FRENESÍ DE LUNA. Heberto
Guillermo Corea Guerrero. 2016
Las nueve de la noche, sábado,
día de la libertad, a las doce de la noche, esperamos que se ilumine el espacio
sideral hacia el oeste de nuestra posición física, juegos de luces chinas fue
publicitado. En esa espera, contemplábamos las estrellas, la Luna, en fin todo
el firmamento.
De la misma manera nuestras manos
jugueteaban con nuestros cuerpos, nuestros besos trasmitían energía de la buena,
de aquella que no asoma imperfecciones, nos revolcamos en la grama, un no,
podía destruir la noche, saturados de amor, fuimos en busca de la desnudez,
perdidos por el desenfreno hicimos el amor a campo abierto, era su primera vez.
Tanto era mi frenesí que inicie
en recorrido por todo su cuerpo con mis besos, cuando llegue al monte de venus
era insaciable mi apetito, con voracidad y dulzura logre su primer éxtasis, al
llegar mis labios a los suyo, me besó con tanta dulzura repitiendo
constantemente, mi amor, mi amor, mi amor.
La abrase con fuerza y afabilidad
que sentí lo calientito de su sangre y de sus lágrimas, ella levanto su vista
hacia mi rostro y sonriendo limpió mi boca, yo con mis manos limpié sus
lágrimas, tomé su ropa íntima y se la puse, el vestido bello amarillo de
chiffon que ostentaba esa noche la hacía merecedora de ser la ninfa más
preciosa bajo la Luna, la tome de sus manos e incorpore su cuerpo.
De pie bajo la luz nocturnal, su
silueta era encantadora, su carita me mostraba su amor hacia mí, yo quería
tenerla en un pedestal, la adoraba sin ser politeísta, le acaricie su carita y
resbale mi mano por todo su cuerpo, a ella se le irgo su cuerpecito y, en un
arrebato de lujuria colocó su mano en mi hombría y me dije, la amo porque él se
llevó mi vida en este frenesí de Luna.
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