INSEGURIDAD JURIDICA POLICIAL.



INSEGURIDAD JURIDICA POLICIAL.
Como Policía de Tránsito, yo tengo el deber de solicitar que se detenga el motociclista que viaje sin casco, con acompañante  sin su correspondiente protección de la cabeza y, peor aún sin placa.  Cuando este conductor se detiene, si es una persona normal, se da cuenta de que ha cometido una infracción desde que salió de su casa, o más bien sabe perfectamente de que su actuar es contra las normas del Tránsito. En tal caso, no queda otra que tratar de ser amable con el Policía que me detiene, para evitarme una multa. Dar explicaciones muchas veces improvisadas, tratando de disimular mi violación social.
Pero si yo hago uso de la arrogancia, de la prepotencia, de la desvalorización del trabajo policial, del ímpetu que produce el ser más cómodo económicamente, o sentirse la última Gata Angora en extinción. En ese instante estoy dirigiendo una repuesta violenta en mi contra, el receptor, en este caso el Policía en cumplimiento de su deber, no debe de permitir que se burlen bajo ninguna forma de esconder la Sorna, de su trabajo digno; trabajo que le da vida y esperanza de vida, al final es su propia vida. Es Normal que este hombre reaccione en la misma medida y forma de reaccionar del incumplidor de la norma social. Lo correcto es detenerle sus movimientos, esposarlo, aunque este sea un accionar indebido, pero hubiese sido criticable, que el señor Policía se fuese transado a golpes con el motociclista infractor.
Bien hizo el policía en pedir ayuda de  patrulla y trasladar al infractor a su delegación Policial, el infractor todavía haciendo uso de su egocentrismo, arrogancia y de falta de compasión, continúo haciendo sentir más pequeño al policía. Lo amenazó con provocarle daño a su reputación de policía. Al final lo logró.
Los Policías fueron expulsados de la Institución Policial, perdieron su trabajo, su esperanza de vida, su vida propia. Sus hijos quedaron por ende, sin comida, sin abrigo esperanzador de un chapuzón en un Rio en Semana Santa, mucho menos comer un almíbar o curbasá. El señor Infractor se regocijó públicamente de la acción justiciera de la jefatura de la Policía, acción que además de injusta (porque eso no es justicia), es perversa, sin sentido humanitario y sin respeto al cumplimiento del deber policial.  Como Policía yo, estaría recibiendo una clase de lujo. La Justicia en el cumplimiento del deber es COIMEAR al infractor. Así el infractor se va en Paz, yo quedo en Paz y con mis 100 pesitos y, lo que es peor, no seré expulsado de la Institución. “Qué Clase de Inseguridad Jurídica en que se encuentra la Policía Nacional”.
 “la inseguridad jurídica provocada por la parquedad de los preceptos legales, quedan los intereses de los justiciables a expensas de la interpretación Policial”.

Heberto Guillermo Corea Guerrero
Nagaroteño de Cepa

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