Eres parte de mí.
Cuando quiera caminar, pediré tus pies,
para poder pisar el
polvo de la tierra con suavidad.
Cuando quiera crear,
prestaré tus pensamientos y así crear
colores invisibles e inasibles.
Cuando me den ganas de hablar,
pediré tus cuerdas vocales
con el fin de que la armonía perfecta de Sí bemol se escuche ende redor.
Tu prisión de amor es la misma celda de mi soledad,
es la
misma flor que en tus manos se marchitó.
Es el ansia de tener tus besos, morder
tus labios, un regreso de mi alma.
Mis sentidos fluyen en bazares inédito,
en nuestro tiangue de
frutas que endulza mi algarabía de hombre imperfecto.
Vagan mis ideas en el cimbrar del sonido del águila,
del galeón
hundido, bajo la densa agua de la mar invencible.
Brilla mi perspectiva con luz natural,
se alumbra con el
aceite que brota de mi cuerpo indolente,
hacia tu natural iluminación en verde
magenta.
Heberto Guillermo Corea Guerrero. 9-10-2018
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