guerrero Aguilar, doña Luisa Gallo en su costado Oeste
En el año 1965, se terminó de construir el Centro Escolar Angélica Gutiérrez Viuda de Schick, en honor a la mamá del Presidente de la República René Schick Gutiérrez, familiar de los Chicanas de y de los Chachalacas de Nagarote.  Todos los Alumnos fuimos trasladados a dicho centro escolar, quedando únicamente la Escuela Crisanto Sacasa en sustitución de la Escuela Orfilia Pérez Ponce y ubicada en el mismo edificio de la escuela pública Orfilia Pérez Ponce. Aquí se dio una situación penosa; el director de la escuela Orfilia Pérez Ponce, quien era un alcohólico (Luis Osorno Moraga) no quiso salir de la escuela (La dirección de la escuela era su dormitorio), por lo que la Maestra Consuelo (en su carácter de Directora), tuvo que compartir dicha oficina con el borracho, dividieron la oficina y le dejaron la puerta al borracho ex director Osorno; este fue expulsado hasta en 1979. 
En ese año 1965, llegaron profesores nuevos principalmente Leoneses y de la Paz Centro al Centro Escolar, estos fueron: Manuel Medrano (Paceño) Director, Ramón López (leonés) Sub Director, Profesores, Misael, Silvio, Julio, Profesores Nagaroteños, en esos años ya existían graduados y estaban surgiendo nuevos normalistas. La profesora Venus y Sonja Sosa Roa, María Mercedes Gallo Pérez, Yolanda Gallo Zeledón, María Haydee Mendoza Palacios, Emilio Arteaga García, Danilo Pérez Olivas, Erving Marín Castro, Rigoberto Silva Corea, Luis García Estrada, su hermana, Argentina Tijerino García, Las hermanas Gutiérrez García hijas de Don Gustavo Gutiérrez, hijo de don Entimo Gutiérrez, hermano de doña Angélica Gutiérrez viuda de Schick. La educación en Nagarote mejoró con la llegada de estos profesores Normalistas, y en ese mismo edificio del Centro Escolar, se inicio la Secundaria en Nagarote, con el ciclo diversificado (1ro, 2do y 3er año de secundaria) y fue hasta el año de 1972 que se dio el 4to año y en 1973 el 5to año, gracias al apoyo del profesor Emilio Arteaga y de la doctora Nora Baltodano Pérez, quien era funcionaria del Ministerio de Educación, hasta donde fuimos a pedir ayuda, ese viaje lo hicimos: Omar Arana Hernández, Antonio Mayorga Arteaga, Dulce María Salgado Mantilla y el que escribe estas líneas; al fin logramos que el Ministerio de Educación se hiciera cargo del 5to año;  fuimos la primera promoción de Bachilleres del Instituto de Nagarote: Josefa Palacios Pérez, Marla Montoya, Juanita Hernández, William Simón, Digna Toruño Escobar, Antonio Mayorga Arteaga, Efraín Toruño Solís, Delgar Rueda Pérez, Omar Arana Hernández, Dulce María Salgado Mantilla, Esteban y Pascual López Navarrete, Eloísa Hernández Valle, Offir Martínez Romero, Roger Hernández (todavía es profesor del INAN) y el que escribe estas líneas. Promoción “Padres de Familia”).
Para esa época ya nos ganábamos la vida tocando guitarra, tocamos mucho con Esteban López y su Hermano José Ángel, Con Santiago Mojica, Domingo Aguilar, José Valle Munguía, Juan Medardo Contreras, Orlandito Corea Fernández, Marcelino Corea, Edgardo Corea Fernández (Voces), iniciamos tocando con mi tío Alejandro Corea y su mandolina, concluí tocando con los hermanos Martínez, estos ya son de conservatorios; siempre consideré la guitarra como un pasatiempo, nunca la tomé como una forma de vida, aunque me dio dinero para ayudarme a mis estudios. Nosotros le pusimos serenata a un 60% de la población de Nagarote y tocamos en cumpleaños, bautizos, bodas de Oro, borracheras, solo con instrumentos de cuerdas, voz sin micrófono y algunas veces nos acompañaba un barril con manila (Contrabajo) y maracas. Les cantamos a políticos, cristianos, ateos, profesionales adoradores del Dios Baco, a alcohólicos anónimos, misas, profesores, día del maestro, en las vacaciones de verano en Miramar, en las costas del velero, el tránsito, a mi novia y a la novia de otro; nos enamoramos y desenamoramos con la guitarra. Cantamos música social, de protesta política, boleros, valses, baladas, cumbias, tangos, folklor, música de trió, música sacra moderna y así llegamos a los 22 años. Precisaba cambiar del modo de vivir la vida, ingresamos a vivir la vida con más espiritualidad, nos integramos a los cursillos de Cristiandad, en esa etapa, nos dedicamos a rezar el Santo Rosario, a visitar enfermos, a tocar y cantar en las misas los domingos, llegando hasta soñar que me había salvado. A esta fecha creo que fue muy poco o nada lo que hice para ganarme la salvación, Que Dios te proteja Corea.




