QUE BONITO LOS
GORRIONCILLO. Heberto Guillermo
Corea Guerrero
A eso de las cinco de la tarde,
del viernes tres de marzo del 2017, estaba sentado en mi sala, de pronto tuve
como una necesidad de salirme a la acera de mi casa tomé la silla y sin más
preámbulos me senté, quede viendo un arbusto que está situado en la acera de la
casa vecina, es de esos arbustos que salen de su tronco un chirriones hacia
arriba, quizás unos cien chirriones lo conforman y en cada chirrión brotan unas
flore-cillas muy bonitas rosáceas, las personas que pasan siempre cortan una
flor-cilla, se la pasan por la nariz, esa flore cilla al cortarla se desprende
con un péndulo verde que sostiene unas hojitas que forman la parte baja de la
flor, de ese parte, surgen unos pistilos delgaditos en cantidades de cincuenta
que se elevan quizás una pulgada, y en su parte final está formada por unos
tú-bulos que sueltan pelusas y pelotitas en miniaturas de color amarillo, de
pronto llega un gorrión chiquito a picotear las flores, chupa su néctar, luego
sube a cantar un los alambres de telefonía, ahí canta fuerte, de pronto aparecen
otros gorrioncillos y se hacen unos sesenta bonitos gorrioncillos que chupan el
néctar de las flore-cillas, es una preciosidad ese momento, el bailoteo de los
animalitos su canto, en una media hora aparece un gorrión grande, picotea las
flores y se en rumba hacia el Oeste, en ese instante todos los gorrioncillo en
fila india lo siguen y se van zigzagueando en su viaje, para luego desaparecer
entre los arboles grandes que ahí pululan, esa es nuestra naturaleza, la que a
diario hacemos desaparecer. Me di cuenta que logre escribir un poema en
perspectiva.
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