NOVIAZGO EN EL CAMPO. Heberto Guillermo Corea Guerrero 2016
Con el afán
de encontrar una doncella célibe
Justo
caminaba cinco kilómetros a pie y descalzo
visitaba a
la joven, tres veces a la semana
los sábados
le correspondía tomarla de la mano,
los martes
le acariciaba el cabello,
los jueves
le daba un beso en la mejilla.
El vecino de
la joven, el domingo y el lunes le daba sus besos locos
el miércoles
le acariciaba todo su cuerpecito
el viernes
le hacía el amor
Justo
respetaba siempre su compromiso con el suegro.
Evangelina,
un día de tantos le dijo a justo;
porque no me
toca los pechos justo,
no es dable
Evangelina, sería faltar al compromiso con mi suegro
si mi papá
no nos mira, no ves que es miope,
me permites
que te bese en los labios le dijo Evangelina
Justo
pensativo le respondió, quién te enseñó a usar la lengua
no, nadie,
ella sola sale en busca de tu salivita
Evangelina
porque me tocas ahí, para que salga mi justo a tomar aire.
Evangelina
salió con barriga y, el sábado el suegro esperó a justo,
bueno Justo,
ponga la fecha del casorio, justo sereno dijo:
Suegro, yo
he cumplido con nuestro compromiso,
ni se dónde
queda el huequito de Evangelina
aunque el
vecino me dijo el otro día, Evangelina ya tiene el huequito hecho,
busque al
vecino para que se lo tape, yo me largo.
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