LA HISTORIA DE UN NIÑO


En el año 1974 en el mes de Diciembre, nació PAMAYO, hijo de la Petrona de Chendo, quien era hijo de don Juan Pablo, el padre de Palín. La Tona estaba pariendo su primer hijo, a los dieciocho años; luego llegaron ocho hijos más, este su primer hijo nació prematuro con muy poco peso, no le dieron esperanza de vida y sólo le dijeron que se lo llevara a su casa para que muriera el niño en su casa. Fue así que llegó la noticia al movimiento de cursillistas de Nagarote y se decidió enviar al que escribe estas líneas y a Eduardo Saavedra Gómez a visitar la casa de Chendo. Llegamos una tarde a eso de las cinco de la tarde de un día viernes, le pedimos a don Juan Pablo que se nos permitiera ingresar donde estaba el niño; se nos permitió, y lo que vimos fue muy triste. Un niño de dos días de nacido casi del tamaño de mis dos manos juntas, envuelto en una sabanita blanca. Eduardo al ver el niño, cayó de rodillas, y me dije a mi mismo, ya se quebró las rodillas Eduardo, al instante que cayó inició una oración pidiendo por el niño de la Tona, esa oración fue acompañada por el llanto de Eduardo, o sea que oraba llorando, así duró casi dos horas la letanía, aunque la repetía una y mil veces más, no se detenía, estaba como poseído por la oración. Todo preocupado volví a ver hacia atrás y logré con un movimiento de la cabeza que se me acercará Palín, a quien le encomendé la misión de ir a lo inmediato a la casa cural que quedaba a unas dos cuadras y media de donde estábamos y que le dijera al primero que encontrara que decía yo que necesitamos ayuda para orar, con el mensajero llegaron cinco más, quienes al llegar y al ver a Eduardo hincado, procedieron a hincarse y a orar. Yo lo había hecho porque me había dado miedo al ver a Eduardo en el estado emocional en que había caído. Claro que la llegada de los compañeros de oración hizo que Eduardo reaccionara y, al poco tiempo se fue calmando hasta quedar silencio cabizbajo, yo me le acerque hincado y al verme me dijo, hermanito ese niño tiene que vivir, si le respondí yo, pero tenés que salir un momento a tomar aire, me hizo caso, quizás debido a su cansancio se levantó y nos fuimos a la cocina de la casa que era de palma, en ese momento le conté que habían llegado cinco compañeros a orar y así llegamos hasta las ocho de la noche, nos despedimos de la familia y nos comprometimos a llegar al día siguiente a las cinco de la tarde. Eduardo pasó orando durante diez días junto a la tijera de sacos donde estaba el niño. Este niño vivió, nunca pudo hablar, camino hasta los tres años y dejó de ser niño a los diez años que le dieron un trago de guaro lija en una vela vecina.
Cuando PAMAYO tenía doce años ya se picaba en la miel de los pajaritos, ya picado se sonreía, gritaba, “viva PAMAYO joido” el licor lo hacía sentirse alegre, pero al rato caía en la calle o en las aceras bien borracho, en los primeros años su papa Chendo lo andaba buscando y se lo llevaba para su casa, pero se aburrió y PAMAYO pasaba semanas durmiendo en las calles, cada vez que se levantaba de donde estaba dormido al primero que pasaba se le pegaba detrás, tío, tío, un pesito, así vivió 37 años, parecía un viejito de ochenta años cuando murió. Me acuerdo que Eduardo para el año 2000 me dijo, te acuerdas de PAMAYO tiernito, y yo le respondí, que decís vos valió la pena el sacrificio de la Oración, y me respondió: claro que si jodido, no ves que todavía está vivo.  Eduardo, murió primero que PAMAYO, llegó a ser Diputado.
A la memoria de EDUARDO SAAVEDRA GÓMEZ y de PAMAYO




LA PURÍSIMA EN NAGAROTE


27 de Noviembre 6 am. Las campanas de la Iglesia Católica llaman a la feligresía a misa, al concluir la misa, el sacerdote con ayuda de los acólitos y de la cofradía de la Virgen María, bajan la imagen central, en ese momento los cuete, las bombas, los morteros y las carga cerrada, anuncian a la población de tal hecho religioso, luego la Imagen de la Virgen maría es colocada en la parte derecha la nave principal de la Iglesia, para ser venerada por los presentes. Las novenas a la Virgen María en la Iglesia, de antemano se asignan a familias devotas tradicionales o bien previamente solicitada. Las hijas de María un mes antes andan visitando a las familias ofreciéndoles el día del novenario.
28 de Noviembre. Primer día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido por los barrios de la ciudad, las calles del barrio elegido se engalana con cintas y chimbombas, en las casas donde se celebrará la gritería y donde la dueña de la casa así lo quiere, se colocan altares pequeños con imagen de la Virgen María. En ese barrio se buscan dos casas donde la Imagen de la Virgen permanecerá cuatro horas, en ese local se canta, hay música de filarmónicos, bombas, morteros y cuetes, también hay obsequios, lo que normalmente es chicha, gofios, matracas, cajetas y caramelos; estas casas pueden cambiar cada año, lo importante es que el barrio tiene dos lugares durante el día donde llegar a venerar la imagen en familia. Por la tarde, de la última casa a eso de las cinco y media la Imagen sale de regreso a la Iglesia para celebrar la novena para toda la comunidad. La noventa tiene una duración de 1 hora, se reparten golosinas, sea al ingreso de las personas al templo, al momento del inicio de los cánticos o a la salida del templo. Al concluir la novena se lanza una carga cerrada, cuetes, bombas, morteros, como ya es de noche algunos son de luces de colores.
29 de Noviembre. Segundo día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al siguiente barrio. La procesión va con cantos alegóricos a María, los filarmónicos entonan con la población, se lanzan morteros, cuetes, bombas, cachinflines, en esa procesión los acompañantes varían, ahora son del barrio que le corresponde, los religiosos del barrio deciden colocar altares en las esquinas y ahí en ese lugar llega la población a venerar la imagen, colocan un toldo, lo adornan y ese día se pasa con canticos, un rato con filarmónicos y la mayor parte del día con cánticos desde un aparato de sonido. De igual manera la gente del barrio que así lo desea llega a repartir golosinas durante el día. A estas personas se les busca de antemano y si tienen la posibilidad aceptan, pero hay otras que de pronto les llegó un dinerito y en agradecimiento van y reparten golosinas. A las cinco y media de la tarde, la imagen regresa a la Iglesia para su segundo novenario para la comunidad en general. La noventa tiene una duración de 1 hora, se reparten golosinas, sea al ingreso de las personas al templo, al momento del inicio de los cánticos o a la salida del templo. Al concluir la novena se lanza una carga cerrada, cuetes, bombas, morteros, como ya es de noche algunos son de luces de colores, la cantidad de polvera esta en dependencia de las familias responsable de la novena.

