EL PRINCIPE NACHO
Heberto Guillermo Corea Guerrero. 13/02/2016
Los padres del príncipe nacho, deseando que su hijo, le
tuviese amor a las cosas materiales, le compraron un coche halado por un
caballo famélico y le llenaron el carretón de cocos, y le dijeron: 1) Para que
los pelara 2) para que los llevara a vender a las calles del poblado del reino.
Nacho al escuchar a sus padres la explicación de los motivos del regalo, no
hizo pregunta alguna, únicamente les dijo: Padres este trabajo no requiere únicamente
de lo que me han facilitado, también requiere de financiamiento, para los pela
cocos, para los ayudantes de venta, para la comida del caballo y para aceitar
la carreta y, si me encuentra el cobrador de impuestos, debo de pagarle lo
correspondiente; en dicho financiamiento no incluiré mi alimentación, ya que he
decido, no alimentarme hasta tanto no produzca ganancia el negocio. En total el
financiamiento oscila en siete mil canicas diarios.
Los padres atónitos escucharon al príncipe nacho, y
entre ellos, murmuraron: La carreta, el caballo y los cocos, nos costaron un
mil quinientas canicas. De pronto la madre le dijo a nacho, mira nachito siete
mil canicas es mucho dinero, y para quinientos cocos que llevas a cinco cocos
por canicas, te producirán cien canicas, de donde sacas siete mil canicas para
administrar quinientos cocos. No padres yo no estoy sacando nada, ustedes son
los que me llenaron la carreta de cocos, esos cocos se pelan, para no ser un
déspota yo debo de pagar al menos una canica por coco pelado, sólo ahí se
invierten 500 canicas, a ese momento el coco tiene un valor de 1+1 igual a 2
canicas, y si contrato dos vendedores, uno a cada lado de la carreta, al menos
debo de pagarle las diez canicas diarios de salario mínimo, por cinco días, para
un total de 100 canicas en salario, ese valor se debe de integrar al producto,
ya el coco cuesta 2.2 canicas, a ese momento la inversión sube a 600 canicas, 100
canicas para el alimento del caballo de una semana, se hacen 700 canicas, 25
canicas para la grasa del carretón, se hacen 725 canicas. Yo en calidad de
príncipe, al menos debo de tener un salario de acorde a mi Status Quo. Total
1,100 canicas por la venta de cocos, más 6,750 canicas de financiamiento da un
total de 7,850 canicas, lo cual corresponde con lo que ustedes gastan en mí, en
alimentación y colegio.
Si están de acuerdo inmediatamente salgo al negocio
impuesto por ustedes, porque yo no tengo culpa que los cocos no valgan muchas
canicas en el comercio, si ustedes me han preguntado, de que llenaría dicho
carretón, yo para lograr un buen negocio les hubiese dicho, hay que llenarlo de
oro y salir a vender el oro. Estoy seguro que regresaría con millones de
canicas.
Los padres no entendieron, pero no continuaron
insistiendo en nacho.
Nacho les dijo: Educar a un hijo no tiene precio.
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