30 de Noviembre. Tercer día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. La procesión recorre las calles que llevan al barrio, en ese recorrido por donde pasa la Imagen los vecinos salen a repartir golosinas y lanzan cuetes, bombas y cachinflines, los cánticos a la virgen ahora le corresponden a la cofradía del barrio en donde la Imagen de María pasará el día. Al ingresar al barrio es recibida por los devotos Marianos, hacen procesión interna en el barrio y luego la posan en una casa de familia previamente asignada, en donde se reparte chicha, ayote en miel y toda clase de golosinas, hay algunos pobladores que reparten arroz a la valenciana. A las cinco y media de la tarde, la imagen regresa a la Iglesia para su tercer novenario para la comunidad en general; de igual manera el recorrido hacia la Iglesia va con cánticos, cuetes, bombas, y filarmónicos, al llegar la Imagen a la Iglesia, suenan las campanas en señal de llegada de la Imagen e Inicio del novenario.
1 de Diciembre. Cuarto día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. Los devotos del barrio, generalmente son los participes de la misa ya que llegan expresamente a traer la Imagen para llevarla a su barrio, durante el trayecto al barrio se van tirando bombas, cuetes, entonando cánticos a María, en la primera calle del barrio está elaborado un altar para recibir la Imagen. Los pobladores están clarísimo que Jesucristo es el centro de su religiosidad, así como están clarísimo que María fue escogida por Dios para que se cumpliera su venida a la tierra; que María es el ejemplo de fidelidad y de obediencia más puro de la humanidad; que en el vientre de María estuvo posando el Espíritu Santo; que ese privilegio otorgado por Dios a María la hace una mujer distinta; que a María se venera, no se adora como un dios; que ella es intercesora; que Jesucristo es el mismo Dios porque creen en la Santísima Trinidad y, a él lo adoran.  Cuando el barrio lleva en procesión  la Imagen de María y le entona cánticos en alabanza, glorifican a Dios. La población lleva regalos para los presentes donde la Imagen posa, en señal de compartir el pan con su prójimo. A las cinco y media de la tarde, la imagen regresa a la Iglesia para su cuarto novenario para la comunidad en general; de igual manera el recorrido hacia la Iglesia va con cánticos, cuetes, bombas, y filarmónicos, al llegar la Imagen a la Iglesia, suenan las campanas en señal de llegada de la Imagen e Inicio del novenario. Al inicio de la novena para la comunidad en general se tiran cuetes, bombas, morteros, se entregan golosinas a las personas que ya están sentadas o ingresan al templo. Se inicia la novena, se entonan cánticos, se lanzan cuetes, se grita “Viva la Concepción de María” “Quien es la Reyna de este día” el público responde “La concepción de María”.
2 de Diciembre. Quinto día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. Hay barrios que son más expresivos en su devoción, llegan muchos niños, mucho adultos, entre hombres y mujeres, los vivas a María son más frecuentes, desde que sale la procesión hacia el barrio se regalan golosinas, al llegar al barrio es una algarabía que se pronuncia más con la cantidad de petardos lanzados, en estos barrios la Imagen visita mayor cantidad de casas, aunque sea por veinte minutos, únicamente por el tiempo de la repartidera de chicha y golosinas, se denota mayor convivencia comunitaria y religiosidad o devoción Mariano. Al cabo de unas dos horas de recorrido en el barrio, la llevan al lugar donde permanecerá hasta las cinco de la tarde. Durante el día se pasan con cánticos a María, lanzando petardos y repartiendo golosinas. A las cinco y media de la tarde, la imagen regresa a la Iglesia para su quinto novenario para la comunidad en general; de igual manera el recorrido hacia la Iglesia va con cánticos, cuetes, bombas, y filarmónicos, al llegar la Imagen a la Iglesia, suenan las campanas en señal de llegada de la Imagen e Inicio del novenario. La cantidad de pólvora quemada en la novena está determinada por las familias responsable del novenario de la comunidad en general. En estos casos al final del novenario se corre toro encuetado, que son fuegos pirotécnicos colocados sobre una plataforma que tiene la forma de un toro y, es dirigido por un hombre que se la coloca sobre su cabeza e inicia el movimiento de un toro de barrera, persiguiendo a los sorteadores, a la vez que las bombitas, petardos, chifladores y luces de bengala van explotando.
3 de Diciembre. Sexto día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. Los devotos del barrio responsable, enrumban hacia su barrio, recorren el barrio en procesión, deteniéndose al momento en que un vecino del barrio se acerca a la Imagen para persignarse en señal de respeto a tan excelsa representación religiosa y enterar una limosna, lo cual es el regalo que ese día entrega la población para uso de la Iglesia, se conoce también como ofrenda y al final de la tarde es entregada al sacerdote por medio de sus acólitos, claro está hay barrios que recogen más ofrenda que otros, normalmente esta ofrenda también se utiliza para adornar la Iglesia en su último novenario, pero la feligresía esta conforme que de ella se mantenga el sacerdote en su alimentación y demás gastos familiares, ya que ahora se acostumbra que el Sacerdote viva con jóvenes cuyos inclinaciones sean sacerdotales. Sigamos con la procesión de María. A las doce del día la Imagen ya debe de estar en el hogar escogido, hasta esperar las cinco de la tarde, para luego hacer el viaje de regreso a la Iglesia, para el sexto novenario central de la comunidad. A las seis de la tarde inicia el novenario en la Iglesia central, la familia responsable del día reparte golosinas y otros bienes, tales como azúcar, pinol, frijoles, aceite, panas de plástico, vasos etc. Al final de la novena la carga cerrada.
4 de Diciembre. Séptimo día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado, para esta fecha se siente más alegría en la procesión, ya se acerca la gritería, se escuchan mas novenas por todo el pueblo, no solamente el recorrido de la Imagen que sale a los barrios, ya la población devota celebra sus rosarios a la Virgen, estas no son novenas, son rosarios. En el barrio donde toca la Imagen del recorrido se abren más puertas para recibir la Imagen, unos la piden por una hora, otros por más tiempo, los responsable deciden el tiempo para poder cumplir con todos los hogares, que desean tener la Imagen en su casa. En este día se denota más devoción mariana. Al final de la tarde, la procesión que lleva la Imagen de regreso a la Iglesia lleva muchos feligreses devotos de María. A las seis en punto inicia la séptima novena central. Se reparten golosinas, chicha, y durante el novenario se explotan petardos, morteros, cuetes y bombas. 
5 de Diciembre. Octavo día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. Este día es reservado al barrio considerado más católico, los filarmónicos inician tocando marchas en el atrio de la Iglesia, tocan en la misa, para luego acompañar la Imagen hasta el barrio elegido. Ese día la Imagen pasa todo el día en procesión en el barrio, la bajan en los altares elaboradas en las casas o en las aceras, así como en las esquinas del barrio. De las esquinas del barrio sale de regreso para la Iglesia para celebrar la octava novena. Ya se siente más algarabía en los niños. Después de la novena hay toro encuetado, pólvora en cantidad y gofios.
6 de Diciembre. Noveno y último día de la novena a la Purísima Concepción de María. 6 am. Se convoca a misa, al concluir la misa, la Imagen inicia el recorrido al barrio designado. Este día es la víspera de la Gritería, el barrio que recibe  la Imagen normalmente es el barrio que colinda con la Iglesia. En dicho barrio hay altares en las esquinas más destacadas o conocidas, hay altares en las casas, casi todas las casas católicas por donde pasará la virgen se colocan altares pequeños, este día recorre todo el barrio y visita cantidades de casa.
Este día es el último novenario en la Iglesia, hay pólvora en gran cantidad, la novena es cantada con filarmónicos y el conjunto de los cursillistas, con un grupo de cantoras entre ellas: la esposa del pianista y la esposa de la primera voz del grupo, la alegría dentro de la Iglesia es muy contagiante, se cantan los canticos muy conocidos: “ Tu Gloria” “ Por eso el Cristianismo”, “ Sale al mundo con grata sonrisa”,  Adiós Reyna del Cielo”, “ Toda hermosa eres María”, “El Alabado” entre otras. Se reparte golosina. Cuando concluye la novena, se canta la “Salve” en el atrio de la Iglesia, hay tres toros encuetados, una carga cerrada y cuetes de luces así como morteros. Es la víspera de la Purísima.
 SIETE DE DICIEMBRE.  Por la mañana todas las casas que gritaran la purísima amanecen arreglando su altar, hay concurso de altares, cual más bello, desde los más humildes hasta los más estrambóticos, como el que elabora Carlitos Solís el Hijo de Josefa Palacios y David Solís del Mini Súper. Al medio día del siete suenan las campanas a las doce del medio día, y se inicia cantando la SALVE A MARIA, es impresionante la tiradera de cuetes morteros y triquitracas en toda la población; dura casi un cuarto de hora la tiradera de cuetes, ahí se inicia la alegría de la noche, por la tarde de ese día la Iglesia se llena de visitas a la virgen. Se llaga las cinco de la tarde, suenan las campanas, se celebra misa, posterior a la misa, sale en procesión la Virgen María, acompañada por niños vestidos con alas, semejando angelitos. Esta procesión es bien concurrida y en las casas por donde pasa se tiran cuetes en señal de devoción. Al ingresar la procesión a esos de las seis de la tarde, en el atrio de la Iglesia se canta LA SALVE A MARIA, se tocan las campanas, se lanzan cuetes, morteros, bombas, carga cerrada, el sacerdote lanza el grito “ QUIEN CAUSA TANTA ALEGRIA” LA CONCEPCION DE MARIA”  se responde, dándole inicio a la gritería. A partir de la seis de la tarde son romerías de personas en grupos de diez, veinte, seis, cinco, tres, dos y hasta personas solas, salen a las calles en busca de altares para cantarle a la virgen, en Nagarote se canta y se da el grito a María, en otros lugares sólo se da el grito a María, la música de los canticos normalmente son por equipos de sonido y en otros casos músicos con su banda, pero en Nagarote los grupos, al llegar al altar dan el grito” Quien causa Tanta Alegría” y se responde “ La Concepción de María” posteriormente se entonan cánticos alusivos a la Virgen María. En la población normalmente celebran con altares unas quinientas casas, en ellas se reparten Gofios, cajetas de todo tipo, manjares, limones, productos de la artesanía de Masaya, gorros, pitos, la gente anda en las calles gritando hasta las diez de la noche, que es el tiempo que duran las purísimas. A las doce de la noche se tocan las campanas y se lanzan cuetes, bombas morteros, en señal de cierre de la Gritería.
OCHO DE DICIEMBRE. Misa de asunción de María, con mucha pompa y por la tarde procesión de la Imagen de María recorriendo la población. Esta procesión es muy ordenada las hijas de María van en fila entonando canticos a María y al llegar a la Iglesia se despide la celebración a María con Juegos Pirotécnicos.






VIDA DE SIMÓN TÁMESIS


Era una noche pulcra, de esas noches totalmente clarita, ni un arrebol vislumbraba en el firmamento, estaba despejado totalmente de nubarrones, miles de estrellas se divisaban desde el patio del rancho de Julián Támesis Potoy, indio puro, el cual con orgullo expresaba que en sus venas no corría el mestizaje; su madre Eusebia Potoy había formado pareja únicamente con Silvano Támesis, Ambos indios Nagrandos, a esa familia la tersura oscura de su piel de ébano los distinguía, ellos habían nacido en la hacienda “El Empedrado” cuya propiedad por decisión de los españoles pertenecía a don Salvador Montes Montenegro, español de unos treinta años, que había emigrado a estos lugares en los Finales de los años 1700, de aspecto delgado, tez blanca pálida, nariz árabe, de unos cinco pies con siete pulgadas de estatura, quien llego haciendo alarde con el manejo casi artístico del cuchillo, Las Plantas de Cepa o Guineos, fueron el escenario permanente de su adiestramiento.
Esa noche, un cuatro de Enero del año un mil ochocientos quince en el filo de la media noche dio a luz doña Eleuteria Mongrillo, esposa de don Julián a su hijo número diecinueve, el cual y por decisión de don Salvador, quien se ofreció de padrino del niño, fue bautizado con el nombre de Simón Támesis Mongrillo, el niño era un indio puro, tez tersa oscura, pelo chiriso negro, labios gruesos, ojos grande negros, chaparro requeneto y por desgracia salió bizco el Cipote.
Simón se convirtió en la mano derecha del Español, quien aprendió a manejar el cuchillo de forma artística desde niño, el Español le enseño los trucos del lance del cuchillo, desde un caballo a toda velocidad dejaba incrustado el cuchillo en cualquier árbol que se le topaba en el camino, este niño como todo ser viviente, crece y se desarrolla, a los doce años ya tenía seis de trabajar para el español, quien le había acomodado un sitio en la cocina para que durmiera en hamaca junto con los hijos de la cocinera, así dejó la niñez a los doce años, jugando con una niña de once años hija de la cocinera cuyo nombre era “Zúas Yacutinga” la embarazó, por lo que no hubo otra alternativa que arrejuntarlos para que procrearan a su hijo. Esa acción, dio la oportunidad de acondicionarles una rancha de pajiza a la entrada de la finca y a orillas del camino que va al pueblo, para que de esa manera los niños juguetones fueran los responsables de estar abriendo la puerta principal de entrada a la hacienda, formada por varas incrustados en dos horcones ahoyados, lo que le permitió a Simón perfeccionarse en el lanzamiento de cuchillos, su práctica era permanente.
A los quince años Simón se unió por primera vez a los caudillos del Pueblo Nagrando que todos los años pasaban por dicha hacienda solicitando toros para las fiestas Patronales en honor a Santiago Apóstol. Los caudillos durante un mes completo recorrían las haciendas del municipio recogiendo los toros de lidia que les facilitaban los hacendados, algunos los ofrecían por servicios milagrosos del Santo Patrono, otros por demostrar la clase de toro bravo que existía en su hacienda. Simón Támesis no le prestaba mucha importancia a esas religiosidades paganas, el había sido criado sin religión, su religión era el cuchillo y el trabajo para subsistir, en ese recorrido pasaban por más de quince comarcas, estas eran caseríos dispersos de no más de una veintena de ranchos, pero en cada uno de ellos se podía trasnochar en los estancos de guaro lija, principalmente los fines de semana. En una de esas comarcas, la  conocida con el nombre de  Nacascolo, Simón Támesis se pegó la primera emborrachada, al día siguiente domingo 24 de Junio de mil ochocientos treinta y uno, en el camino que va de Nacascolo a la hacienda “Peor es Nada” se encontró el cadáver de un joven de unos veinte años con un orificio de arma blanca en la espalda; ese día era de descanso para los caudillos, no salían hacia las haciendas, su viaje era a partir del día lunes, el Sábado lo utilizaban para enviar los toros que les facilitaban para la comarca los Ojeda, lugar en donde se concentraban todos los toros que jugarían durante los tres días de fiestas patronales, 23, 24 y 25 de Julio.
Ese domingo muy de madrugada Simón había hecho viaje para la hacienda “El Empedrado” totalmente en estado de embriaguez, los campistas habían tratado de detenerlo, pero este se les resistió, ensilló su caballo y se marcho. Los campistas que integraban el grupo de caudillos, a esos de las nueve de la mañana del domingo 24 de Junio, se enteraron del muerto, algunos comentaron, no habrá sido Simón el hechor, y al úniso los demás le expresaron, ni digas eso, que todos vamos a ir presos. El lunes de madrugada se enrumbaron los caudillos hacia el norte en busca de la hacienda “El Cobertizo”, muchos de ellos se sintieron aliviados al haber salido de Nacascolo, pero en la comarca se rumoraba que el hechor iba en la cuadrilla de Caudillos. El jefe de los caudillos o caudillo mayor se había venido el Sábado a dejar los primeros toros y de regreso el domingo por la tarde, al pasar por “El empedrado” se fijó que el chavalo Simón estaba en la puerta de su casita tomando con otros amigos, le hizo de seña para que acercara, este llegó dándole explicaciones que en la madrugada se había venido porque se había aburrido y que se quedaría mejor en su casa, llámame a tu papá le espetó el caudillo mayor, al llegar el padre de Simón, don Julián Támesis, el caudillo le dijo, don Julián ahí le entrego al cipote, parece que le dieron guaro estos jodidos y picado se le dio por venirse, yo le prometo que les llamaré la atención a esos jodidos irresponsables ahora que llegue. Está bien don Ángel, no se preocupe que ahora que le pase la juma lo reprenderé a este culo cagado.
Al pasar por Nacascolo el caudillo mayor, se topó con la gente que venía de enterrar al joven que habían  encontrado muerto en la madrugada, este les preguntó de lo sucedido y los deudos que venían del cortejo fúnebre, le gritaron, “uno de tus caudillos lo puñaleo por la espalda”. Don Ángel se asustó, porque sabía que tocar a esa gente y de esa forma, era como tocar un panal de avispas. Usted es el padre del joven, preguntó don Ángel, si yo soy su padre y personalmente me vengaré de esa muerte, así que separe del grupo de caudillos al asesino de mi hijo y me manda a decir quién fue el hechor; pero señor usted está seguro de que fue uno de los caudillos, vea don Ángel no se haga el pendejo, en la comarca nadie iba a tocar a mis hijos, aquí todos somos una misma familia, el que mató a mi hijo es un foráneo, que de seguro que ni lo conocía y, los únicos foráneos que habían en este sector eran los caudillos que dormían en el corral de Lázaro Patacón, según don lázaro estos pasaron tomando toda la noche del sábado en el estanco de la Petra y ahí le dieron guaro a un chavalo bizco que se les perdió en la madrugada. Don Ángel, a lo inmediato respondió, ese chavalo lo acabamos de ver en su casa, se fue de madrugada hoy bien picado, pero ese es un niño todavía, aunque si maneja el cuchillo muy bien. Ese chavalo donde vive, pregunto Martín López, el padre del difunto. Uno de los caudillos que acompañaban al caudillo mayor, respondió, ese muchacho es hijo de don Julián Támesis, el mandador del “Empedrado” en estos momentos estaba en su casa tomando con otros campistas, pero supongo que ya debe de estar durmiendo la mona, nosotros pasamos por ahí hace unas dos horas.
Cayó la noche de ese domingo, y al llegar el caudillo mayor al corral de don Lázaro, de inmediato reunió a los caudillos y les preguntó sobre lo sucedido al joven Lisímaco López, ahí mismo les contó de que la familia del joven saben todo lo ustedes hicieron el Sábado en el estanco de la Petra, así como del guaro que le dieron de beber a Simón, la familia desconfía de uno de los caudillos como el hechor de la muerte del joven y, ya saben que Simón salió para su casa de madrugada. Ustedes que tienen que decir. Cada uno de los caudillos se miraba unos a  otros, y se decían habla vos, hasta que Leopoldo Gámez el segundo caudillo, quien estaba bajo el cuido de todos los caudillos en ausencia del caudillo mayor, dijo. Yo creo que nosotros no podemos echarle culpa al cipote, sólo porque se fue de madrugada, nosotros no nos despegamos en toda la noche del Sábado, salimos juntos y nos venimos juntos, yo no tomé ni una sola gota de licor, nadie tubo riña alguna con algún vecino de la comarca, es más hubo mucha cordialidad entre los comarqueños y nosotros, ya que casi a todos los conocemos en los trabajos de las haciendas, casi todos son campistas como nosotros y algunos se comprometieron a acompañarnos mañana en el recorrido, pero supongo que con lo sucedido, nadie va querer involucrarse con nosotros. De todas maneras, dice el caudillo mayor es necesario que nosotros nos distanciemos de ese hecho, y dejemos muy claro nuestra no participación en actos que riñen con la legalidad, todo esto es debido a que nuestro trabajo en estos momentos tiene relación directa con un Santo Patrono, en nombre de ese Santo andamos realizando nuestra labor; Nuestro patrón Santiago no está observando, en mi caso, es una promesa por favores recibidos, el me sacó de una enfermedad que casi me lleva a la tumba y, cada uno de nosotros está por nuestra fe en el Santo Patrono, el Apóstol Santiago.
Un grupo nuestro se quedará ayudando a la familia a encontrar al culpable de tan vil asesinato, haremos de investigadores, una vez esclarecida la muerte del joven, nos reuniremos todos de nuevo. Preguntare una vez, quienes desean quedarse investigando, que levanten la mano, los otros continuarán con el recorrido bajo las órdenes de Chicho. Alcides, pata de mono, un caudillo de más de veinte años de andar en esos recorrido, le dice al caudillo mayor. Simón se nos desapareció a eso de las dos de la mañana a pié y regresó a las tres y media de la madrugada todo nervioso y yo le note sangre en la mano derecha. Cuando estaba ensillando el caballo, llegamos nosotros a preguntarle porque ensillaba el caballo y nos respondió que se iba para su casa, tratamos de convencerlo que era peligroso hacer ese viaje en ese estado y a esa hora, forcejeamos con él, pero nos fue imposible convencerlo y casi a las cuatro de la mañana salió veloz para su casa. En ese forcejeó pensé que se había herido en la mano con un puñal que sacó para que no lo detuviéramos. Creo que debemos de decir esta verdad a la familia, yo me quedo para contarle a la familia del joven lo sucedido, con esto no estoy afirmando que Simón mató al joven, que las autoridades investiguen los hechos. Una vez que los caudillos se marcharon a continuar su jornada, el caudillo mayor y Pata de Mono enrumbaron hacia la casa de la familia López a contarle los hechos sucedidos en el corral de don Lázaro.
Ese día lunes luego de informarle a la familia del joven muerto de los hechos, el caudillo mayor y Alcides, se unieron al resto de los caudillos con el sabor de haber cumplido con su responsabilidad, identificando a uno de los acompañantes de los caudillos como presunto responsable de la muerte del joven Martín López. La familia López después de escuchar el relato de parte de los caudillos se convocaron unos siete de la familia más cercana entre hermanos, tíos y primos y se enrumbaron en busca de Simón Támesis; al medio día del lunes estaban todos rodeando la ranchita donde vivía el chavalo con su mujercita y su niño tierno. Pistolas, escopetas, rifles 22, cuchillos, eran las armas de la familia López, conminando a Simón a que saliera de su casa, en caso contrario le quemarían el rancho. Simón al verse rodeado les gritó a los López que no sabía por qué lo querían joder, pero que no se iba a dejar, se colocó un puñal en la boca cruzado agarrado entre los dientes, un segundo puñal lo tomó con la mano derecha y un tercero con la mano izquierda, saltó la puerta trasera de su casita dio un salto mortal y en el aire dejó ir los dos puñales de sus manos, al caer tomo el tercero de su boca y lanzó con furia sobre el cuerpo de otro de los López, en ese instante que los otros ubicados en los otros costados de la casa se lanzo sobre los cuerpo de los tres acuchillados, quienes habían recibido la estocada en la cabeza y en el corazón, les arrancó los cuchillos al momento de que sonaban disparos por todos lados, dio un salto y se encajó en el techo de palma de su casa, saltando en el momento en que otro de los López cargaba su pistola y lo acuchillo en el cuello, giró a su Izquierda y lanzó el cuchillo de su mano izquierda con tanta furia que sólo se oyó un grito de dolor, se le había clavado en el pecho al último de los López en riña.
Ese mismo día se trasladó con su esposa Simón Támesis Mongrillo a una finca que distaba a unas treinta noches con sus días de a caballo, ahí crecieron todos sus hijos, los cuales llegaron a ser siete hijos varones y dos mujeres, cuando el mayor tenía veinticinco años, Simón estaba llegando a los cuarenta años, y en una de las calles de la comarca Numayanci, cercana a la hacienda de los Flores Ponce, nuevos patrones de Simón, se topó con un vendedor de reliquias y en el grupo de reliquias Simón divisó la imagen del Apóstol Santiago,  el Patrón del Pueblo donde había nacido, detuvo al relicario y le pregunto por la reliquia de Santiaguito, éste tomó la reliquia se la enseñó y le dijo que se la regalaba en nombre de sus hermanos. Simón no se percató en nombre de quién era el regalo y, al tomar en sus manos la reliquia, el relicario metió su mano derecha en un saquito de bramante que le colgaba del hombre derecho y se escucharon seis detonaciones. Simón cayo boca arriba, se fue de espalda por los golpes de las balas y la reliquia quedó aferrada en su puño derecho, no fue posible abrirle su mano para retirar la reliquia, fue sepultado con la reliquia que le había regalado el relicario, quien en su declaración dijo llamarse Federico López de veintisiete años.

RECREACIONES EN NAGAROTE


Es tradicional en países grandes que la población se reúna de forma colectiva el treinta y uno de Diciembre de cada año en espera del año nuevo y despedida del año viejo. Les voy a contar que en mi pueblo desde el año 1951, mi padre Rafael Guerrero Gallo, quien había sido alcalde de Nagarote y asiduo visitante del bar de Cipriano Gallo, que quedaba ubicado en esa época en uno de los costados del parque “El genízaro” le propuso a Cipriano atraerle clientela, le dijo: Cipriano, porque no celebramos una fiesta el 31 de Diciembre en el parque del Genízaro,  hagamos una carrera de cinta aquí frente a tu cantina, vos le pones la media al ganador y el ganador que corone a una muchacha como reina de la carreras de cinta y Reina del Genízaro, contratamos un fonógrafo o Gramófono ( hoy Tocadiscos – Aparato de Sonido) y a bailar. Cipriano encantado porque sentía que su negocia sería beneficiado, le dijo. Mira payó ahí está Guillermo Gallo, está Luis Guevara, está Felipe Gallo, porque no armamos una directiva con ellos y llevamos a cabo esta idea. No jodás Cipriano sólo lámparas buscastes, pero si no hay otro palo, horaquémonos ya. A lo inmediato Cipriano llamó a los presentes les propuso la idea, y entre todos decidieron que el presidente de la directiva sería Rafael Guerrero Gallo, cada uno tuvo su responsabilidad, Felipe Gallo, busco a las muchachas convenciendo a sus padres, Guillermo Gallo se encargo de los montados, pero le salió fácil por casi todos salieron de la misma cantina, Cipriano fue el responsable del arreglo, Luis Guevara contrató a los músicos y se armó la fiesta.
Esa primer carrerea de cinta fue un éxito, a las diez de la mañana se inicio la carrera de cinta, se colocó un mecate de punta a punta de la calle amarrado de la solera de la casa de doña Margarita Gallo, propietaria de la Panadería del pueblo ubicada frente al costado Este del Parque el genízaro (jenízaro), la otra punta del mecate se amarró del árbol del genízaro, en el mecate se colgaron unas cintas de distintos colores, de tela tafetán y de ella pendía una argolla que la habían cosido a la cinta con máquina Singer y con tres pasadas, luego los caballos y su jinete se colocaban a cincuenta metros y de conformidad a su inscripción que costó un córdoba, se inicio la primera ronda en busca de ensartar la argolla con un lápiz de grafito que llevaba cada montado, los primeros corredores fueron Miguel Gallo, Tomás López, Ofilio y Miguel Blanco, Antonio  Novoa con caballo prestado,  Gustavo Gallo, Enrique Marín que le prestaba el caballo a Toño Novoa, Nicolás Gallo hijo, Saturnino Corea, Santos Baca, José Benito Gallo, José Aguilar, Rigoberto Pérez,  Tomás Pérez, Felipe Blanco. Todos ellos eran asiduo visitante de la cantina de Cipriano Gallo, eso año ganó la primer carrera de cinta Miguel Gallo y coronó a Sofía Hernández, la mujer más guapa de esa época. Entre las candidatas a Reina de las carreras de cinta estaban, Sofía Hernández que ganó el reinado  Margarita Salazar, Damaris Gallo, Bertita Sandoval, Emérita Castro, Sandra Torres, Verónica Baca, todas ellas guapas mujeres de la época; ese día el padre de la Reina tenía que darle guaro a los montados que acompañaban al rey y a la reina de las carreras de cinta, darle almuerzo y aguantarlos hasta las dos de la tarde, por la noche  se hizo la fiesta y la cantina de Cipriano cerró hasta las nueve de la mañana del primero, y eso que se cerró por la procesión de Cristo Rey, la que en esa época era únicamente de varones y, todos los  varones del pueblo iban a la procesión con una candela en su mano, el varón que no iba a la procesión, no salía de su casa hasta pasada la procesión, o disimulaba y llegaba a misa campal que se realizaba después de la procesión.  El año siguiente ya con una directiva nueva presidida por Cipriano Gallo, fue otro gran éxito, la población desde temprano llegaba en familia a dar vueltas al parque a esperar el año nuevo, se tiraban bombas faltando cinco para las doce de la noche. Así pasaron los años y el treinta y uno de Diciembre se había convertido en unas de las principales fiestas del pueblo. Ser Reina del Genízaro era para las muchachas muy preciado. Ya a estas alturas de los años 2011 la fiesta del treinta y uno de Diciembre es una tradición. En dicho parque ese día reúnen aproximadamente veinte mil personas que van y vienen de su casa, se pasean de un parque a otro, esperando las doce de la noche. Se ha mejorado mucho los juegos pirotécnicos, ese muchacho Juan Gabriel, le pone entusiasmo a esas fiestas, la alcaldía al día de hoy se hace cargo de dicha fiesta, ya pasó de fiesta privada a fiesta municipal. El parque o los parques se adornan muy bonitos con alusiones a Navidad, por eso al día de hoy el Genízaro siempre es el centro de la fiesta, pero todos los parques reciben visitantes en cantidades. Los Jóvenes se van a las fiestas y los ya no tan jóvenes andan recorriendo los parques y concentrándose en el Genízaro a esperar el año nuevo en el parque o en las aceras de su casa viendo pasar el gentío que enrumba hacia los parques. Los parques hoy en día son iluminados a las mil maravillas, el parque central está muy lindo, embellecido con luces de todo color y alegorías navideñas, de igual manera el parque el Genízaro, el parque de la Ermita Corazón de Jesús, el parque del barrio Jairo Pérez y el parque del Barrio Fernando Salazar. La avenida que inicia del parque central hasta el cementerio general (cementerio viejo) hoy es una avenida peatonal, con jardín en sus orillas, lámparas estilo colonial en sus calles, baldosas de colores dividen las aceras y el jardín, y la calzada es baldosa de cemento dibujado en forma de ladrillos. Son unas nueve cuadras que embellecen la población. Todo está acorde con la limpieza de las calles. Este embellecimiento poblacional en gran medida ha sido impulsado por el Ingeniero Juan Gabriel Hernández Rocha, quien ha sido dos veces alcalde de este Municipio en representación del FSLN, partido que lo ha dirigido en el cumplimiento de su labor para embellecer el Municipio. La fiesta de fin de año en honor a la reina de las carreras de cinta se sigue celebrando.

RECUERDOS DE  NUESTRA HISTORIA POBLACIONAL


Por el año 1954, sobre la calle que viene de la loma de donde los Hernández hacia el parque central,  un grupo de hombres cavaron una zanja más o menos de un metro de ancho por tres a cuatro metros de profundidad, en esos años no entendía para que ese zanja, pero si me acuerdo que mi hermano mayor Denis, que tendría unos diez años, me metía a jugar a dicha zanja. Luego vi como esa zanja después de colocar un tubo, iba siendo llenado y pisoneada para volver a endurecer la calle. Estaba llegando el agua potable a mi pueblo. De igual manera ya más grandecito de unos doce años, vi colocar los postes de luz, ahí por el año 1960. En mi pueblo había una planta eléctrica que generaba luz, en el propio centro del pueblo donde hoy está ubicada la Gasolinera ESSO, o más bien frente a los billares del maestro carpintero Humberto Silva, hoy de José Noel Novoa. Esa Planta hacia un ruido ensordecedor desde que la encendían durante el día hasta las nueve de la noche que la apagaban, los sábados la apagaban más noche, dependiendo si había cine o algún baile. Me acuerdo de los que trabajaban en dicha Planta: El Conejo, La Ardilla, el Mono Choc Choc y su cuñado Chavarría (La Chava). Cuando llego la Luz Pública, donde estaba la Planta se convirtió en Biblioteca Pública y, del único que me acuerdo de bibliotecario fue de don Hermogenes Palacios Baca, quien según su ideología política era comunista. Posteriormente esa casa que era tan grande que cubría toda la cuadra, hasta donde vive hoy Zulma Vargas (refresquería) se convirtió en Club Social, en dicho lugar se hacían las principales fiestas de Nagarote, luego esa casa se dividió en tres locales. La esquina donde vive Zulma continúo en posesión del Club 25 y se continúo haciendo fiesta, aunque en ciertos momentos era casa de habitación, la siguiente parte hacia el Este se convirtió en casa de habitación, y la parte esquinera también se utilizaba para hacer fiestas, pero como estaba más derruida, comenzó a caerse la esquina hasta que fue convertida en gasolinera. En esa época también existía la Casa del Obrero, pero esta tenía connotación política, debido a que eran los liberales las que la mangoneaban, su fiesta principal siempre fue la Reina de la Casa del Obrero, y tenían la certeza de escoger de dedo a la muchacha más bonita de esa época. Estos hechos narrados ocurrieron durante los años 65 al 72 del siglo XX. El terremoto de Managua cambió la Historia de nuestro pueblo. En ese año 1972, se estaba eligiendo la Reyna del Genízaro por Votos vendidos, dirigida por la esposa del Alcalde de ese entonces, doña Emma Hernández de Arana y, como mi novia Rosa Argentina Palacios Paiz era candidata, yo invertía lo que ganaba en serenatas en comprarle votos además que ayudaba a vender votos, según nuestros sondeos en venta, Argentina iba a ser la Reyna del Genízaro, era la que al 22 de Diciembre llevaba más votos vendidos. La madrugada del 23, echó a perder el Reinado de mi novia. En mi pueblo esa madrugada desde la primer mecida telúrica toda la población salió a las calles, eran más de las doce de la noche, los rumores eran que Managua estaba en el suelo. Los cadáveres de los muertos con familia Nagaroteña comenzaron a llegar a eso del medio día del 23 de Diciembre, de estos algunos se les permitió que los velaran, pero ya los del 24 y 25 ya los pasaban directo al cementerio, de igual manera los colegios se convirtieron en refugio, principalmente el Centro Escolar, el cual prestaba más condiciones por su amplitud del  patio tanto delantero, trasero y de los lados.
Llegaron tantas muchachas lindas a los refugios que muchas se quedaron en Nagarote, como yo ya tenía la mía, no tuve problemas. Bien, es a partir de ese terremoto, que la fiesta del 31 de Diciembre, la cual nadie la quería hacer, se llevó a cabo en la casa de doña Bernabela López, su hija la profesora Gallo y su Nieta Francisca Ferrety, se decidieron y prepararon el patio para los Hermanos Cortez y, la pachanga se realizó a las mil maravillas. Luego se volvieron a hacer fiestas en la esquina donde vive hoy la Zulma, pero la casa del Obrero inicio su desaparición, vendieron la casa y se convirtió en Barbería, los locales donde llevaron la casa del obrero no dieron resultados, hasta que desapareció por completo, de igual manera nadie volvió a formar club. El Club 25 fue muy buen club. Hay que retomarlo, todavía existe su vida jurídica.


MELICO, EL VIEJO COPLERO


MELICO. Heberto Guillermo Corea Guerrero
El cacaraqueo de Gallinas soliviantó los Gallos y se convirtió en un concierto Gallináceo, eran las once de la mañana del 12 de Noviembre del año 1932, el barrio la Curva asustado, los vecinos se salían al patio del miedo, ya que siempre habían creído que el canto de la gallina en horas inusuales anunciaba un muerto en el vecindario. Ese día el anuncio de las gallinas era por el nacimiento de DIEGO MANUEL RUEDA, quién debió de ser DIEGO MANUEL VARGAS RUEDA, pero el papá no lo quiso reconocer cuando lo vio negrito, todo cenizo y se dijo: los Vargas de León somos blancos y erguidos y este cipote jodido es un MELICO. Su madre Salvadora Rueda Contreras en su alegría por el parto de su primer hijo, únicamente volvió a ver a Jesús Vargas, quien había llegado a Nagarote como visitador médico y, en esas visitas, visitó a doña Salvadora Rueda Contreras y le puso una barriga, ésta al oírle decir que no se parecía a los Vargas de León, le dijo, no jodás este hijo es mío y a mí que me importa que no le des tu apellido, sola lo voy a criar, pero MELICO será tu abuela. Desde su nacimiento DIEGO MANUEL RUEDA VARGAS, no necesito de su nombre de pila, se llamó MELICO para toda su vida, es hasta el día de hoy que ronda los ochenta años y nadie lo conoce como DIEGO MANUEL RUEDA VARGAS.
Su madre lo crió bajo la religión católica y a los dos meses lo sacó en la procesión del viernes Santo por la noche, en el “Santo Entierro” de Piadoso Varón, vestido de Blanco y una pañoleta blanca cubriéndole la cabeza. Lo sacaba de angelito en toda procesión, una vez lo propuso como niño Dios, pero nunca se le aceptaron porque era muy negrito, y la gente estaba acostumbrada a ver al niño Dios Blanquito, pero eso no le dio importancia doña Salvadora, luego se lo prestaba a José Figueroa para que lo sacara de paje en la Judea todos los años. Doña Concepción Pérez de Real lo buscó para sacarlo en las pastorelas de Navidad, ahí salió de pastor de ovejas, de padre de los pastores y de sacerdote en el pase de los reyes magos, un año que faltó una pastorcita, lo vistieron de pastorcita, pero no dejó de salir en la pastorela de ese año.
DIEGO MANUEL, cuando iba creciendo no le gustaba el trabajo en el campo y, cuando miraba que estaban construyendo una casa, llegaba a ayudarles a los albañiles, de esa manera Napoleón Pérez lo invito a aprender albañilería cuando tenía trece años, a los quince ya era media cuchara y, a los diecisiete años ya era contratado por los maestros de obra como oficial, A la par de la albañilería aprendió a empinar el codo hacia la boca, llevándose un trago de guaro lija hacia el interior de la boca, lo saboreaba como si fuese miel, pero ese trago lo volvió alcohólico, le destruyó su unión de hecho estable que había construido con una señora muy guapa, Juanita Zarate, la cual le dio tres hijos, aunque también le crió otro hijo fuera de la unión de hecho estable. La unión de hecho estable se termino por que la señora no le aguanto su bebedera, aunque en la población se corrió la bola de que lo había dejado la señora porque lo había encontrado bien bolo echándole la pierna a otro bolo en el patio semi desnudos. Lo abandonó la señora y se le llevó los niños, para esa época mélico tenía veintiocho años y, su yunta era Tarzán un borracho consuetudinario, quien un día lo llevó a comerse un quesillo donde la mamá de la Teodorita, ahí encontraron a un vendedor de lotería, que llegaba todos los días de León vendiendo lotería, se lo presentaron, el señor se llamaba Guadalupe Umaña del barrio Laborío, Guadalupe cuando oyó hablar a melico le dijo, oye mi amigo en León yo tengo una Gigantona, soy capaz de traerla para este pueblo si tú haces de viejo coplero, yo tengo unas quinientas coplas, me ayudas a buscar a la persona que baile la Gigantona, al Enano Cabezón y a la vieja, yo tocaré el redoblante. Por la paga no te preocupés, la dividiremos entre todos lo que ganemos, claro está ahí va la Gigantona metida. En ese momento se apareció Adolfo Leiva, hijo de doña Paula Leiva, un flaco chaparro y le dijo a Guadalupe, yo seré el enano cabezón, yo busco al Burro para que sea la vieja, ese jodido sale todos los años con el Chulo de vieja y no nos va a decir que no, es más bandido que el propio diablo y, el bailarín de la Gigantona que sea Tarzán, aunque le andemos dando un trago en cada bailada. Bien les dice Guadalupe, aquí donde la teodorita traeré la Gigantona mañana, practicamos estos cuatro días y el Sábado salimos a las calles del pueblo a ver cómo nos va.  La Gigantona Salió el Sábado 3 de Diciembre de 1960.
Copla: Buenas tardes señorita guapa
            En su rostro de muñeca de cera                          
            Se dibuja la alegría de su encanto                                        
            y en su barriga que hoy esconde
            el pecado de la noche con Fernando
                                 
Copla: Usted señorita de la blusa roja
           en sus labios de escarlata, se denota
           el amor hacia su amado, y en su ojo
           derecho, la pasión por el del lado
         
Copla: Margarita está linda la mar     
           Y el viento trae aroma de sutil azahar
          Margarita, si no me vas a fiar
          al menos dame larga para pagar  

Melico pasó veinte años de coplero con la primera Gigantona que llegó a Nagarote y, como albañil construyo dirigido por sus maestros de obra. La casa Cural, la Casa de las Riveras (Chirringas) la casa esquinera de doña María Elsa Gallo, trabajó en la casa de los García frente al Genízaro, trabajó en la casa que hoy es la alcaldía con mamavila, trabajó con Salomón Téllez en la casa de los Gallo. Como albañil trabajó cincuenta años, fue cuando cumplió sesenta y cinco años y que salió la raspadita, aprovechando que ya le costaba agacharse, fue que inició vendiendo raspadita. Dice que le levantaron un falso con su suegro, pero que eso fue muy mentira, Chalo que vivía donde Chocoyo fue el que le levanto semejante mentira.

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